Salimos temprano de Bryce después de INMEEEEEEEEEENSSOOOOO desayuno en el buffet del Ruby’s Inn. Llenamos el depósito vamos que nos vamos.
Las 8 de la mañana, y nos esperaban por delante, algo más de 800 kilómetros. Si, una locura total y más conduciendo una sola persona… pero bueno, el tiempo jugaba en nuestra contra; así que bueno preferí no esperar en lo que me esperaba… que además os aseguro que el día iba a ser intenso, muy intenso.
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Bueno, íbamos contentos porque a pesar de que nos esperaba una buena paliza por delante, íbamos a dormir muy cerca de Yosemite. Por eso hicimos esa locura de tantas horas de camino, para al día siguiente poder aprovechar a tope en Yosemite.
Pasamos por pueblos como Panwitch (un pueblo típico del lejano oeste, con salones incluídos), Cedar City, y llegamos a Nevada de nuevo pasando por Panaca o Caliente.
En Caliente paramos en una farmacia a comprar algo de medicación para Alberto; el aire acondicionado de Las Vegas, del coche, los calores… habían hecho estragos en su garganta y la llevaba hecha una pena…
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Ya llevábamos un buen rato de camino, y los paisajes eran ya típicos de nevada. Nada, desérticos.
Miro el depósito de gasolina, y decidimos seguir porque quedaba medio depósito y más de cuarto, vamos que íbamos bien.
Total que seguimos el camino y nos metemos por una carretera desde la que se divisa el Dry Lake Valley. Y vemos un aviso que dice que hasta unos cientos de kilómetros más allá no había gasolineras. No hay problema, tenemos gasolina de sobra para unos cientos de kilómetros.
Y de repente flipo en colores desérticos porque vemos un cartel con el nombre de la carretera: EXTRATERRESTRIAL HWY 375. Bienvenidos al Infierno, a la nada… De verdad que aquello era una carretera en medio de la nada, no se si el nombre se lo pusieron por alguien que divisó ovnis o que coj… pero allí no había nada, bueno sí: vacas. ¿Vacas??? Alucinante, y yo le decía a Alberto, pero como coño hay vacas si no tienen ni escorpiones que comer ¡!!!!!!
Esto es lo que vimos durante “cienes y cienes” de millas…
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Total que vemos una especie de pueblo (3 casas) con un viejo surtidor de gasolina abandonado… vamos como en las pelis de terror en las que se meten y aparece el de la Matanza de Texas y yo ahí no me meto ni de broma ¡!!!!! Que uno ha crecido viendo esas películas ¡!! El pueblo se llamaba Rachel.
Pasamos de largo y seguimos por esa “entretenida” carretera, larga, un calor… sin una curva, sin nadie… No pasa nada queda medio depósito… y de repente el contador baja a un cuarto… como ¿?????? No puede ser!! Así de repente????? Uffff de verdad que empecé a ponerme muy nervioso a tener sudores fríos… aquello bajaba y no había señal de gasolinera alguna… total que seguimos camino, yo estaba en un estado de ansiedad que no os podéis imaginar. Alberto tranquilo, cosa que me ponía más de mala leche…
Seguimos…
Estaba a punto de saltar la reserva y yo me puse muy mal, me faltaba hasta el aire de los nervios que tenía ¡!! A todo esto, había apagado el aire… para gastar menos, es que me estoy acordando y se me pone un nudo en la garganta… Total que vemos un área de descanso y paramos el coche. Uffff de verdad total que así a lo tonto, el paró a un coche preguntándole si tenía gasolina… mira me puse… total que tuvimos una bronca monumental ¡!! Que mal recuerdo de verdad, que mal trago… Teníamos dos opciones o seguir allí o continuar y quedarnos tirados más adelante… Seguimos, y salta la reserva!!! Uffff yo ya hasta me reía porque claro…
No sabía cuánto quedaba hasta la siguiente gasolinera… Pero de repente tras un montón de kilómetros llegamos a Tonopah y paramos en la primera gasolinera y se paró el coche en el surtidor… Os juro que se me saltaron las lágrimas. De verdad, no sé ni cómo llegamos, pero el mal rato que pasé… os aseguro que pocas veces lo he pasado tan mal…
El pueblo hasta me pareció encantador jajajajaja
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Pero bueno ya había pasado… Además la bronca… que mal recuerdo por dios ¡!! Bueno ahora lo recuerdo y me río jajajajaja; menuda aventura!!!!
Y por fín después de muchas millas llegamos a las carreteras de Sierra Nevada. Recordé que allí era una hora menos.
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Llegamos a Lee Vining a eso de las 4 de la tarde. De nuevo un hotel muy correcto, pero muy caro, en Lee Vining la oferta hotelera es escasa y cara pero tenía 2 ventajas: estaba pegado a Mono Lake, a la ciudad fantasma de Bodie y a las puertas de Yosemite.
De nuevo una habitación enorme, confortable, con wifi, nevera, microondas…Siento no poner foto pero se me olvidó hacerla…
Me acordé que Bodie cerraba a las 6 ¡!! Así que fuimos corriendo hacia allí ¡!! Que alegría ¡!!!!!
Bodie se encuentra a unos 40 minutos en coche desde Lee Vining. Yo tenía muchas ganas de ir pero, pensé que no llegaríamos a tiempo así que descarté su visita en el planning así que imaginaos que sorpresa ¡!
Bodie fue la segunda ciudad más poblada de California después de San Francisco gracias a una brecha con oro que descubrieron en 1859.
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En 1870 la ciudad estaba en todo su apogeo y contaba con 65 saloons. Se ganó una mala reputación debido a la inmensa población china, a la prostitución y a los crímenes que allí se cometían. Al parecer había un alto índice de crímenes pasionales y problemas con el consumo de opio.
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En 1882 comenzó el declive de la ciudad con el declive de las compañías mineras. Y en 1892 y 1898, sufrió dos enormes incendios.
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Durante la Segunda Guerra Mundial, los escasos pobladores de Bodie, fueron muriendo y en 1960 fue declarada ciudad fantasma.
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A mí me pareció muy auténtica, solo hay una tienda de souvenirs (nos habían comentado que en calico las hay a pares) y tiene un sabor añejo que me encantó. Fue como volver años atrás y trasladarte a una auténtica ciudad de la fiebre del oro.
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Una visita que nos dejó muy buen sabor de boca, con unas buenas fotos para el recuerdo.
Salimos de Bodie y nos pusimos en marcha hacia el Mono Lake, un poco antes de llegar a Lee Vining de nuevo.
Me pareció precioso, un lugar espléndido, y eso que las formaciones calcáreas por las que es más conocido no podían verse en todo su esplendor porque este año a esas alturas aun había mucha agua.
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Pero fueron momentos de gran tranquilidad, apenas había gente, ni ruido. Solo nosotros y el lago. Además el color del agua estaba precioso.
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Como curiosidad deciros, que no hace mucho años, encontraron una bacteria en las aguas que siguen investigando porque puede llegar a demostrar que puede haber “vida” en otros planetas.
Vimos atardecer en el lago mono, tranquilos, descansando, y pasando el mal trago de hacía un rato… Y guardando más imágenes para el recuerdo.
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Volvimos hacia Lee Vining y decidimos cenar en uno de los restaurantes del pueblo, una buena cena de nuevo, con cerveza bien fría, con un pastel de zanahoria EXQUISITO!!! Y por 34 dólares los dos…
Y después de esto, nos fuimos a darnos un merecido baño y a la cama que el día había sido muuuuuuy largo…