En lo referente al vuelo, no hubo ningún tipo de problemas con la compañía Air Canada. Los vuelos fueron puntuales y el servicio excelente. Salimos de Madrid temprano dirección Toronto en un B767 muy cómodo y amplio.
La comida servida a bordo no es gran cosa, pero al menos quita el hambre de las alturas:
Tras unas 9 horas de vuelo, llegamos a Toronto, donde obligatoriamente hay que coger las maletas para pasar el control aduanero.
Es en Toronto donde hicimos el papeleo necesario para poder entrar en los EEUU. Nos confiamos tanto que al final casi perdemos el vuelo hasta NY, ya que tuvimos que repetir varias veces el papelito verde (siempre nos equivocábamos en algo) y además nos hicieron abrir las maletas para registrarlas. Tras mucho correr y con el corazón a mil por horas, cogimos el vuelo rumbo al aeropuerto de La Guardia.
Este vuelo de corta duración tampoco tuvo problema. Ya estábamos en New York ¡¡
La primera impresión que recibimos nada más bajarnos del avión, fue el olor a McDonald que hay en el ambiente. Todo huele a perrito caliente, hamburguesas. Nuestro sentido del Olfato comenzó a estimularse, y de qué manera ¡¡¡
Tras recoger las maletas nos fuimos a la puerta y buscamos un teléfono para llamar al hotel, ya que este ofrece a sus huéspedes servicio gratuito de recogida en los aeropuertos de La Guardia y JFK. En 15 minutos nos recogieron en una VAN y nos dejaron en el hotel. El hotel está bastante bien, las habitaciones eran amplias y tiene wi-fi gratuito, además de 2 PC en el hall que también se pueden utilizar.
En la recepción te atienden en español, así que pedimos a un recepcionista que nos orientara un poco, con el tema del metro, mapas, horarios, etc.
Una de las cosas que nos recomendó fue hacer al día siguiente un TOUR guiado con una empresa que él conocía. Nos pareció buena idea y la reservamos, de esa manera el primer día tendríamos una primera toma de contacto con la ciudad. Como veréis, fue un acierto. Pero eso sería mañana. Aun era temprano, así que, ansiosos, en lugar de descansar, dejamos las cosas en el hotel, nos duchamos y cogimos el metro hasta la Gran Manzana.
Nos bajamos en Times Square, y tras subir las escaleras hacia el exterior nos quedamos sin respirar… IMPRESIONANTE ¡¡¡ Aquello era como meterte dentro de una película, todo nos resultaba familiar, muchas luces, mucho ruido, cientos de taxis amarillos por todos lados, estábamos alucinando. Nuestro sentido de la Vista se desbordó ¡¡¡
Con unos bomberos muy amables:
Tras el shock inicial empezamos a pasear para tantear el terreno, pero entre que estábamos cansados, era de noche y estábamos flipando, no conseguíamos orientarnos en aquella jungla de cemento.
Al menos, aprovechamos para comer algo en uno de los miles de Delis que hay en NY, y por supuesto un perrito caliente en uno de esos carritos callejeros. Saben igual que las que te comes en tu casa, pero lo disfrutas mil veces más ¡¡¡ Sentido del Gusto al 100% ¡¡¡
Luego dimos una vuelta por la zona, entrando en varias tiendas, como la de Toy´us:
Ya con el buche lleno y agotados por la paliza del viaje, decidimos volver al hotel y descansar, ya que mañana el TOUR empieza muy temprano. I LOVE NY ¡¡¡