Segundo día de viaje y amanecemos en Rothenburg, ciudad medieval amurallada situada en el valle del río Tauber.
Aunque también fue parcialmente destruída durante la segunda guerra mundial , sus edificios más emblemáticos no resultaron afectados.
La ciudad nos resulta relajante, no hay apenas coches, exceptuando los carruajes de caballos, la gente es muy amable y no tiene prisa, las calles del centro están llenas de pastelerías típicas, una gran tienda de navidad, artesanía y restaurantes de gastronomía local. El turismo es la principal fuente de ingresos de la ciudad, aunque nosotros no vimos apenas turistas(era marzo)
Nos dedicamos a recorrer sus calles y la muralla que también se puede ver por dentro.
La muralla mide 3,4 km y tiene 6 puertas .Hay un tramo que nos llamó mucho la atención pues en cada piedra aparece un nombre grabado. Son nombres de gente que donó dinero para su conservación.
También visitamos el ayuntamiento renacentista y subimos hasta lo alto de su torre pues desde allí hay unas vistas fabulosas sobre la cuidad.
Al salir del ayuntamiento entramos en una pastelería para probar los dulces típicos: las bolas de nieve. Son unos pasteles redondos enormes y de todos los sabores que te puedas imaginar.
Probamos los de canela y los de chocolate.
Comimos en un restaurante típico y pasamos la tarde visitando el resto de la ciudad.Queríamos ver la Iglesia de Santiago pero estaba cerrada.
Nos acostamos pronto pues al día siguiente partíamos hacia Ausburg.