Para las excursiones contactamos por el foro con varias personas que estaban organizando grupos, al final nos unimos a un grupo para hacer dos excursiones: una a Cobá, Gran Cenote, Tulum y Playa Paraíso y otra a Ek Balam, Chichén Itzá, cenote Iz Kill y cenote Diztnup. Finalmente seríamos 14 y llenaríamos la van (bueno para la segunda excursión tuvimos dos bajas y nos quedamos en 12 pero igualmente nos salió muy barato).
Excursión Cobá – Gran Cenote – Tulum – Playa Paraíso
El guia nos recogió en nuestro hotel a las 6:30 de la mañana, puntualidad inglesa. Habíamos llegado al lobby un rato antes para desayunar algo, había una máquina de café en la que ya no quedaba café (salía agua sucia) y algunos bollos un poco secos (eran como los del buffet pero yo creo que del día anterior).
La primera parada fue Cobá. Cogimos un guía para el grupo, al ser tantos salía muy barato pero siendo menos yo igual no lo cogería, el guía sólo te acompaña durante el primer grupo de ruinas y luego te deja al principio del camino hacia la pirámide, el cual puedes hacer a pie o alquilando una bici o una bici-taxi (para dos). Mi idea era coger la bici-taxi porque había leído que los que las llevan también saben cosas y te hacen medio de guía pero finalmente cogimos el guía para el grupo e hicimos este camino andando, no es mucho, se hace bien. La pirámide de Cobá mide 42 metros de altura y se puede subir hasta arriba, los escalones son muy irregulares lo cual dificulta un poco la subida pero se hace bastante bien, eso sí llegas arriba agotado. Las vistas desde arriba están bien pero tampoco nos parecieron tan espectaculares como habíamos leído, se ve la inmensidad de la selva y el pico de las otras ruinas de Cobá (las que vimos al principio con el guía). Para mí la bajada fue mucho peor que la subida, al ser los escalones tan altos e irregulares fuerzas mucho la pierna y me dieron varios tirones musculares que me supusieron agujetas muy fuertes durante dos días (no fui la única del grupo a la que le pasó, en la excursión a Chichén estábamos todas averiadas).
Hoy por hoy no iría a Cobá, para mi no mereció mucho la pena.

Después fuimos al Gran Cenote. Es muy bonito, con agua cristalina que permite ver las piedras del fondo y varias grutas que puedes recorrer, por una de ellas llegas a otro pozo. Yo no me bañé, ya he comentado que el agua no es mi medio y bañarme en una semi-cueva con agua fría y murciélagos volando no me parecía demasiado apetecible (y eso que tenía un calor de muerte). Posteriormente me he arrepentido de no haberme bañado porque pensaba que me apetecería más en algún otro de los cenotes que íbamos a visitar y no fue así, al contrario.


La siguiente parada fue Tulum. Son unas ruinas junto al mar preciosas y muy muy fotogénicas, esto sí que merece la pena, de hecho se nos hizo corta la visita porque para el tiempo que teníamos tuvimos que ir a toda leche sin poder casi pararnos a leer los carteles ni nada, también es cierto que ya cascaba muchísimo el sol y teníamos unas ganas locas de llegar a la playa de las ruinas para poder bañarnos… La playa es preciosa, muy pequeña pero con un agua turquesa increíble, este rato de baño lo disfrutamos mucho. Hay un trenecito para llegar a las ruinas desde donde nos dejó el taxista (creo que eran unos 50 pesos ida y vuelta) se puede hacer andando porque no es muy largo pero con la solana que hacía no era plan. Si yo volviera, iría a Tulum por mi cuenta en van desde el Palladium, bien temprano para poder ver las ruinas tranquilamente y pararme a hacer millones de fotos sin tanto calor y con menos gente… Nosotros lo hicimos en excursión porque a Cobá es más difícil llegar por tu cuenta pero, como ya he dicho que si repitiera no iría a Cobá, pues aprovecharía mejor la mañana para ver Tulum con más calma…

Después fuimos a comer al restaurante Oscar y Lalo, donde ya nos tenían preparada una mesa redonda gigante para los 14. Estaba todo muy bueno pero para los precios que yo había leído por el foro me pareció un poco caro, pagamos unos 480 pesos la pareja por un plato cada uno y tres cervezas (en nuestro caso). Cierto es que el restaurante está muy bien decorado y es muy bonito pero vimos a la dueña y es americana y eso me echa un poco para atrás, le resta autenticidad al sitio. Desde luego no era un restaurante donde vayan los mexicanos, de hecho estábamos sólo nosotros ese día. Si hacéis las excursiones por vuestra cuenta, poneos de acuerdo entre todos para pedirle al taxista que os lleve a un sitio auténtico, si no os llevará al sitio para turistas de turno donde sospecho que le darán una comisión.
Por último nos quedaba Playa Paraíso. Aquí tuvimos una hora más o menos porque a las 17:30 cerraban el parking y ya no nos podría recoger el taxista. La playa es la típica playa caribeña de postal con arena blanca, agua turquesa y palmera inclinada… pero con gente. Después de estar en la isla Saona el año pasado en nuestro viaje a Punta Cana no nos sorprendió demasiado.
Poco después de las 18:00 ya estábamos de vuelta en nuestro hotel. La excursión nos salió completa contanto transporte, entradas, aparcamientos, comida y guía en Cobá por unos 600 pesos por persona.
Excursión Ek Balam – Chichén Itzá – Cenote Iz Kill – Cenote Diztnup
Como hasta Chichén hay un buen trecho, para esta excursión el taxista había quedado en recogernos a las 5:50. No teníamos pensado desayunar para madrugar un poco menos pero al pasar por recepción vimos que había zumo y más variedad de bollos así que nos cogimos alguno para ir comiendo en la van, este día estaban tiernísimos y había muchos, supongo que porque era más temprano.
La primera parada fue Ek Balam (tardamos bastante en llegar hasta aquí, no recuerdo cuánto pero se nos hizo largo, sobre todo porque íbamos en la van atrás del todo y no escuchábamos las explicaciones del taxista). Estas ruinas son muy chulas y muy diferentes a las anteriores, merecen una visita. Además hay un templo principal al que también se puede subir, no es tan alto como el de Cobá pero tiene vistas similares y las escaleras son mucho más “amigables”. Yo no subí porque todavía tenía unas agujetas tremendas de Cobá, sobre todo al bajar escaleras… pero vi fotos y vídeos y ya os digo que yo sin duda cambiaría Cobá por esto.

Después seguimos hasta Chichén Itzá. Allí nos esperaba el guía oficial con el que había contactado el taxista para que nos acompañara en la visita. Sólo tengo buenas palabras para Arturo, qué control y que manera más amena de explicar las cosas, te enganchaba… Las ruinas de Chichén Itzá son algo impresionante, no se puede explicar, es algo que hay que ver in situ, no podría describir la sensación que te recorre el cuerpo cuando te paras en la base de la pirámide de Kukulcan y escuchas el eco de tus aplausos, es sorprendente. El guia nos explicó el fenómeno de luz y sombra que se producía con cada equinocio, era justo 22 de septiembre, así que ese día a partir de las 16:00 se podría ver, si hubiéramos cambiado el orden de las visitas… No nos dio pena porque por lo visto al ir a esa hora veríamos las ruinas atestadas de gente y ya bastante había cuando estuvimos nosotros… además días más tarde nos enteramos por una pareja que conocimos en el hotel que esa tarde se había nublado y no habían podido ver nada, además de pillarse una buena chupa y compartir las ruinas con miles de personas. A nosotros la visita a Chichén fue la que más nos gustó junto con Tulum, y eso que pasamos un calor indescriptible, todos chorreando sudor. Yo me llevé un paraguas en plan japonesa y os lo recomiendo encarecidamente porque el guia siempre iba buscando la sombra pero de un sitio a otro chupábamos bastante sol…



Después de la visita el guia nos dejó un tiempo libre a nuestro aire para hacer fotos y compras, la verdad es que nos dio el tiempo justo para comprar dos o tres cosas que queríamos pero, si tenéis intención de comprar más, decidle al guía que os deje por lo menos una hora porque en el regateo se va bastante tiempo. Si en el grupo hay varios que quieran comprar lo mismo, lo ideal es que os juntéis para regatear porque al pedir el precio por varias unidades puedes apretar un poco más. Nosotros nos cogimos un calendario azteca de piedra de tamaño mediano por 50 pesos y dos vestidos (tipo bata) para mi madre bordados a mano por 450 pesos (en realidad nos juntamos con otra pareja y sacamos 4 por 900), cuando pedían al inicio casi 400 pesos por uno, incluso creo que los podríamos haber sacado por menos. Muy importante, si os juntáis varios para regatear lo mismo, poneos de acuerdo en el precio que queréis sacar y que sea uno el que lleve la voz cantante, siempre hay que ofrecer menos del precio que queréis sacar para poder ir ajustando.
Después de esta visita tocaba comer. El taxista nos llevó a un restaurante tipo buffet en Pisté (pueblo junto a Chichén Itzá). A mí no me gustó mucho, había poco para elegir, estaba todo bueno pero tampoco para tirar cohetes. Era un sitio totalmente orientado al turismo, todas las mesas estaban reservadas para excursiones de una agencia, afortunadamente llegamos antes que ellos porque cuando llegaron todos a la vez (varios autobuses) se formó una cola impresionante para coger la comida. A mitad de comida unas parejas vestidas con trajes típicos se pusieron a bailar una especie de danza regional con una bandeja con vasos y botellas en la cabeza, una turistada. Además a la salida hay otra señora pidiendo propinas para los bailarines que poco más te bloquea la puerta. Pagamos por la comida 120 pesos por persona, bebida aparte (una cerveza eran 35 pesos).
Yo este sitio no lo recomiendo para nada y me consta por varios diarios que son unos cuantos los taxistas que llevan a las excursiones aquí. Por favor, ¡no lo hagáis!
Pedidles que os lleven a sitios auténticos que, para un día que salís del hotel, ir a meterse a este circo es un pecado…
Después de la comida nos fuimos al cenote Iz-Kill, a mí fue el que menos me gustó. Para las fotos queda muy chulo con tanta liana cayendo desde el agujero pero está super masificado, no sé cuántas personas podría haber allí. Eso sí, los chicos se lo pasaron bomba tirándose desde lo alto de las escaleras. Este cenote tiene muchísima profundidad, unos 40 metros, con lo que el agua se ve muy oscura, en ese sentido no es tan bonito como el Gran Cenote.

Por último nos quedaba el cenote Diztnup. Este está muy bien para hacer fotos aunque necesitaréis un trípode o, si no lleváis, os podéis apoyar en las cercas de madera como hice yo. Aquí tampoco me bañé ¿qué raro no? Es un cenote totalmente cerrado (como en una cueva), sólo hay un pequeño agujero en el “techo” por el que entra la luz. El agua estaba fresquita (más o menos como en todos los cenotes) y había unos peces negros con muy mala pinta (creo que no hacían nada porque se bañaron varios del grupo y salieron sanos y salvos).

Después de esto ya nos volvimos al hotel, llegamos un poco más tarde que el día anterior, sobre las 18:30, de cabeza al spa. Esta excursión nos salió completa contanto transporte, entradas, aparcamientos, peaje, comida y guía en Chichén Itzá por unos 800 pesos por persona.
Playa Akumal – nado con tortugas
Aquí fuimos por nuestra cuenta. Una mañana después de desayunar salimos a la carretera para coger la van, hay que cruzar al otro lado para cogerla en dirección Tulum. Antes de llegar al otro lado ya nos estaba esperando una, le dijimos que íbamos a Playa Akumal y nos sentamos. Creo que no tardó ni 10 minutos y pagamos 40 pesos por los dos.
Al bajarte de la van, tienes que cruzar por un puente al otro lado de la carretera. Después de la marquesina de autobús, a la izquierda, sale un camino recto que en unos 10 minutos andando te deja en la playa, hay que pasar un arco y luego a la izquierda.
Hay varias personas que os intentarán vender paseos en barca para ver las tortugas pero NO ES NECESARIO. Uno de los vendedores nos explicó como se dividía la playa en zonas, que si pasto marino, que si arrecifes… y nos llegó a decir que el uso del chaleco era obligatorio, ya que si te cansas y te pones de pie puedes dañar el pasto marino, que lo alquilásemos en el centro de buceo. Fuimos al centro de buceo y preguntamos qué era necesario para poder meterse a ver las tortugas (teníamos nuestro propio equipo de snorkel, gafas, tubo y aletas) y nos dijo que si nadábamos bien no hacía falta nada más. Yo no nado bien pero para eso me llevaba un cinturón de estos con flotadores que me vino de perlas. Nos explicó que no podíamos tocar las tortugas, que también podía haber mantas raya… y hasta luego. Vamos que, como dijo mi chico, si te quieren engañar al menos podrían ponerse de acuerdo.
De primeras yo no me atreví a entrar, lo de las mantas raya me había dejado impactada y todavía tenía en la retina el recuerdo de los peces gordos acosadores de la playa del Palladium… Mi chico (que en otra vida creo que fue pez) se metió y tardó un buen rato en salir, venía alucinado, que si era increíble, que si no pasa nada, que sólo hay peces pequeños, que las tortugas son muy majas y pasan de ti… vamos, que me convenció. Y menos mal, porque fue una de las mejores experiencias del viaje si no la mejor. Cuando ves la primera tortuga no te lo puedes creer, ahí tan tranquila pastando en el fondo… y cuando salen a respirar… madre mía eso es increíble… son tan elegantes y tienen esa carita de bonachonas… ¡yo quiero una!

También vimos una manta raya bastante grande pero pegada al fondo, yo no quise mirarla mucho porque me dan bastante cague…

Y unos pececillos muy majos como con una trompeta morada en la nariz… de éstos no tengo foto.
Después de un buen rato en el agua nos salimos, casi sin creernos el momento que acabábamos de vivir. Nos secamos un poco, recogimos nuestras cosas y emprendimos el camino de vuelta a la carretera para coger la van. Esta vez nos tocó esperar unos cinco minutos por ella, subimos, le dijimos que íbamos al Palladium y de nuevo en menos de 10 minutos estábamos allí, 40 pesos los dos igual que a la ida.
Así que por el módico precio de 80 pesos los dos y sin perder el desayuno ni la comida en el hotel, habíamos hecho la excursión que mejor sabor de boca nos dejaría.
Otras excursiones que se pueden hacer pero no hicimos son los parques de Xelha o Xcaret o la reserva natural de Sian-Kan. Esta última sí que nos la recomendaron otros foreros que habían ido así que, quién sabe, quizás para el próximo viaje…