Aunque llegamos pronto a Roma para entrar justo cuando abrían los Museos, la verdad es que la cola que había era considerable (estuvimos casi una hora esperando para entrar).

Una vez dentro, después de sacar el descuento por ser un grupo de estudiantes, empezamos la visita. Era todo tan grande y tanto que ver, que al final el grupo se iba deshaciendo, los alumnos iban desapareciendo por las salas y yo acabé con dos alumnas a las que también acabé perdiendo de vista.
Lo primero que vimos fue el Museo Gregoriano Egipcio. No sé que les habría contado la profesora de Historia y Arte, pero estuvieron todo el viaje dando la lata con que querían ver la momia que había expuesta en el museo, así que ahí va una foto de ella.

Y mucha estatua de egipcios y dioses egipcios (parecía como si en cualquier momento fuera a salir de alguna esquina el SG-1 perseguido por Apophis




Una salida a los jardines antes de entrar al Museo Gregoriano Etrusco

Y algunas cosas de las que se podían ver en este museo



De aquí nos dirigimos hacia la Capilla Sixitna por unos pasillos enormes y decorados hasta el último rincón.



Para entrar en la Capilla Sixitina se pedía brevedad y sobretodo que se guardara silencio, pero la gente ni caso, era un murmullo constante. Tanto que los empleados del museo tenían que tocar las palmas para llamar la atención de la gente y pedir que se callaran.

Aquí es ya cuando me quedé sólo y deambulando me topé con esta sala que me llamó la atención por su iluminación.

Luego, de casualidad, di con un cartel que indicaba que bajando unas escaleras se podía acceder a las cocheras del Vaticano (fui el único de todo el grupo que dio con ellas).



Y de ahí me fui a ver la Pinacoteca. Delante de este cuadro, “Adán y Eva en el Paraíso Terrenal" de Wenzel Peter, estuve un buen rato mirándolo (beuno, es que había una silla libre en frente del cuadro y ya estaba un poco cansado


Y salí a la calle a esperar al resto de la gente por las famosas escaleras de caracol

La verdad es que los Museos Vaticanos los vimos deprisa y corriendo, en apenas tres horas, y pienso que habría hecho falta todo un día para verlos con calma y detalle.
Una vez todos reunidos nos subimos al autobús para dirigirnos a Civitavecchia y embarcar a bordo del Eurostar Roma

Este barco era bastante más pequeño que el que nos trajo a Italia, pero bueno.
Y os dejo con una foto en la que estamos la compañera del cole, el menda lerenda y el autista (lo de autista es por qué es así como llaman a los conductores de autobús en Italia). Es una foto que está hecha más o menos cuando el barco estaba pasando entre Córcega y Cerdeña y si te asomabas por la borda podías ver las luces de las casas encendidas (era sobre las dos de la mañana).
