Allí cogimos un vaporetto hasta Rialto, el puente sin duda, mas bonito y conocido de la ciudad, justo allí teníamos el Hotel (San Lio Tourist house). La sensación térmica era de unos 40% con un calor y una humedad asfixiante, es muy duro Venecia en Agosto
El hambre acechaba, pero necesitábamos una breve ducha para reponer fuerzas. Una vez cambiados llego el primer sablazo del viaje, 92 € por 3 pizzas y 6 cervezas…si, 92€!!!, así que la degustamos como si no hubiera mañana…tras este primer PIT STOP, nos fuimos de paseo por Rialto, viendo las pequeñas tiendas y puestos de sourvenirs y mascaras típicas del carnaval Veneciano, para finalizar en la Piazza San Marcos, con su basílica, imponente y una plaza preciosa a orillas del gran canal y con las típicas góndolas de la ciudad.

Fuimos bordeando toda la laguna, hasta dar con Vía Garibaldi, era un poco tarde quizás por eso no encontramos todos los sitios para cenar deseados. Pero al final, comimos mas o menos tranquilos y de postre degustamos los típicos Helados italianos, a la vuelta comenzamos a callejear y nos encontramos con el Arsenal, que estaba acondicionada para la bienal, feria de arte moderno que se da cada 2 años en esta fantástica y bella ciudad.
Al día siguiente, hicimos todo lo que pudimos por Venecia, nos fuimos a disfrutar de la Basílica de San Marcos y nos acoplamos a una guía española que había allí que nos fue indicando las curiosidades e historia de la Catedral, tras esta visita, con las fotos pertinentes, el grupo se divide, unos van al Palacio Ducalle y otros se van a pasear y a perderse por las calles de los barrios y canales venecianos.

La visita al palacio se antoja un poco larga, 2h de visita, merece la pena pero con el calor que hacia y el cansancio de andar despacio y estar de pie, se hace eterna. Nos volvimos a encontrar todos en el puente de la Academia, al comienzo del gran Canal, buscamos un sitio para comer, era tarde y en Venecia los restaurantes a las 15h dejan de dar comidas, así que nos costó dar con algún típico restaurante de pasta, una pequeña tabernita cerca del puente de la Academia, el calor era sofocante y la hidratación se hacia indispensable.
La tarde fue de paseos y compras hasta las 21.20, hora de salida del tren hacia nuestro siguiente destino: Zagreb.