Día 5 (Viernes 04/11)
Nos despedimos de Rotorua y nos dirigimos hacia Taupo. Sigue haciendo bastante buen tiempo, así que creemos que podremos hacer al día siguiente el Tongariro Alpine Crossing (qué ingénuos). La primera parada del día: el parque geotermal de Wai-O-Tapu. Otro parque lleno de piscinas sulfurosas, lagos hirvientes y coloristas, y además el famoso géiser Lady Knox. Sería una mezcla de los dos parques que vimos el día anterior: menos boscoso que Waimangu, y no tan salvaje como Hell's Gate.
Llegamos al parque a las 9.30h, por lo que hacemos una pequeña incursión para ver la primera parte del parque, y nos volvemos corriendo para coger a Copito de nuevo y llegar a tiempo al géiser. La particularidad del mismo es que cada día lo "encienden" a las 10.15h echándole unos polvos jabonosos. Así que llegamos allí, nos cogemos un buen sitio (está a reventar), y esperamos expectantes. Sobre las 10.10h aparece un chaval que explica la historia del géiser (resulta que la zona la usaban para lavar la ropa, y un día lavando con agua y jabón, zassssss, la ropa a tomar pol culo; ahí descubrieron el géiser ). Total, que después de la explicación, echa los polvitos, y se va... entonces, al cabo de unos segundos, empieza a brotar un chorrazo de agua bastante impresionante. Todos los turistas se agolpan a hacer fotos, y cuando se despeja un poco aprovechamos nosotros también para hacer el guiri.
Fotillo del géiser, chorrazo importante
Una vez hechas todas las fotos de rigor, cogemos de nuevo la camper y volvemos al parque, para verlo esta vez más tranquilamente. Como he comentado, no es tan bestia como Hell's Gate de Rotorua, pero las lagunas son más coloridas: Champagne Pool, Australia Pool, Rainbow Crater, Artist's Palette, y otras piscinas con diversos nombres y colores se suceden (y también la típica peste a huevo).
Piscina de color lima del parque de Wai-o-Tapu
Destaca una de las zonas calientes que puedes cruzar con un puente hecho con maderas y aceros especialmente tratados para soportar altas temperaturas y niveles de acidez elevados. Muy impresiontante, como también todos los carteles que te avisan que como te salgas un pelo del camino eras hombre muerto... evidentemente, no nos atrevemos a comprobar si es verdad o no...
Una vez acabada la visita de este parque, seguimos camino hacia el sur, y paramos en el Huka Prawn Farm, una especie de parque donde se hacen actividades relacionadas con el mundo de la pesca. Además, tienen un vivero de gambas y un restaurante para degustarlas. Aparte, está el Huka Jet, una actividad en la que te subes en una lancha que lleva a un grupo de gente a gran velocidad por el río, haciendo trompos y otras cabriolas... esto lo dejaríamos para más adelante.
Total, que como era mediodía, decidimos quedarnos en el restaurante, y comer gambas rebozadas, y cócktel de gambas (jeje, parecía el Bubba Gump de San Francisco, el restaurante temático de gambas de Forrest Gump). En la mesa de enfrente, una familia ha acabado de comer medio kilo de estos crustáceos, y una vez que se marchan, los pajarillos, muy apañados ellos, intentan pillar todo lo que pueden antes de que las camareras retiren los platos... jeje, qué manguis.
Dejad que camelen, los que tengan que camelar
Una vez lleno el buche, nos dirigimos al último parque geotermal del viaje, los "Craters of the Moon". Es una de las últimas zonas aparecidas. De hecho, antes de la década de 1990s no había más que dos cráteres, y entonces unas nuevas erupciones dejaron la zona tal y como es ahora. El parque es una pasada, ya que es el menos turístico, y sin salirte de la zona recomendada es el más asilvestrado de los cuatro que hemos visto. No hay casi lagunas hirvientes, pero todos los cráteres están también super-calientes, y salen fumarolas por doquier.
Fumarolas de uno de los cráteres
Otro cráter humenante
Este parque también nos ha encantado, y si tuviera que hacer una clasificación de los cuatro sería: Waimangu, Craters of the Moon, Wai-o-Tapu y Hell's Gate, pero los cuatro me han encantado.
Después de la visita, y viendo con preocupación como empiezan a venir nubes, conducimos los pocos quilómetros que nos quedan para llegar a Taupo y a su iSite. Allí nos comentan que la Alpine Crossing en principio se ha hecho ese día y que las previsiones para el día siguiente no son muy malas. Eso sí, hace bastante frío en esa zona. Así que reservamos el camping en Whakapapa Village, compramos en otro Pack'n'Save, repostamos, y tiramos hacia Tongariro. Las vistas del lago Taupo son espectaculares (es tan grande que casi parece un mar), así que paramos a hacer varias fotos, y comprobamos que la temperatura ha empezado a bajar y el viento es helado.
Seguimos nuestra ruta, y poco a poco empezamos a ascender (y cuando digo poco a poco es literal, ya que la pobre Copito tiene un motor muy justito, por lo que no pasamos de tercera); así puedo contemplar las vistazas más tranquilamente. También vemos con preocupación como las nubes van apareciendo... así que cuando llegamos a Whakapapa Village, y al camping, el Holiday Park, está empezando a chispear. Pero lo más chungo es cuando abrimos la puerta y ponemos el pie en el suelo; hace un frío terrible. Menos mal que mi santa mujer me convenció para llevar el anorak en el equipaje...
Total, que nos enchufamos, nos abrigamos, cogemos las cosas para preparar la cena, y nos vamos a la cocina, donde hay unos calefactores encendidos y se está la mar de bien. Acabamos de cenar y nos metemos en la camper, donde encendemos un rato el calefactor por primera vez en el viaje.
Tal como vemos el clima, lloviendo ahora de forma más clara, las previsiones no son nada halagüeñas; pero con lo rápido que cambia el tiempo en este país, aún tenemos esperanza. El día siguiente, a las 7.40h, nos darían la previsión definitiva.
Día 6 (Sábado 05/11)
Nos levantamos muy prontito (6AM), y aunque no llueve, hace un frío tremendo, y un viento helado bastante bestia.
Desayunamos, nos embutimos en toda la ropa térmica de la que disponemos, más camisetas, y anorak, metemos comida y los palos en las mochilas, y nos dirigimos a la recepción, donde nos espera el conductor y experto montañista del shuttle que te lleva al inicio del trekking. El tío nos indica que se preveen lluvias, vientos helados de 40kms/h, nieve por debajo de los 1000mts (la excursión empieza a 1100mts y sube a los 1800mts) y visibilidad nula. Vamos, la peor de las previsiones posibles. De todas formas, nos comenta que nos llevarán hasta el inicio del trekking, esperarán la nueva previsión, y si nos queremos volver nos traen al camping sin pagar nada. Así que vamos hacia allí con poca ilusión, y cuando llegamos, nos dan previsiones aún peores: están llegando más nubes, y se preveen aire helado y temperaturas de -10º C a -15ºC. El propio conductor recomienda encarecidamente no hacer la excursión; aún así, de los 15-20 que vamos en el bus, hay una pareja que decide ir. El resto nos volvemos...
El Tongariro nos ha vencido (aunque parece Caradhras más que Mordor , que por cierto, aún no hemos visto debido a las nubes bajísimas que lo tapan todo).
Cuando llegamos de vuelta al camping, ¡¡¡está nevando copiosamente!!! Nos quedamos de piedra . Y además sigue haciendo un frío polar. Así que nos dirigimos al iSite, preguntamos por la previsión para el día siguiente, y son igual de malas. En fin, decidimos marcharnos, no sin antes realizar alguna excursión por el parque. Elegimos una que sale detrás del Chateau Tongariro (cerca del iSite), que se trata de una excursión circular de unas 2 horas que te lleva a las Taranaki Falls, y que si quieres, puedes ampliar para ir a un par de lagos. Se supone que este walk también tiene vistas del Tongariro y el Ngauruhoe, pero no vemos nada, las nubes bajas lo cubren todo. Así que vamos caminando por un bonito bosque, todo lleno de arroyitos y cascadas pequeñas, y vamos subiendo poco a poco, hasta llegar a las cascadas Taranaki: increíbles.
Taranaki Falls, en el Tongariro National Park
Eso sí, sigue haciendo bastante viento y frío. Así que hacemos fotillos, y seguimos la marcha, hasta llegar a un punto en el que o vuelves hacia Whakapapa, o tiras hacia los lagos, a 2 horas y media más de marcha. El problema es que este camino va por encima de los montes, sin nada de protección, y el viento sigue totalmente helado. Y para acabarlo de liar, se pone a nevar... por tanto, decidimos volver haciendo la ruta circular, y al cabo de una hora estamos de nuevo en la camper.
Como la cosa no parece mejorar, decidimos coger a Copito y empezar a tirar hacia el sur, con destino Wellington, parando un momento al lado de la carretera para hacer unas fotos del Tongariro y un trocito del Monte del Destino (Mt. Ngauruhoe).
Esto es todo lo que pudimos ver del Mt. Ngauruhoe (al fondo rodeado de nubes), o también Monte del Destino en la trilogía de El Señor de los Anillos.
Paramos para comer en el pueblo de Okahune, en un sitio recomendado por la Lonely Planet llamado Utopia Cafe. Comemos maravillosa y abundantemente por poco dinero. La carne en este país está realimente exquisita. Aparte, llamamos a la compañía Wellington Rover para reservar una excursión del Señor de los Anillos al día siguiente. No queremos que nos pase lo mismo que a Casillo, así que nos queremos asegurar el tiro.
Con las pilas cargadas, continuamos la marcha, ya sin la camiseta térmica, y con el sol asomando tímidamente entre las nubes. Nos quedan por delante mucho quilómetros. Además, como Copito se mueve mucho, tiene el motor justito y ocupa todo el carril, no podemos pasar de 80kms/h con algún momento de 90kms/h; es decir me adelante todo el mundo, y nosotros tardamos la vida.
Por el camino, vemos a unos frikies que anuncian la venta de fuegos artificiales.
Vendedores de petardos
Más tarde nos enteramos de que esta noche se celebra el Guy Fawkes Day. Es el tío que intentó volar el parlamento inglés el 5 de Noviembre de 1605 y fracasó (la peli V de Vendetta también se basa en este hecho). Cada año se celebra en Gran Bretaña ese día (también llamado Bonfire Night o Noche de las Hogueras), y los neozelandeses, como buenos ex-británicos, no quieren ser menos.
Llegamos entrando la noche al camping elegido, a unos 15kms al norte de Wellington (el Capital Gateway Motor Inn). Es de los más cutres de los que hemos estado, y el más caro, pero es la capital, y supongo que eso se paga. De todas formas, estamos tan cansados del tute de kms del día que cenamos y caemos rendidos sin hacer mucho caso del ruido incesante de los petardos que están tirando este sábado noche, con muchas expectativas puestas en el día siguiente y el tour que tenemos contratado...