Comienza nuestra aventura! Es domingo y el clima es fantástico, un cielo azul total y muy poco frío (así serían todos los días que estuvimos allí).
Disfrutamos de Piazza Navona y nos pusimos a caminar por esas angostas y medievales callejuelas que hay en el casco antiguo.
Fuente de los cuatro ríos - Piazza Navona
Llegamos rápidamente al Panteón, una maravilla antigua que nos dejó impresionados. No pudimos entrar esa mañana porque dentro se estaba celebrando una misa. El monumento está en una pequeña plaza llamada Piazza della Rotonda con un ambiente fantástico también.
A sólo 200 metros se encuentra la iglesia de Santa María sopra Minerva, situada en la plaza homónima. Entramos y nos maravillamos con los colores de su techo. Delante de la iglesia se encuentra la famosa estatua del elefante de Bernini pero lamentablemente está toda cubierta de andamios ya que la están restaurando.
Volvimos sobre nuestros pasos y nos sentamos a comer unas galletas y tomar algo sentados sobre una de las calles laterales al Panteón. Un pequeño pic-nic con unas vistas únicas!
Volvimos a pasar por delante del Panteón y preguntamos como llegar a Piazza di Pietra para ver el Templo di Adriano.
(Me detengo aquí un momento para destacar que todo el mundo ha sido muy amable con nosotros cada vez que preguntábamos por algún sitio, desde los carabinieris, los mozos de bares, o simples transeúntes. Está visto que preguntando no sólo se llega sino que también se anda por Roma)
Templo di Adriano
Luego del Templo di Adriano, vimos la columna de Marco Aurelio en Piazza Colonna y desde allí, aproximadamente a 350 o 400 metros se encuentra la famosísima Fontana di Trevi. Tal como contaron muchos en el foro, uno prácticamente se topa de repente con ella, casi escondida en esa maraña de callejuelas y edificios, y no es hasta pocos metros antes de llegar, que uno se dá cuenta de su proximidad al escuchar el ruido del agua y el murmullo de los cientos de turistas que la contemplan.
Columna de Marco Aurelio
Fontana di Trevi
Luego de las fotos, los deseos pedidos y las monedas lanzadas a la fuente, seguimos andando con intención de llegar a los Mercados de Trajano, pero en alguna esquina debimos haber doblado mal y nos perdimos totalmente y al cabo de andar unos 10 minutos por una calle cuesta arriba aparecimos en la Piazza del Quirinale!!
Menuda sorpresa! Y bien que vale la pena perderse por Roma! Aprovechamos para almorzar nuestros bocadillos en la plaza, contemplando como a una corta distancia una marea de periodistas se agolpaba contra las puertas del Palacio del Quirinal. ¿Estará el mismísimo Silvio allí dentro?
Poco nos importó en realidad a nosotros, turistas, abocados simplemente a seguir disfrutando esta fantástica ciudad.
Piazza del Quirinale
Luego del almuerzo, ahora sí miramos bien los planos y bajamos por la Via 24 Maggio hacia los Mercados de Trajano. Después de todo, no nos habíamos desviado tanto!
Los mercados los vimos por fuera, quizás si hubiésemos estado sin las niñas hubiésemos entrado. Luego llegamos a la imponente columna Trajana y a sus pies todo el foro Trajano.
Mercados de Trajano
Columna de Trajano
A esta altura también aparecia ante nuestra vista la Piazza Venezia con el grandioso Vitoriano o Altare della Patria.
El espectáculo visual es sobrecogedor y uno siente la sensación de que estar allí en ese momento y en ese lugar ya compensa todo el viaje!
Caminamos unos pocos metros en dirección al Monumento a Vitorio Emanuelle y grande fue nuestra excitación cuando nos encontramos en el inicio de la Via dei Fori Imperiali y a lo lejos vimos la silueta del Coliseo.
No estaba en nuestro planning ir a verlo ese día, pero no resistimos la tentación, así que caminamos por la majestuosa via de los Foros Imperiales, imaginando como sería eso hace 2000 años. Asi llegamos al Coliseo. El sueño de verlo se había cumplido, pero otro día volveríamos para entrar en el.
Volvimos por el mismo camino que hicimos a la ida y subimos las escalinatas del Vitoriano. Desde lo alto del monumento hay unas vistas maravillosas. Allí está también la tumba al soldado desconocido y hay guardias muy severos que no permiten que nadie se siente en las escalinatas. Incluso a mi me hicieron guardar en mi mochila una botellita de Coca Cola que llevaba en la mano.
Acercándonos al Monumento a Vittorio Emanuelle por la Via dei Fori Imperiali
Tumba al soldado desconocido
Vistas desde lo alto del Monumento
A esta altura del día el cansancio se hacia notar, sobretodo en las niñas, así que emprendimos la vuelta al hotel. Nos dimos cuenta que las distancias no eran tan grandes así que la vuelta la hicimos caminando, muy tranquilos disfrutando de los últimos rayos de sol del día. Callejeando, volvimos a encontrarnos con el Panteón, y ahora sí pudimos entrar y admirarlo por dentro.
Luego, poco antes de llegar al hotel, compramos cosas en un Carrefour Express para cocinar en la habitación y tan fascinados estábamos con nuestro primer dia en Roma, que después de la cena nos fuimos a ver Piazza Venezia de noche y luego el Panteón y la Fontana di Trevi. Estos lugares vale la pena verlos tanto de día como de noche.