Equipo espanol en Fraser Island (Australia) ✏️ Diarios de Viajes de Australia

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Semana Santa de 2009. Hacía tan sólo unos meses que me había trasladado a la que es ahora mi nueva casa, Nueva Zelanda. Los nadadores se iban a tomar algo más de una semana de vacaciones después de competir en los Trials, por lo que disponía de 10 días libres para descubrir un poco de esta parte del mundo, de este nuevo continente totalmente nuevo e inexplorado para mí. Mi amiga Isabel, compañera de la Universidad en Madrid, aventurera por naturaleza e inmejorable compañera de viaje, para los que no la conozcan es la chica que peor se lo monta del mundo. Me comenta que como parte del máster que está realizando en Bélgica, ya realizó una estancia en Noruega y que ahora se encuentra en Brisbane por 3 meses. En cuanto le comento que tengo unos días libres… no hace falta hablar más. En unos días me encuentro subido en un avión con destino Australia!

El plan en esta ocasión es el siguiente: alquilar un coche en Brisbane, conducir al norte hasta Fraser Island para pasar unos días en ella, luego seguir al norte para embarcarnos en un barco rumbo a Lady Musgrave Island y bucear en la barrera de coral, para después volver a Brisbane. A la expedición se nos une Andrea, una chica rumana amiga de Isabel que se encuentra en Australia en este momento. Rumana es lo que pone en el pasaporte, porque con un español perfecto y fiestera como pocas, pasa por española!

Tras unas 4-5 horas de viaje llegamos a Rainbow Beach, la playa desde donde se parte a Fraser Island. La isla a la que nos dirigimos es la isla más grande del mundo compuesta de arena solamente. Debido a esta peculiaridad, es obligatorio el uso de un coche 4x4. Del mismo modo, la isla es totalmente virgen, por lo que hay que llevarse absolutamente TODO lo que vayas a necesitar durante el tiempo que estemos allí en cuanto a comida, bebida, gasolina para el coche, y demás… Asimismo, la isla es estrecha y alargada, pudiendo usar la playa como gran autopista cuando la marea está baja, y teniendo que usar los caminos interiores (los cuales no están del todo practicables) cuando está alta. Una vez provistos de provisiones para los próximos 3 días, con la tabla de mareas en mano, nos dirigimos a meter nuestro gran 4x4 en el barco que nos llevará a la isla. Al llegar, nos damos cuenta que nos hemos entretenido demasiado tiempo en el supermercado y que la marea está bastante alta. Decidimos “jugárnosla” y recorrer unos 8km por la playa con las olas rompiendo a un metro del coche! Llovía a muerte, el viento soplaba, la arena no era muy compacta, lo que hacía la conducción muy difícil… Finalmente, después de unos 30min, llegamos al punto donde podemos desviarnos al interior de la isla por un camino interior.

El paisaje cambia radical. Un bosque denso rodea el camino, el cual es bastante estrecho, lo justo para que un coche pueda pasar… me pregunto qué hacemos si nos encontramos a alguien viniendo de frente. Creo que eso no va a suceder. No hay “ni el Tato” en la isla. Seguimos. Vamos muy lentos, en están condiciones es imposible ir a más de 15-20 km/h. La lluvia cesa por un momento… ¿qué hacemos? Que mejor momento para una cervecita! Paramos el coche en medio del camino, subimos el volumen de la radio, sacamos unas birras y las chicas se ponen a bailar…

Empieza a llover otra vez, nos metemos en el coche. Seguimos conduciendo, le pido otra cerveza a Isa y ella me responde… “¿Vas a conducir y beber a la vez?” Yo me pregunto… “Quién me va a parar… ¿un koala?”. Estamos cerca de donde queremos pasar la noche. Siendo Fraser Island una isla virgen en Australia, hay ciertos animales con los que hay que tener cuidado. Los cocodrilos están en la costa oeste de la isla, donde el acceso no está permitido. No te puedes bañar en la playa debido a los tiburones y a las medusas. Arañas y serpientes hay por todas partes. Pero para dormir, el peligro son los Dingos. Son una mezcla entre perro y lobo que por lo visto son atraídos por los restos de comida y pueden atacar. Para ello, tenemos que acampar dentro de unas zonas habilitadas para ello. Las “zonas habilitadas” se resumen en una valla. Llegamos a la zona de acampada, se está haciendo de noche. ¿Montamos la tienda? Anda, déjate de gilipolleces, saca unas cervezas y sube la música. La noche avanza. Hay un grupo de alemanes también. Se monta una fiesta tremenda... Un poco más tarde, me veo montando la tienda con las chicas, borracho y sin ninguna luz… Es igual, en cuanto me tumbe me voy a quedar dormido.

Pasa la noche y nos levantamos al día siguiente con los primeros rayos de sol.. Joder, que derechita está la tienda para las condiciones en las que la montamos... La gente está recogiendo las cosas para poner rumbo a otras partes de la isla. Siendo españoles, somos de los últimos en salir. Recogemos la tienda y metemos las cosas en el coche. Voy a arrancar y salta la sorpresa… el coche no arranca!! Después de tener la música puesta la noche anterior la batería está vacía y al darle al contacto el coche no hace ni el amago de arrancar. Aún quedan un par de coches en la zona, nos acercamos a preguntarles si tienen las pinzas para conectar la batería a otro coche. Nadie tiene. Empiezan los agobios. Resulta que estamos en una isla virgen, sin ningún tipo de civilización cerca, con el coche sin batería, sin pinzas, no hay cobertura en el móvil, el sitio donde nos dejó el barco está a unos 20km… esto pinta mal. ¿Qué hacemos? El coche no hay manera de arrancarlo y volver a donde nos dejó el barco nos llevaría todo un día de camino… aunque lo mismo es la única opción que tenemos.


Las últimas personas que quedan en la zona de acampada son un francés y su hijo que viajan juntos por Australia. Las chicas se acercan con sus encantos, y les comentan el problema que tenemos. Al menos, si llegan a una zona donde haya cobertura pueden pedir ayuda. El padre sólo habla francés, el hijo traduce. A las chicas les gusta el padre. Se acerca al coche y lo examina. Nos pide que busquemos alambres o algo de metal. No encontramos nada más que ramas. Se dirige a la valla y empieza a romperla hasta que consigue un alambre de unos 2 metros! Repite el proceso… ya tiene 2! Se sube a su coche y lo aparca al lado del nuestro. Conecta las baterías de ambos coches con los alambres que ha arrancado de la valla. El sujeta 2 extremos, su hijo otro y yo el cuarto. Yo pienso, verás el calambrazo que nos va a pegar esto… luego recapacito, los otros dos que sujetan son él y su hijo, por lo que sabrá lo que hace. Isabel prueba a arrancar el coche, se escucha un pequeño ruido del motor intentando arrancar… El francés le pide que pise más el acelerador, a tope. Isa prueba de nuevo y… EL COCHE ARRANCA!! Vaya crack el francés… es McGyber! Nos ha salvado el cuello. La aventura por tierras australianas podía continuar su curso.



Anzoni

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