Martes 17 de Agosto - Tallin

Después de un nuevo madrugón y de comenzar a acumular cansancio llegamos a la capital estona. Tras los huevos revueltos de rigor y algunas cosillas mas (el café en el piano bar, que el del bufet es penoso) , pisamos suelo de la ex república soviética. Mañana fresca y nublada la que nos recibe, pero con nuestras dosis de buen rollo habituales comenzamos a patear tallin. En el cartel que da entrada a la ciudad posamos con la bandera de nuestro equipo de fútbol, el efesé,(haciendo patria, jeje). En apenas 15 mins estábamos en el recinto de la ciudad medieval que es preciosa por cierto. Visitamos la plaza del ayuntamiento y el sector masculino paramos para fotografiarnos con alguna guapa estona, que las hay y muchas. Después de visitar una curiosa Iglesia (escuchamos a la guía de costa cruceros en español explicar que había un hombre muy mujeriego enterrado en el suelo de la misma y que su deseo era estar allí para... ver por debajo de las faldas de las mujeres
Pasaba ya el mediodía cuando comenzamos el descenso buscando la famosa farmacia y el beer house. La primera nunca la encontramos la segunda sí, y claro después de tomarte dos litrazos de cerveza estábamos para buscar farmacias...
Una vez amainó una espectacular tormenta que de repente se organizó pusimos rumbo al barco, despacito ya que no estábamos para correr mucho
Esta noche tocaba cena de gala, asi que tras ver la salida, tomarnos algún golpecillo y demás nos fuimos a acicalarnos que a las 20:15 nos esperaba Arcadius Branca, el capitán. Tras hacer un poco de cola pasamos a hacernos la foto con este señor (debe estar cansado de dar la mano el pobre) y nos dieron una copa de cava. No nos quedamos a la presentacion de oficiales y nos salimos a la cubierta a hacernos fotos, hasta que fuimos a cenar. Esa noche debutábamos en nuestra mesa con nuestros amables camarero y su ayudante. Hay que destacarlos, porque eran unos cracks auténticos, que capacidad para buscar tu bienestar y ganas de agradarte siempre. La comida vale poco, pero ellos se lo curran la verdad.

Miércoles 18 de Agosto - Estocolmo

Todo el mundo habla de la famosa entrada a Estocolmo. Así que tras despertarme de nuevo a horas intempestivas ( 7:15) y habiendo dormido poquísimo, a las 7:45 cámara en mano estaba en la cubierta 11, el solarium grabando la espectacular entrada. Fueron solo 15 mins lo que vi, pero es ciertamente increible. Debe ser como los fiordos pero sin acantilados altos. Casitas a ambos lados, embarcaderos, veleros, barcos que te llevan los coches... Encantador. Sólo aguanté 15 mins, porque tenía que desayunar, hacía frío y porque imaginé que por la tarde se podría ver . Así que esta vez me fui a desayunar al restaurante a ver que tal. Se me ocurrió pedir chocolate con churros, y me da que se fueron a buscar los churros a españa y el chocolate a bélgica. Tardaron un siglo, y cuando llegaron estaban demenciales. Nunca probé churros con sabor a canela. Y todos menos 1 pedimos churros... menos mal que había bufet frío también
A la hora prevista estábamos tocando puerto en Estocolmo, rápidamente y planos y guías en mano, conscientes de que no hay tiempo para nada, salimos zumbando al barco ese llamado hop on off o algo así quien en 10 mins nos dejó junto al palacio real... algunas fotos y seguimos a la carrera, museo nobel, gamla stan, parlamento, catedral,ayuntamiento (no pudimos subir a la torre por la espera de mas de una hora y no estábamos para perder tiempo)... de ahí fuimos a pata hasta el teatro,repusimos fuerzas con bebida y algo de picoteo y zumbando al museo vasa, donde tras pagar la entrada vimos el famoso navío que se hundió tras ser botado. Muy recomendable esta visita, además tuve la suerte de ver una proyección de media hora sobre la historia del barco.
Al salir del vasa el reloj apretaba así que optamos por irnos al barco, no sea que nos aplaudieran a nosotros hoy. Muy recomendable visitar esta ciudad con mas calma, cosa que sin duda haré cuando pueda, porque me encantó
De nuevo en el empress, reponemos fuerzas en el bufé y esta vez si y acompañados de alguna bebida espirituosa nos disponemos a ver la salida por los canales. Son casi 4 horas pero merece la pena verla, yo aguanté mas de dos, pero no es que hiciera calor precisamente.Luego un binguillo, una ducha y a cenar al miramar. Esa noche se alargó en exceso en la disco por cierto, eran casi las 4 cuando nos retiramos, menos mal que no llegábamos a puerto hasta las 2 de la tarde y no había que madrugar...
