23/08/2011
Al levantarnos nos dirigimos a la terraza a desayunar, croissants con mermeladas y quesitos, mas o menos el mismo desayuno todos los dias del viaje.
Esta etapa iba a ser una de las mas largas del viaje, muchos kilometros y muchas paradas.
Tras una hora de viaje llegamos al Oued Tissint, un Oued es un cauce de un rio que no suele llevar agua habitualmente mas que algunos dias o semanas al año.
Nosotros lo encontramos con agua y buscamos una zona mas alejada del cañon para intentar darnos un baño.
Al acercarnos vemos 4 niños bañandose alli, que se acercan corriendo al coche, ponemos pie en el agua del rio, pero Moha nos advierte de que ese agua puede no estar en las mejores ocndiciones para nosotros a pesar de que los niños estan bañandose y tirandose del puente.
Lety y David deciden probar el agua mientras Sara y yo esperamos en el puente.
Los niños están emocionados por ver a unos turistas allí, no son pesados como lo serán mas tarde en Marrakech, les gusta que les hagamos fotos jugando en el agua y se ponen a jugar al lado nuestro.
Despues de un rato con ellos Moha decide irnos a buscar otra zona del rio donde quizas podemos bañarnos con seguridad, nos despedimos de los niños que siguen al coche, quiza esperaban que les dieramos algo...
La belleza del terreno invita a bañarse alli mismo, refrescarnos y desconectar un buen rato, pero Moha nos sugiere que no lo hagamos, cree que el agua allí no esta en buen estado, asi que la busqueda acaba y nos dirigimos a la carretera.
El trafico por esta carretera es completamente inexistente, circulamos solos por ella y por primera vez empieza a aparecer la arena del desierto a los lados.
El calor es altísimo mientras el Toyota sigue devorando kilometros de carreteras vacias, será cuando lleguemos a Foum Zguid donde la carretera se acabe y deje paso a las pistas de arena.
Pero antes Moha nos tiene preparada una sorpresa, haremos una parada en un hotel de unos conocidos suyos, el hotel está vacio pero dispone de una gran piscina que podremos disfrutar mientras en su restaurante nos preparan una buena (y cara para el lugar) comida.
Llegamos al hotel Bab Rimal, ya sobre pista, el calor es máximo a estas horas del dia, mas de 50 grados, quema el suelo, queman las mesas, incluso las tumbonas de paja que estan al sol queman.
Moha dice que nos prepararan comida en el restaurante del hotel, mientras disfrutamos de una hora en la piscina, sin salir del agua ellos nos traen cervezas y coca colas al borde de la piscina, las tomamos dentro ya que salir es una locura con este calor.
La comida que nos espera despues es una ensalada marroqui de primero y pollo con patatas de segundo, en total algo mas de 15 euros por cabeza.
Al acabar de comer nos bañamos un rato mas y salimos en dirección al lago seco Iriqui.
Fue un lago al que llegaba el rio Draa hasta bien poco que se secó, y hoy aun se pueden ver restos de sal reseca en la fina capa de arena que recubre el lugar.
En muchos tramos del lago se acumula mucha arena , que cubre por completo la superficie.
Con una longitud de mas de 100 kilometros en linea recta, el lago seco es un lugar delimitado por dos pequeñas montañas, una a cada lado, pero desde el centro del lago se vive una tranquilidad absoluta, un lugar perdido lejos de la civilización donde no se distingue nada en el horizonte, solo el vacío.
Aproximadamente media hora despues de que el coche comienze a volar por el lago vemos en el horizonte despejado como aparece alguien allí en mitad de la nada, parece estar con unos animales, nos ve a lo lejos y corre hacia donde cree que va a pasar el coche.
Moha detiene el coche, y aparece este nómada, se le ve bastante afectado por el calor, y pide si podemos darle agua para rellenar su cantimplora vacia, se la rellenamos con una de las botellas que llevamos a bordo, supongo que en el lago, en mitad de la nada no tenía muchas otras opciones de conseguirla.
Continuamos atravesando el antiguo lago en direccion este, las pistas de piedra y arena se suceden y la unica posible orientacion son las laderas que se encuentran a ambos lados del lago, eso, cuando es posible verlas, ya que desde muchos puntos solo se distigue una sombra difusa a lo lejos.
Media hora despues Moha se detiene en unas rocas que surgen de entre la arena del lago, las rocas que aqui se encuentran estan llenas de fosiles.
Los restos fosiles están por todos lados, allí en mitad del lago, en mitad de la nada, nos entretenemos observando las rocas y el paisaje, mucho tiempo, demasiado tiempo...
Moha nos habia advertido que debiamos salir de allí y encontrar el vivac antes de caer el sol, dicidimos disfrutar del lugar y el tiempo se nos echó encima.
Llegó la puesta de sol en mitad del lago, sin noticias del vivac, Moha consulta una y otra vez las referencias del lugar, no utiliza el gps, se guia de memoria por un camino que seguro habrá hecho cientos de veces, y no es facil, pistas que se bifurcan, arena sin pista marcada, poca luz, paisaje igual en cada punto...
Hemos tenido problemas para encontrar el camino correcto al vivac, Moha trata de encontrarlo, pero hemos tenido que retoceder varias veces para escoger otro camino diferente al que inicialmente elegimos.
Es inevitable, la noche se nos echa encima, noche cerrada.
Tan solo las luces del Land Cruiser iluminan nuestro camino, y es francamente dificl distinguir un arbusto de otro diferente, ya deberiamos estar en el vivac, pero esta sensacion de estar perdidos en la nada en un lago seco y desierto, de noche, es increible, de película, aunque Moha va confiado por su conocimiento del lugar, empiezan a surgir en nuestra imaginación como sería pasar la noche cerrada aquí, perdidos de la civilización y sin nadie mas alrededor.
Notamos la seriedad en la cara de Moha, este no era el plan previsto, conduce rapidamente antes de que la cerrada noche dificulte aun más nuestra llegada al vivac, mientras, volamos literalmente por las dunas, nuestras pesadas maletas, detras nuestro, en la tercera fila de asientos, golpean el techo cada vez que tocamos tierra de nuevo, nada puede parar al Toyota.
Distinguimos una bombilla amarilla a lo lejos, es una casa o refugio del lugar, una bombilla aqui en mitad de la oscuridad absoluta luce como si fuera el sol a las 12 de la manaña.
Pero no es nuestro vivac, continuamos camino a toda velocidad deseosos de llegar ya, nuestra preocupacion va creciendo.
Un rato despues, Moha toma una duna y , un camello aparece justo delante del coche, hemos llegado al vivac !
La luz del flash de la cámara ciega nuestros ojos en mitad de tal oscuridad, tan solo unas velas y nuestra minilinterna para poder ver.
Tomamos el te de bienvenida que nos ofrecen y colocamos las maletas en nuestra "habitación".
En el vivac se encuentran ademas de nosotros y los nómadas una pareja holandesa, otro grupo español y una pareja alemana.
Aprovechamos una cama que se encuentra fuera de las tiendas, y nos tumbamos mientras esperamos la cena que nos estan preparando, ¡¡ no se esta nada mal, aqui tumbado en mitad de la arena del desierto, observamos que los demas turistas tienen las camas fuera de sus tiendas, en mitad de la arena, asi que no muy convencidos (por los bichos que vemos alrededor nuestro), pedimos dormir fuera.
Amablemente trasladan nuestras camas fuera, mientras, tenemos nuestros reparos tanto por las hormigas gigantes con lomo blanco que vemos por todos lados, como por otros muchos animales que surgen sin mas de entre la arena y suben a la cama.
Nos informan de que no nos preocupemos, ya que los gatos que tienen en el campamento se comen a los escorpiones (en teoria... ) y que las serpientes y otros animales grandes no seacercan casi nunca a lugares poblados por humanos como este vivac.
Mientras montan la mesa para nuestra cena, escuchamos como las chicas del otro grupo español estan aterradas por dormir alli fuera, pero se lo toman con humor.
Es una autentica cena a la luz de LA VELA, una vez mas tajin de pollo con verduras, bueno, aqui en mitad de la nada, algo es algo, el ambiente de tranquilidad arena y velas hace del lugar una sitio perfecto para relajarse.
Despues de la cena, Moha, junto a algunos de los nomadas del campamento nos reunen a todos para ofrecernos escuchar como tocan los tambores africanos.
Tambien nos van pasando el tambor para que improvisemos un ritmo conjunto mientras ellos siguen tocando.
Nos lo pasamos bastante bien, mientras algunos se escaquean el chico holandes toca bastante bien y recibe un gran aplauso al final.
Despues de esto los demas deciden irse a dormir, es aproximadamente la 1 de la mañana (anochece a las 8 ) y nosotros decidimos dar una vuelta fuera del campamento.
aaaa
aaaaaaaaa Seguidme, ¡ es por aqui ! aaaaaa Relax desértico
Encontramos algunos huesos de animal por alli cerca (espero que fueran de animal) y por fin nos tumbamos en la arena del desierto ya sin miedo (aparente) a escorpiones, hormigas blancas, serpientes y demas.
Despues de una media hora volvemos de nuevo al vivac a dormir, con las camas en la arena, toda una experiencia al aire libre, viendo el cielo estrellado, ¡es impresionante!
Y asi nos dormimos, cansados pero contemplando un cielo de mil estrellas.