Arribes del Duero ✏️ Blogs de España

Desayunamos opíparamente una vez más y nos despedimos de las casas de Cimo da Quinta y de sus dueños, que no nos cansamos de repetir, han sido un encanto. Estupendo sitio nos ha parecido.

Cargados los coches nos dirigimos al puente de Requejo, que es impresionante. Se llega hasta allí por la carretera 8-Z 321 después de abandonar la N-122 y atravesar el pueblo de Pino del Oro. No hay mucho lugar para aparcar, pero merece la pena la vista.


Nos vamos por donde hemos venido y nos dirigimos a la iglesia visigótica de San Pedro de La Nave, que es una maravilla y encontramos abierta porque en el pueblo en el que fue de nuevo montada para evitar que quedase anegada por las aguas del pantano de Ricobayo, los vecinos de El Campillo, por turno, se encargan de que la gente la pueda ver. No se cobra pero se puede dar la voluntad.



Charlamos con la señora que se ocupa de la apertura de la iglesia, nos explica unas cuantas cosas y decidimos comer algo en Zamora. Hace muchos años habíamos estado en Zamora y la verdad es que quedamos gratamente sorprendidos. El casco antiguo está, en general, bien cuidado, limpio y la zona de la catedral y la muralla están muy bonitas. También las calles que te llevan a la zona del ayuntamiento.




Comemos un par de pinchos al lado de la iglesia de San Juan, en un bar que se llama Ágape, y que no están mal y vamos en busca de los coches para regresar a Vitoria.

Se acabó lo bueno pero hemos disfrutado mucho de esta corta escapada por estos parajes hispano – lusos.

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