DIA 3: Y LLEGO LA LLUVIA Y DESPUES LA SERENIDAD ✏️ Diarios de Viajes de Marruecos

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El tercer dia comienza tranquilamente, se llevo toda la noche lloviendo y amanecio igual. Nuestro pensamiento era ir a Asilah, pero con la que estaba cayendo ya que en Tanger parece que llueve a lo bestia, decidimos esperar. Cuando escampo ya era tarde y Tony decidio que se nos iba a hacer de noche y que no iriamos, yo me cogi un rebote descomunal pero en parte con su canguelo lo entendi aunque no lo compartiera.

Pasamos el dia dentro del hotel, porque era imposible salir a la calle. Para comer decidimos ir a un bar cercano al hotel y nos comimos unas crêpes, ya parecia que iba a escampar y como me negaba a pasar tambien la tarde en el hotel, cogimos un petit taxi y nos llevo a la medina de nuevo. Alli nos pateamos toda la medina esta vez sin perdernos, el dia transcurrio tranquilamente, ya estabamos muy relajados y como practicamente lo teniamos todo visto porque pensabamos ir a Asilah (se lo recordare hasta que pueda volver a Tanger de nuevo, menos mal que esta aqui al lado y vale barato), pues nos dedicamos al Shopping jajaja. La verdad es que se notaba que era domingo, habian atracado varios barcos de pasajeros en el puerto y la medina estaba revuelta con los turistas, en cierto modo entiendo muchas veces cuando los turistas de crucero no quieren volver a este tipo de ciudades porque los acosan literalmente; pero es curioso Tony y yo paseabamos ajenos a todo. Nos sentamos en un cafe a tomarnos un te y mirar a la gente pasar, estabamos tan agusto en Tanger que mirabamos y nos sentabamos hasta de cara a la calle como ellos hacen.

Pasamos de nuevo por la tienda de nuestro amigo y compramos otro juego de te esta vez más economico, nos despedimos de el y le prometimos una nueva visita, en nuestro regreso.

Ya estaba atardeciendo, nos fuimos al mirador para ver como caia la tarde, ya que despues de la lluvia el cielo se torno azul como si jamas hubiera llovido. Era una tarde romantica, nos sentamos a ver el atardecer, los dos superacaramelados, dejandonos llevar por los olores y el aire que se respiraba. Vimos el atardecer y paseamos de nuevo hasta el zoco, nos paramos a ver todos los escaparates y llevando regalitos para todos, a mi me echaron de dos tiendas por lista, en una el hombre me dijo "no puedo negociar contigo" jajajaja tambien fui una chula y le dije que para ese precio lo compraba en El Corte Ingles que podia descambiarlo, ya todo nos daba risa mi marido un experto en regateo, faceta que hemos descubierto ahora ya que el es hipercortado, se encargaba de todo, a mi me daba rabia, pero en el fondo yo le pinchaba y le decia si o no.

Estaba ya la noche cerrada cuando decidimos volver al hotel, y paramos para cenar de nuevo en el mismo bar de la noche anterior.

Llegamos nos duchamos y a dormir pero con la pena que al dia siguiente regresariamos a casa.

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