Día 10. Nxai Pan NP – Maun
La noche se me había presentado un tanto revuelta, y es que algo me debió sentar mal el día anterior y tuve que visitar al señor roca 3 veces en menos de una hora a eso de las 5 de la mañana. Antes de que la cosa fuera a mayores, fortasec al canto y listo. Se acabaron los problemas. Nos levantamos bastante pronto para aprovechar bien el día en el parque, ya que nos bastaba con llegar a Maun antes de que cerraran los supermercados para abastecernos para los días siguientes.
Tras desayunar volvimos a la charca del día anterior para ver si había algo interesante. Una manada de springboks, un par de chacales en busca de alimento, y algún que otro bat-eared fox, pero poca cosa más. Seguimos recorriendo la parte oeste del parque, por los caminos que se encuentran en el Nxai Pan concretamente: un par de pájaros secretario, bastantes Kori Bustard y algún Steenbok despistado.
Si esta parte estaba bastante seca, no era nada comparado con la zona de Khama Khama Pan, al este del parque, en el que apenas vimos a un par de elefantes y jirafas. La verdad es que fue un poco decepcionante porque el parque estaba más seco que la mojama, y a excepción del waterhole principal, todos los demás estaban sin agua. Al menos los caminos estaban en buenas condiciones.
Nos despedimos de la zona donde se puede ver la fauna y nos dirigimos hacia Baines Baobab, un grupo de baobabs en medio de una salina (Kudiakam Pan) muy famosos por inmortalizarlos el explorador/pintor Thomas Baines en una de sus expediciones en 1862. Prácticamente no han cambiado nada durante estos 150 años, a excepción de una rama rota. Para llegar hasta Baines Baobab hay unos 12 km de “deep sand” (arena profunda) y eso en seguida se nota. Metimos la reductora pero a medio camino nos quedamos enganchados en la arena. Aun no habíamos desinflado las ruedas, así que en cierto modo era de esperar (errores de novato). Empezamos a sacar todo el material para sacar el coche de la arena (pala y el hi-lift jack) y justo en ese momento un vehículo de safari venia del otro sentido. Menuda suerte ya que no pasan muchos coches por ahí. En él iban un par de rangers, así que nos echaron una mano. Visto y no visto. En 5 minutos equilibraron el coche (lo levantaron y metieron arena en los socavones que habían dejado las ruedas) y lo dejaron listo para remolcarlo con la cuerda que llevábamos. Justo cuando nos sacaron de la arena, crack! La cuerda se partió. Menuda mierda de cuerda que nos habían dado. Ahora, si nos enganchábamos otra vez, no podrían remolcarnos. Y hasta que no llegáramos a Maun no podríamos hacernos con una nueva. Los rangers nos dijeron que a la vuelta, al pasar por ahí condujéramos mejor por los arbustos en lugar de la arena, así que memorizamos la zona para saber dónde era. No tuvimos más problemas y por fin llegamos a Baines Boabab. Espectacular. Al menos mereció la pena.
Después de disfrutar del paisaje, dimos media vuelta. Con la mente puesta en el tramo donde nos habíamos quedado, nos metimos por los arbustos allí donde veíamos que el camino se complicaba. Una vez pasado el tramo donde nos habíamos quedado unas horas antes, volvimos al camino para llegar a la “carretera” principal y de ahí a la puerta del parque. Pero apenas 20 metros antes de llegar a la “carretera” principal nos volvimos a enganchar. No podía ser!!!! Si habíamos pasado por ahí hacía un par de horas sin problemas. Y con las horas que eran, ya era difícil que pasara algún coche. En fin, no quedaba otra que intentar sacarlo por nuestra cuenta. De nuevo, sacamos las herramientas y empezamos la tarea. No conseguíamos que el hi-lift jack funcionara correctamente ya que no teníamos problemas para levantar el coche, pero para bajarlo teníamos que hacerlo piñón a piñón manipulando la palanca, es decir, patada a la palanca, bajar un piñón, levantar la palanca, patada, bajar piñón, levantar palanca, patada…y así con cada rueda. Súper lento. Nos llevo más de 1.5 h pero al final conseguimos sacar el coche de la arena por nuestros propios medios. En todo ese tiempo no paso ni un solo vehículo.
Habíamos perdido bastante tiempo al engancharnos esas 2 veces en la arena, así que desechamos la idea de llegar a Maun dando un rodeo por Makalamabedi, bordeando el río Boteti (con la mayor crecida en 30 años), y fuimos directamente por la carretera A3. Llegamos a Maun al atardecer y ya nos hicimos una idea del nivel de inundaciones del Delta, ya que el río Thamalakane estaba muy crecido, incluso desbordado en algunas zonas. Fuimos directamente a un Spar y nos aprovisionamos para los siguientes 6 días, que pasaríamos en Moremi y Chobe. Una vez hecho esto, nos fuimos al alojamiento que teníamos reservado en Maun: Sedia Hotel. Se encuentra a unos 6 km al norte de Maun. El sitio está muy bien, muy agradable y con variedad de alojamientos: desde zonas para acampar hasta chalets. Además, cuenta con piscina, bar y restaurante de muy buena calidad, tanto para las cenas como para los desayunos (tipo bufet). Aunque llevábamos reserva para acampar, los conductores decidieron dormir en camas en previsión de los días que se avecinaban, para estar más descansados. Nos decantamos por un chalet, que salía más a cuenta entre 4 (30 euros/pp) y era fantástico. Además estaba en la zona más alejada de la carretera, en un lugar mucho más tranquilo y silencioso.
Disfrutamos de una buena cena en el restaurante, recordando lo que había dado de sí el día. En torno a las 10 de la noche nos fuimos al chalet y nos preparamos para lo que nos esperaba mañana: el vuelo escénico sobre el Delta del Okavango y entrada a Moremi…
Disfrutamos de una buena cena en el restaurante, recordando lo que había dado de sí el día. En torno a las 10 de la noche nos fuimos al chalet y nos preparamos para lo que nos esperaba mañana: el vuelo escénico sobre el Delta del Okavango y entrada a Moremi…