![]() ![]() Bratislava, o de cómo transportarse a una nueva Edad Media. ✏️ Diarios de Viajes de Eslovaquia
Y todo empezó hace unos años cuando se me metió en la cabeza conocer lo antes posible Praga, Viena y Budapest; y todo se fraguó hace cosa de dos meses cuando decidimos hacerlo. Teníamos 8 días y tras mucho pensar, creímos que dejar Praga para otra...![]() Diario: Bratislava, Viena y Budapest: 3 idiomas, 3 culturas, un sueño hecho realidad.⭐ Puntos: 4.8 (4 Votos) Etapas: 5 Localización:![]() Y todo empezó hace unos años cuando se me metió en la cabeza conocer lo antes posible Praga, Viena y Budapest; y todo se fraguó hace cosa de dos meses cuando decidimos hacerlo. Teníamos 8 días y tras mucho pensar, creímos que dejar Praga para otra ocasión iba a ser mejor puesto que íbamos a ir a disfrutar, y ver tres capitales grandes en tan poco tiempo...nos hizo cambiar Praga por Bratislava (por el hecho de que también Ryanair nos dejaba en Bratislava y que un amigo que estuvo el año pasado me había hablado muy bien de la pequeña capital eslovaca). Salimos el día 17 de julio de Zaragoza para llegar a Bérgamo (Milán) y hacer noche en el aeropuerto hasta que saliese el avión Bérgamo-Bratislava. Fue duro, no digo que no, pero tras 9 horas "tirados" todavía tienes más ganas de disfrutar de lo que viene por delante. Un poco de lectura, música, paseos, observar a muchas más personas que, como nosotros, estaban allí esperando nuevo rumbo, y ya, a embarcar. El vuelo no tuvo retraso ni incidencias (si las hubo, mi sueño profundo en el avión no me dejó enterarme...) y por fin llegamos a Bratislava sobre las 7.40 de la mañana del lunes 18. Directos fuimos a la salida y a comprar los billetes (en unas máquinas naranjas) de bus para ir al centro. La opción, la cuarta empezando por arriba en la que pone 0.70€ y que sirve para una hora. Íbamos avisados, y llevábamos suelto para comprarlos, así que lo siguiente fue subir en el autobús nº 61 que lleva a Hlavna Stánica (la estación central de trenes). En unos 20 minutos estábamos allí, y aunque nuestro hotel se encontraba en la orilla del Danubio, decidimos ir andando,total, eran dos calles largas...Pero claro, cuando llevas un día sin dormir las calles se hacen el doble de largas debido al cansancio y demás, pero bueno, tras callejear (sin quererlo) un poco, llegamos por fin al Park Inn Danube. El hotel bien. No es un 4 estrellas como la gente se puede pensar al compararlo con España, pero está bien. El desayuno tipo bufé bastante copioso y el trato correcto. Tuvimos un pequeño fiasco, y es que pensábamos que con la reserva (48 € la habitación doble) entraba también el poder disfrutar de la zona de piscina y gimnasio, pero cuando llevábamos el bañador y chanclas puestos, nos dicen que hay que pagar...así que, tras horas esperando a darnos un baño relajante, nos tuvimos que conformar con la bañera de la habitación. Eran las 9 y poco de la mañana, y tras dejar maletas y echar un vistazo, nos ponemos rumbo a visitar el centro de Bratislava hasta que el cuerpo aguante y nos pida unas horas de sueño. Primer revés del viaje! Me he dejado una de las dos baterías de mi cámara en casa...así que habrá que tirar con lo que nos alcance una batería, y llevar la cámara de apoyo de mi novia. El disgusto me duró lo que tardamos en bajar en ascensor y salir a la calle, que habíamos ido a disfrutar, no a angustiarnos por lo primero que nos pase!! Pasamos por la plaza de al lado del hotel, Rybne namestie, y alcanzamos la catedral de San Martín. Primer andamio de lo que iba a ser un viaje repleto de ellos...Llegamos a Ventùrska y seguimos por Michalskà, las dos calles desde donde se ve la famosa Puerta de San Miguel que cruzamos por debajo. *** Imagen borrada de Tinypic *** Puerta de San Miguel desde Michalskà Nuestra intención era subir a ver las vistas, pero finalmente no lo hicimos. Llegamos a la intersección de tres calles anchas y damos un paseillo sin ninguna prisa viendo el Palacio Grassalkovich (donde vive el presidente eslovaco) con su fuente y sus guardias. También recorremos Obchodna y vemos un puesto de pizzas al taglio que luego iba a ser nuestra comida. Pasamos a Correos para hacernos con unos sellos para regalo, y nos acercamos a una superficie comercial donde hay, entre otras cosas, un Tesco para comprar. Hacemos unas comprillas viendo que los precios son significativamente más bajos que en España y con un cansancio considerable pasamos por el puesto antes mencionado, compramos tres porciones grandes de pizza para llevar (4,50€) y en el hotel damos cuenta de ellas para luego dormir una siestecilla de 3 horas apróx. Luego, disfrutaremos más, seguro. *** Imagen borrada de Tinypic *** Palacio Grassalkovich en Hodzôvo nàmestie A las 15.30 pusimos nuestros pies otra vez en funcionamiento y salimos con ganas de ver muchas más cosas. En vez de ir hacia la Catedral, esta vez nos fuimos hacia la derecha por Hviezdoslavovo nàm. hasta el Teatro Nacional Eslovaco. Un boulevard con fuentes, canales, estatuas y puestecitos de souvenirs. Seguimos callejeando y sin querer, dimos con dos de las cuatro famosas estatuas: Cumil (obrero que sale de una alcantarilla y que, según cuentan, mira las faldas de las turistas) y Schoner Naci ("Bello Ignacio") que, aunque pobre, nunca dejó de llevar frac y sombrero de copa. *** Imagen borrada de Tinypic *** Cumil Continuamos hacia la plaza del antiguo Ayuntamiento que nos parece preciosa, con sus edificios en diferentes colores, terrazas donde tomar algo, y otra de las estatuas: un soldado de aspecto Napoleónico apoyado en un banco. Allí también, pecamos de turistas y compramos algunos detalles para familia y amigos, que si un chupito, que si unos imanes...De ahí pasamos a la plaza del Palacio Primacial (donde se encuentra una oficina de turismo) con su fachada rosa y con un encanto especial. Justo ahí nos descargó la primera nube del viaje, pero fueron a penas 10 minutos, así que seguimos rumbo a la Iglesia Azul (Sta.Isabel). *** Imagen borrada de Tinypic *** Hlavnè nàm (Plaza del Ayuntamiento) Tras tomar un helado riquísimo a muy buen precio fuimos por Stùrovà y giramos por unas calles hasta dar con la Iglesia Azul. ¡¡Qué preciosidad!! Nos encantó tanto por fuera como por dentro, aunque a decir verdad, por dentro sólo pudimos echar un vistazo desde una valla porque se encontraba "cerrada". Aún así, nos encantó ver algo tan diferente, porque iglesias todos hemos visto centenares, pero así decoradas... *** Imagen borrada de Tinypic *** Iglesia Azul por dentro *** Imagen borrada de Tinypic *** Iglesia Azul por fuera Tras verla y hacer unas fotos, fuimos bordeando el Danubio hasta el hotel y al ver el Castillo (Hrad) decidimos subir hasta arriba para ver qué tal. Había leído opiniones algo malas y es que, si buscas un castillo como el de Drácula o similares, éste no lo es. Ya desde abajo se ve que es sencillito, nada parecido al medievo si no más bien un edificio blanco digno de ser un ministerio en vez de un castillo. Supongo que al esperar tan poco, me sorprendió gratamente, porque está limpio (cosa que no es fácil por lo que vi en Bratislava) y con una plaza con vistas al Danubio bastante bonita. El Castillo ahora es museo por dentro, así que estuvimos un ratillo haciendo fotos y disfrutando, y de vuelta al hotel a por nuestro baño frustrado : ( *** Imagen borrada de Tinypic *** Vistas del Danubio desde el Castillo (Hrad) *** Imagen borrada de Tinypic *** Estatua en la plaza del Castillo. Tras descansar algo en el hotel, ya casi anocheciendo a eso de las 20.00 fuimos a buscar un sitio donde cenar, a ser posible, algo típico. Tras recorrernos el centro, volver a la Plaza del Ayuntamiento con colores tenues que anunciaban la noche en breves minutos, decidimos entrar en un sitio algo escondido llamado "Prasna Bastà". La cena nos salió a 21.30€ con una ensalada de pollo, pipas de calabaza y aceite de calabaza también; un risotto de setas y parmesano y un Bryndzovè halusky (un especie de plato típico parecido a los gnnochi con queso de oveja y bacon) que estaba muy pero que muy bueno. De beber una botella grande de agua sin gas o como dicen allí "Neperliva", aunque con decir "NO GAS" entienden perfectamente. *** Imagen borrada de Tinypic *** Plaza Ayuntamiento atardeciendo Salimos del restaurante y tuvimos que esperar unos minutillos a que parase otra tormenta de verano con más fuerza que la de la tarde y entonces caímos que no habíamos visto la cuarta estatua en discordia: el Paparazzi. Así que fuimos en su busca y captura y pronto la encontramos. Unas fotos de noche, un heladito más (están tirados de precio!) y a dormir. Mañana, toca madrugar para ir a Viena! *** Imagen borrada de Tinypic *** Paparazzi *** Imagen borrada de Tinypic *** Castillo iluminado de noche Impresión final de Bratislava: ni más ni menos que lo que esperábamos. Una ciudad decaída en su exterior, pero con un centro animado y restaurado que hace que los paseos por sus calles se hagan amenos. Precios más baratos de lo que estamos acostumbrados en España y en cuanto al trato de la gente, se puede decir, que al no ser una ciudad destinada al turismo, no parecen llevar muy bien eso de que les hablen en inglés, pero siempre correctamente así que no tuvimos ningún incidente. ¿Merece la pena visitarla?; bajo mi punto de vista, sí, muy recomendable! Es algo diferente, y el centro se puede ver en apenas unas horas con lo que un día lo veo perfecto para hacerte una idea general si te pilla de camino o si, com suele pasar, hay un día de sobra en Viena o Budapest.
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