Este día hicimos un recorrido por la Selva Negra de unos 280km. Fue bastante relajado y nos permitió disfrutar del precioso paisaje de Alsacia (cercano a EStrasburgo) y luego de la Selva Negra.
Freudenstadt
Tras dejar el hotel y ponernos en marcha, a 1h 30min paramos en Freudenstadt a tomar el típico desayuno : la Schwarzwalder kirschtorte ( la tarta selva negra).
Desde donde aparcamos nos costó horrores encontrar un lugar donde tomarla, pero mereció la pena luego. Ayudados por la gente del pueblo y de Guiomar (nuestra compi que sabe hablar alemán), conseguimos llegar a la plaza principal del pueblo. Allí, unos señores argentinos de una heladería ( síi argentinos en alemania XDD) nos indicaron muy amablemente donde se comía la mejor tarta selva negra de aquel sitio. Y allí que fuimos, a una cafetería que se llamaba "Cafe Pause" y que tenían infita variedad de pasteles y por supuesto la famosa tarta selva negra. Desayunamos de lujo, todo buenísimo, y en las mesitas tenían mantidas para abrigarte si tenías frío. Eso sí, la señora no sabía ni papa de inglés, solo alemán. Así que si alguien va por allí algún día y no sabe alemán, el idioma de las señas es universal: a señalar en la carta con el dedo, no falla.
Triberg:
Seguimos nuestro recorrido por las montañitas de la selva negra hasta llegar a Triberg, el pueblo de los relojes de cucú. Nosotros no les hicimos mucho caso a los relojitos y nos centramos en las cataratas de Triberg que me las imaginaba más pequeñas. Creo que a todos nos gustaron mucho. La entrada nos costó 3 euros ( precio estudiante)


De camino al alojamiento, otra vez para Francia.
Que mareo teníamos: Francia-Alemania-Francia, y al dia siguiente otra vez Alemania y luego Francia...

Nuestro siguiente alojamiento: el camping de Eguisheim des trois chateaux ( o como lo apodamos, "El camping del Silencio" XDD)
Nada más llegar, y llegamos haciendo un poco de jaleo ( lo normal de un grupo de 11 hablando de un coche a otro XD) la señora de recepción nos dejó bien clarito que si la armábamos nos hechaba a la calle. Así que tuvimos que hacer voto de silencio los dos dias que estuvimos allí, y quien más lo sufrió fue Celso ( que llevaba su guitarra para amenizar las noches con la banda sonora de Star War).
De hecho creo que nos dieron las peores parcelas, sin cesped ni na de na, con pendiente y con una disposición un tanto rara. Luego vimos las demás parecelas al dar una vuelta y nos dimmos cuenta de que las nuestras eran un poco caca. Casualidad?? No lo creo jeje. Eso si, no se pudieron quejar de nosotros y dejamos bien claro que los españoles sabemos comportarnos!
