14 DE JULIO 2010. LLEGADA A NÁPOLES
Introducción. Datos prácticos. Primeras impresiones de la ciudad.
Hemos llegado a Nápoles desde Roma en un tren estupendo que salía a las nueve de la mañana y en una horita y cinco minutos nos ha dejado en la estación Garibaldi. A Roma llegamos ayer con San Ryanair volando desde Zaragoza. Una bendición salir de la propia ciudad. Impagable si, como en nuestro caso, vas con niños. Nosotros llevamos a nuestras dos hijas que son, como casi todos los niños, impacientes, protestonas y de no parar quietas en ningún sitio.
La primera impresión de Nápoles no es buena, pero el año pasado me pasó lo mismo con Palermo y al final me convenció. La estación y su plaza anexa, la Plaza Garibaldi producen un impacto negativo: follón total, coches, motos, gente por todas partes, un mercadillo de los que no te dice nada… y encima, un calor horroroso.
Yo iba rezando para no haber cometido ningún error en el alquiler del apartamento reservado para una semana. Una noche en cualquier lado, pero siete días… puede ser mortal si el sitio no está bien. Afortunadamente no fue así. El apartamento resulta ser un piso rehabilitado, dividido en estudios independientes, de doble altura, en pleno centro histórico de Nápoles, Calle Luigi Settembrini. La calle como casi todas las de esta zona, asusta un poco por su aire descuidado y decadente (no sé si son los adjetivos más adecuados). El estudio se halla en la última planta y hay que subir cinco pisos (edificio antiguo sin ascensor). Agotador. Nos recibió una amable napolitana, que nos mostró enseguida el apartamento. Nos encanta y, lo que es mejor, también a las niñas, con sus escaleras para subir al dormitorio y los grandes cuadros que decoran las paredes. Estaremos bien.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Hemos optado por esta solución (por cierto, lo alquilamos con Homelydays y sin ningún problema) porque con las niñas es lo que mejor nos ha funcionado. Ellas necesitan más espacio que una habitación de hotel por muy bien que esté; hay que hacer descansos a lo largo del día y luego el tema de las comidas que se soluciona mejor (sobre todo desayunos y cenas) haciéndolo en casa.
Una vez acomodados me voy encontrando mejor y por la guerra que empiezan a dar nuestras hijas parece que ellas también.
Como casi todo el mundo, lo primero que hacemos es mirar por la ventana a ver qué panorama tenemos:
Nuestra calle:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Colectivo de antenas:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La ropa tendida en el balcón de enfrente:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
y el pequeño tamborilero napolitano.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Hacemos una breve salida para comprar provisiones en un Carrefour (ojo, no hay casi supermercados, más bien pequeñas tiendas) volvemos a casa para comer y descansar y preparar un breve itinerario para esta tarde.
Mañana lo veremos con más detalle pero, de momento nos acercaremos a Spaccanapoli, el casco histórico de la ciudad, el corazón palpitante de Nápoles.
En realidad se extiende por unas cuantas calles. En una de ellas Via dei Tribunali, encontramos la catedral.
Il Duomo: La fachada es austera.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Sus puertas están guardadas por dos leones maltratados por el tiempo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Primero fue un templo dedicado a Apolo. A partir del siglo IV fue iglesia.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Lo que vemos hoy se remonta, básicamente al siglo XVII. A destacar el artesonado del techo y la Capella del Tesoro de San Genaro, barroca, a base de mármol y metales preciosos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Las reliquias del famoso santo se encuentran en la cripta: huesos de su cráneo y ampollas con su sangre. La licuación de esa sangre de manera milagrosa ha hecho a San Genaro objeto de culto y se le atribuyen intervenciones milagrosas para salvar la ciudad.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Estamos un rato viendo la catedral. Con sus muros descoloridos, no guarda un conjunto, ni es especialmente armoniosa. La catedral parece somnolienta a estas horas de la tarde.
No hay mucho turismo en la ciudad de Nápoles. Lo descubrimos mientras nos dirigimos a otra calle, Vía Baggio dei Librai, con sus múltiples puestos de venta de casi todo. Son calles estrechas en las que la presencia constante de coches y motos nos tiene en un permanente sobresalto.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La leyenda no engaña, vemos con frecuencia a tres, incluso cuatro personas montadas en una moto. Con casco, sin casco, parándose a conversar si se encuentran a alguien por la calle. Una locura habitual a la que mis hijas no se acostumbran, de momento.
Hemos venido a esta calle Via Baggio dei Librai, buscando una tiendecilla que pienso que sí les va a gustar. Se trata del “Ospedalle delle bambole” el hospital de las muñecas, en el numero 81.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En realidad es un pequeño establecimiento en el que se amontonan miles de muñecas de todas las épocas y estilos, en espera de su reparación. Una señora que está cosiendo en la parte de atrás, nos permite entrar y hacer fotos sin problema.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Aquí y allá recortes de artículos publicados sobre este fascinante y polvoriento lugar, cuya fundación data de 1800. En una tarjeta que cojo de recuerdo pone “ambulatorio veterinario per peluches”
Un lugar así, en otra ciudad estaría cuidado y explotado. Aquí, en Nápoles, simplemente está como el tiempo lo ha querido dejar. Uno puede pasar por esta calle y ni siquiera verlo, como tantos otros lugares curiosos que se multiplican en esta zona, muchos de temática religiosa.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Comercios antiquísimos, de gran encanto algunos, que simplemente están.
Nos dirigimos a Via San Gregorio Armeno, una estrechísima calle ...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
... repleta de artesanos que tienen a la venta figurillas para los nacimientos “prosepí” y otros elementos de la tradición napolitana.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Si uno se fija, se ven carteles que indican la antigüedad de muchos de los establecimientos que durante siglos se han dedicado a esta peculiar artesanía.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Figurillas de todos tamaños y factura, y todo tipo de complementos para montar un Belén en Navidad.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Dicen que en diciembre la calle está abarrotada. Hoy no.
Veo máscaras de Pulcinella, el personaje de la Comedia del Arte italiana, símbolo por excelencia del napolitano, pues representa al pícaro.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Así, como quien no quiere la cosa, me convierto en su víctima, o más bien en la del vendedor que, viendo que no soy de aquí, me vende la máscara por el doble de lo que la encontré pocos metros después. En realidad, el vendedor napolitano puede representar bien al personaje de Pulcinella.
En fín, aquí está la máscara:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Seguimos en busca de las imágenes que nos deja la calle.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En todas partes se ven también pequeñas capillas dedicadas a vírgenes y santoral diverso, así como las grandes esquelas por las paredes que también pudimos ver en Sicilia.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Aunque por aquí uno podría perderse horas observando a la gente, escuchándola hablar en alta voz, llevamos un rato callejeando y las peques se cansan.
Nos encaminamos ya para finalizar la jornada, hasta la Plaza Bellini,pequeñita, rodeada de edificios elegantes y con unos cuantos cafés que invitan a sentarte y pasar un rato agradable. Así lo hacemos. Mi marido bromea diciendo que primero nos timan con la máscara y ahora nos van a pegar la clavada del siglo. Bueno, sí, pero tampoco hemos venido aquí a sufrir, digo yo. En realidad, no será para tanto. No tengo mucha idea de lo que pedimos, aunque creo que era sidra con granita limone (¡bendita granita limone!). Con el calor reinante que sufríamos, aquello nos sentó estupendamente.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Pagamos unos tres euros o tres y medio por consumición y el servicio es atento. Creo que los precios son similares a los de España, en un lugar parecido y pasamos un rato de lo más agradable.
De regreso hacia casa, caminamos intentando pasar por otras calles por las que no hubiéramos pasado antes. Observamos que están distribuidas por oficios, pues en algunas hay instrumentos musicales, en otras libros, otras alimentación. Calles algo caóticas, pero con mucho ambiente. Nuestra "casa" está cerquita así es que pasaremos por ellas muchas veces.
Ha sido nuestra primera visión de Spaccanapoli, el viejo Nápoles, que mañana conoceremos más a fondo.