Si se ha tenido la precaución de bajar la presión de los neumáticos a la mitad, y se tienen en cuenta los horarios de las mareas, no hay ningún problema para circular por la arena, nosotros nos quedamos atascados una sola vez, sin duda por falta de experiencia... pero dando marcha atrás y probando otra rodada un poco al lado de la anterior salvamos una pequeña subida.
-Otra razón por la que acuden los australianos, es que es una inmersión total en la naturaleza prácticamente virgen, y si es temporada de pesca (agosto lo es), en toda la playa se encuentran grupos de australianos que acampan para pescar.
Para nosotros todavía existía otra razón, la sensación de ser los únicos o de los pocos turistas en la isla, muchos extranjeros no van porque la arena les merece respeto, o porque lo encuentran caro, o porque no le encuentran el sentido de ir. Tanto yo como mi mujer si tuviésemos que hacer una clasificación de las experiencias más gratificantes del viaje pondríamos a K’Gari en la 1ª posición sin pensarlo dos veces, y después ya veríamos que pondríamos.
Los pescadores pescaron un tiburoncito - Restos de un naufragio
Los pescadores y el dingo 'jugando' con el tiburón.
Una curiosidad de la isla, es un animal endémico del lugar, el dingo, una especie de perro salvaje que en principio no es peligroso... pero es mejor ir con un palo en la mano si se quiere ir a dar una vuelta y se encuentra un dingo con malas pulgas... y de hecho los palos ya los tenían a disposición de sus clientes en el hotel..
A pesar de la inmensidad de la playa nadie se baña, hay tiburones e incluso vimos uno, que los pescadores habían pescado, era un ejemplar pequeño que ellos mismos devolvieron al mar... seguro que la mamá del tiburón no estaría demasiado lejos.
Al norte de la isla se encuentra el Champagne Pools, una formación natural que cierra el acceso al mar abierto y convierte un trocito de playa en una especie de piscina, es el único lugar donde se encuentra gente bañándose... incluso en agosto porque en esta latitud de Australia la temperatura es todavía muy agradable.
Vimos que en algunas zonas de la isla hay urbanizaciones, no demasiado grandes, donde se encuentran segundas residencias. Nos dedicamos a recorrer prácticamente toda la isla esa tarde y todo el día siguiente y la mañana del tercer día.
Después de dos noches en K'gari no teníamos más remedio que volver 'a la realidad', así que hacia media mañana empezamos el viaje de regreso a Brisbane. Con labarcaza volvimos a Inskip Point, fuimos a la primera gasolinera que encontramos a hinchar los neumáticos y hacia Brisbane a devolver el coche. Desde allí en taxi al aeropuerto... nuestro siguiente destino era Melbourne.
Por cierto ... la playa además se utiliza como pista de aterrizaje de avionetas