03/01/08
CAMBOYA
Seguimos parados en la frontera, que por cierto es un caos más o menos controlado. Hay un movimiento continuo de coches, camiones, vehículos de todas las formas conocidas, bicicletas, motos con hasta cinco personas encima. La gente va subida encima de los camiones como pueden. Los niños, muchos de ellos medio desnudos, deambulan a uno y otro lado de la frontera, sin que a nadie le importe. Hay chicas con su impecable uniforme de hotel, que pasan la frontera en zapatillas de estar por casa, como quien baja a pedir sal a la vecina. El ambiente cargado de olores que van, desde la gasolina y el polvo, hasta los condimentos y la suciedad, el óxido, el aceite requemado. Sin duda, estamos en Camboya. Llevamos cinco horas en la frontera, casi, de trámites de un lado para otro. Por fin se deciden y nos han metido en un autobús, las mochilas van con nosotros encima de los asientos, y la carretera está llena de agujeros, pero agujeros de verdad, parecen de obús, el asfalto no existe y el polvo se cuela por todas partes. Este trayecto, se hace largo y cansado, muy cansado. Una parada para cenar y continuamos. Ya estamos en Siem Reap, en el hotel, en fin a dormir.
04/01/08 Siem Reap-CAMBOYA
Vamos a ver los templos de Angkor de dos veces, y hoy toca el circuito corto. Cogemos un moto-bike y salimos para Angkor, llegamos hasta la entrada al recinto. Esto es muy bonito, ya que por la carretera que nos lleva de un templo a otro, se ve a los paisanos en lo suyo. Acabamos de llegar al templo Ta Phrom, he alucinado, es precioso, aunque no sabes que es lo más sorprendente, la mano del hombre o la naturaleza. Ahora vamos a comer. Seguimos camino, el moto-bike nos deja en el Bayon, una imagen que no se me borra, una niña con un cestillo con cuatro o cinco pulserillas y un huevo cocido, supongo que su comida diaria, en fin el corazón a veces se quiere parar con estas cosas.
Antes de bajar a cenar, comentamos un poco el día con otros viajeros con los que parece que vamos a bajar hasta Phnom Pehn, cambiando el barco por el autobús.
05/01/08
Hoy tocaba madrugar, ya que nos vamos ha hacer las fotos del amanecer a los templos de Angkor, éramos unos cientos de fotógrafos.
A sido una experiencia, todos allí al lado del lago, encantador. Hoy toca el Gran Circuito. Salimos para Banteay Srei, que está lejos, pero merece la pena. Llegamos al templo del Mebon Oriental, está lleno de garudas, hemos contado hasta 40. Llegamos al Ta Son, este es el templo de la raíz en la puerta. Pasamos por el Preah Neak Pean, una fuente con dos nagas, que entrelazan las colas, muy bonito y grande. El Preah Khan, es otra maravilla de la simbiosis entre piedra y madera, parece gemelo del Ta Phrom, y en verdad es el templo que Suryavarman II, dedico a su padre, así como el Ta Prom, fue dedicado a su madre. Por eso e igual de espectacular. Volvemos a Siem Reap, al mercado, donde nos mezclamos con la gente, aunque seguíamos siendo dos extranjeros en Camboya.
06/01/08
Salimos para P. Pehn, en un bus local, con el A/A a tope y la música a tope, los pasajeros del pueblo que van subiendo, lo hacen con un tentempié , una bolsita transparente con una pajita. Parada en un pueblo grande, hay un monasterio con unos edificios muy bonitos. Hemos probado los saltamontes. Se ve una pobreza extrema, agravada por las minas que aun siguen explotando. Kâmpóng Thum, Kâmpòng Chang, creo. Llegamos a P. Pehn, ahora hay que llegar hasta el hotel. Compramos los billetes para Vietnam. La zona da miedo a veces, callejones oscuros, escaleras oscuras, y mucha suciedad. Acabamos de cenar un plato típico, el amok, unos spring-rolls vegetarianos y unos pinchitos. Después hemos ido a un mercadillo. Hemos montado en ciclo-pusse, una bici de tres ruedas. Hemos preparado una excursión para mañana, vamos a ver los Killing Fields y un mercado típico.
07/01/08 Phonm Penh
Comienza la excursión, salimos por Norodom Boulebard, que está bastante transitada, de allí a la calle Sisowath Quax, que está llena de hoteles, restaurantes y puestos para los turistas.
Salimos de la ciudad por un barrio que esta lleno de talleres de todo tipo, la gente nos ve pasar, pero no para de hacer sus cosas. Hay muchas viviendas hechas tan solo de madera y cartón. Hemos estado visitando los Killing Fields, el campo del exterminio. Es horrible, del suelo sale la ropa de los ajusticiados, hay huesos por todas partes, fosas comunes, arboles donde torturaban a los niños y han hecho un mausoleo. El ambiente es agobiante, hay gente llorando, pero sobre todo hay mucho dolor.
Llegamos a Psar Toul Tom Pong llamado el mercado ruso, en la ciudad otra vez, el típico mercado donde puedes comprar de todo. Estamos en Tuong Sleng, el antiguo colegio, que fue la prisión S-21. Aquí sí que se te hiela la sangre, la nena ha entrado a ver los barracones y demás, yo me he quedado fuera, tengo un nudo en el estomago. Museo Nacional y Pagoda de Plata. Está compuesto de una gran explanada con edificios, aquí y allá, monjes por todas partes.
(les encanta que les pidas fotos)
La Pagoda de Plata, es un edificio que tiene el suelo forrado de placas de plata, que no pisas, ya que lo cubre todo una alfombra, es curioso. Los edificios, son más o menos ostentosos. Es curioso ver como en los jardines de las plazas que rodean el museo, hay hombres que casi desnudos se asean en los caños que se usan para regar el césped, y están acomodados con sus enseres. También, dada la hora del día, puedes ver a los conductores de ciclo-pusse, como dormitan encima de sus vehículos. De ahí al Wat Phnom, esto sí que es impresionante. Es un montículo rodeado de un parque donde te puedes encontrar en cuatro metros cuadrados, a unos macacos, con los carrillos a reventar de huevo cocido y pidiendo guerra, niños con poliomielitis o quizá algo peor, guiris flipando como nosotros, un montón de tuertos, cojos, mancos, quemados, y muchos monjes, feligreses que oran, y ofrecen flores y comida en los altares, olores mezclados de orina, heces, flores, inciensos, en fin, esto es Camboya, algo para no querrías ver, pero si lo ves, algo que no vas a olvidar. 08/01/08
Comienza el viaje, el mini bus va lleno. Llegamos a una especie de embarcadero, donde hay, unas lanchas con toldos, que parece que se vayan a hundirse. Montamos y nos piden otra vez el pasaporte y tenemos que rellenar otro montón de papeles de aduana. El barquito, va poco a poco dejando atrás el embarcadero, y cogemos el centro del Mekong, el rio es muy ancho. Ahora el viaje es muy agradable, hay una brisa fresca y solecito y vemos las orillas lejanas donde todo sigue como si nosotros no existiéramos. El trayecto es muy agradable. Hemos sellado el pasaporte de salida en Kaamsamnar-Kohrokar.