Después de 4 meses de planificaciones y esperando con muchos nervios el momento de comenzar el viaje con el que soñaba hace años, por fin llega el día en el que voy a viajar a Suiza, 8 de Septiembre del 2005.
Nos ha costado mucho decidir las rutas, porque a pesar de ser un país muy pequeño (como Extremadura), la cantidad de puntos de interés, sobre todo paisajísticos, es interminable. Finalmente vamos a hacer recorridos por diferentes cantones del país, para tener una visión general que nos permita en un futuro visitar una zona concreta si nos interesa. Tenemos todos los alojamientos reservados, salvo 1 noche en Interlaken, que hemos decidido buscarlo allí. Nuestras ganas de aventuras no dan para más.
Al viaje vamos 3 amigos, uno de los cuales nos espera ya en Suiza porque está visitando a familiares suyos. Salimos del aeropuerto de Barajas sobre las 7 de la tarde. El billete lo hemos comprado con la compañía Easy-Jet por el increíble precio de 70 E, porque el itinerario que hacemos Madrid-Basilea es nuevo y debe estar de promoción. Debido a que llegamos con mucha antelación tenemos la suerte de facturar en el grupo A y en cuanto comienza el embarque nos ponemos los primeros en la cola, así que tenemos la suerte de entrar los primeros en el avión y pillar los asientos junto a la salida de emergencia. ¡Qué comodidad y qué amplitud!. El vuelo transcurre sin ningún problema, ni siquiera tengo problemas de presión en los oídos. Será por la felicidad de viajar a Suiza. Cuando nos queremos dar cuenta, charlando se ha pasado el tiempo y en poco más de 90 minutos ya estamos aterrizando en Basilea.
El primer objetivo es buscar el mostrador de la compañía de alquiler de coches Hertz. Tenemos la reserva hecha por Internet y el precio es fabuloso (aunque ciertamente nos beneficiamos de precio especial de agencia). 270 aproximadamente entre el 9 y el 18 de Septiembre, con todos los suplementos incluidos. Supuestamente tenemos asignado un pequeño utilitario, ya que sólo vamos a ser 3 personas. Sin embargo, al llegar al párking nos llevamos la sorpresa de que por el mismo precio nos han dado un fantástico todo terreno. Cual colegiales nos ponemos a saltar de la alegría. ¡Qué exaltación! Y eso que no nos hemos tomado ni una copita.
El segundo objetivo es un poco complicado. Llegar desde el aeropuerto hasta la cercana ciudad de Basilea (7-10 km), donde tenemos el hotel por 1 noche, qué está junto a la estación central de tren. Verdaderamente la iluminación es escasa y los paneles indicadores no están mucho mejor. Además parece que vamos pasando por un polígono y no hay nadie en la calle. En cualquier caso, más por intuición que por las indicaciones y el mapa, conseguimos llegar al centro de la ciudad y a la estación. El problema es encontrar el hotel, que está por los alrededores pero no lo localizamos, así que empezamos a dar vueltas y más vueltas alrededor de la estación. Como no sabemos cómo acceder al hotel le preguntamos a un taxista, pero yo que estoy aprendiendo hace poco alemán, se me va la cabeza y en vez de preguntar en inglés lo hago en alemán. Claro el buen hombre me contesta en el mismo idioma y yo no me entero de nada, por lo que seguimos dando vueltas por la estación. El problema es que no sólo hay carriles para vehículos, sino que también pasa el tranvía, por lo que en un determinado momento dejamos el coche en un lugar que estorba al paso del tranvía, así que allá que va un policía para echarnos la bronca y supongo que ponernos una multa
Ahí es cuando intentamos dar pena y explicar que es que venimos de España y acabamos de llegar a la ciudad y que no sabemos donde está nuestro hotel Después de una pequeña reprimenda el poli nos explica donde está el hotel, que por cierto, es a 50 metros de la estación, y afortunadamente no nos multa. ¡Qué majo él!.
Hacemos el check in en el hotel, a eso de las 10:30 (Nos ha llevado casi una hora llegar al hotel), y dejamos las cosas. Nos vamos a dar una vueltecilla por la estación y a comernos un sandwich, porque a esa hora no hay nada abierto en los alrededores, y nos volvemos al hotel, ya que al día siguiente tenemos que madrugar, ya que salimos de viaje hacia Berna, donde nos encontraremos con nuestro otro amigo.
Nos ha costado mucho decidir las rutas, porque a pesar de ser un país muy pequeño (como Extremadura), la cantidad de puntos de interés, sobre todo paisajísticos, es interminable. Finalmente vamos a hacer recorridos por diferentes cantones del país, para tener una visión general que nos permita en un futuro visitar una zona concreta si nos interesa. Tenemos todos los alojamientos reservados, salvo 1 noche en Interlaken, que hemos decidido buscarlo allí. Nuestras ganas de aventuras no dan para más.
Al viaje vamos 3 amigos, uno de los cuales nos espera ya en Suiza porque está visitando a familiares suyos. Salimos del aeropuerto de Barajas sobre las 7 de la tarde. El billete lo hemos comprado con la compañía Easy-Jet por el increíble precio de 70 E, porque el itinerario que hacemos Madrid-Basilea es nuevo y debe estar de promoción. Debido a que llegamos con mucha antelación tenemos la suerte de facturar en el grupo A y en cuanto comienza el embarque nos ponemos los primeros en la cola, así que tenemos la suerte de entrar los primeros en el avión y pillar los asientos junto a la salida de emergencia. ¡Qué comodidad y qué amplitud!. El vuelo transcurre sin ningún problema, ni siquiera tengo problemas de presión en los oídos. Será por la felicidad de viajar a Suiza. Cuando nos queremos dar cuenta, charlando se ha pasado el tiempo y en poco más de 90 minutos ya estamos aterrizando en Basilea.
El primer objetivo es buscar el mostrador de la compañía de alquiler de coches Hertz. Tenemos la reserva hecha por Internet y el precio es fabuloso (aunque ciertamente nos beneficiamos de precio especial de agencia). 270 aproximadamente entre el 9 y el 18 de Septiembre, con todos los suplementos incluidos. Supuestamente tenemos asignado un pequeño utilitario, ya que sólo vamos a ser 3 personas. Sin embargo, al llegar al párking nos llevamos la sorpresa de que por el mismo precio nos han dado un fantástico todo terreno. Cual colegiales nos ponemos a saltar de la alegría. ¡Qué exaltación! Y eso que no nos hemos tomado ni una copita.
El segundo objetivo es un poco complicado. Llegar desde el aeropuerto hasta la cercana ciudad de Basilea (7-10 km), donde tenemos el hotel por 1 noche, qué está junto a la estación central de tren. Verdaderamente la iluminación es escasa y los paneles indicadores no están mucho mejor. Además parece que vamos pasando por un polígono y no hay nadie en la calle. En cualquier caso, más por intuición que por las indicaciones y el mapa, conseguimos llegar al centro de la ciudad y a la estación. El problema es encontrar el hotel, que está por los alrededores pero no lo localizamos, así que empezamos a dar vueltas y más vueltas alrededor de la estación. Como no sabemos cómo acceder al hotel le preguntamos a un taxista, pero yo que estoy aprendiendo hace poco alemán, se me va la cabeza y en vez de preguntar en inglés lo hago en alemán. Claro el buen hombre me contesta en el mismo idioma y yo no me entero de nada, por lo que seguimos dando vueltas por la estación. El problema es que no sólo hay carriles para vehículos, sino que también pasa el tranvía, por lo que en un determinado momento dejamos el coche en un lugar que estorba al paso del tranvía, así que allá que va un policía para echarnos la bronca y supongo que ponernos una multa
Ahí es cuando intentamos dar pena y explicar que es que venimos de España y acabamos de llegar a la ciudad y que no sabemos donde está nuestro hotel Después de una pequeña reprimenda el poli nos explica donde está el hotel, que por cierto, es a 50 metros de la estación, y afortunadamente no nos multa. ¡Qué majo él!.
Hacemos el check in en el hotel, a eso de las 10:30 (Nos ha llevado casi una hora llegar al hotel), y dejamos las cosas. Nos vamos a dar una vueltecilla por la estación y a comernos un sandwich, porque a esa hora no hay nada abierto en los alrededores, y nos volvemos al hotel, ya que al día siguiente tenemos que madrugar, ya que salimos de viaje hacia Berna, donde nos encontraremos con nuestro otro amigo.