Nos despertamos con la alarma del movil... ¡Qué sensación tan buena cuando estás de vacaciones e imaginas lo que te depara el día!.
Habiamos descansado como nunca, y nos levantamos con muhas ganas de continuar nuestro viaje.
Despues de una buena ducha en el baño tan maravilloso que tiene el hotel, fuimos a desayunar, al tenerlo incluido en la reserva. Nada mas entrar, vimos a la dueña preparando los desayunos para todos los huespedes: café recien hecho, bollería variada y unas tostadas con mantequilla y mermelada que nos encantaron a los cuatro. Creo que puedo decir, sin temor a equivocarme, que fue el mejor desayuno de todo el viaje.
Fuimos a recoger a la habitación nuestras maletas, pagamos la estancia, y recogimos el coche en el parking para poner rumbo a nuestro siguiente destino.
Dejamos San Gimignano con verdadera tristeza, llevandonos un recuerdo especial de su encanto.
Despues de dejar la región de la Toscana, siempre haciendo caso a nuestro GPS, entramos en la de Veneto, y el paisaje comenzó a cambiar por completo. De la diversidad de colores que pudimos apreciar en la Toscana pasamos a una región en la que, miraras donde miraras, veías bosques y montañas cubiertas por el verdor de los arboles.
Llegamos al peaje por el que se entra a Venecia y nos dirigimos hasta el parking de El Tronchetto, con intención de dejar el coche allí los cuatro días que estuvieramos en la ciudad.
Teníamos alquilada una casita a través de la empresa Interhome (Internet u oficinas físicas, a elección del usuario). Esta empresa funciona genial, además las casas están muy limpias y tienes de todo allí para no gastar mas dinero del necesario en comidas.
Llamamos por el movil a la encargada de la casa para quedar a las 15:30. Nos hicimos con un mapa de rutas de los vaporettos, pero aún así, eramos incapaces de descubrir cual era el nº de la linea que teniamos que coger ... que desastre!!. Despues de preguntar a unos cuantos transeuntes, optamos por montarnos en el nº 1. Seguiamos sin tener muy claro si nos llevaría donde queriamos ir, pero comenzamos a sortear con nuestras cuatro voluminosas maletas a todos los viajeros que cogieron el mismo vaporetto. Una vez sentados, mi novio y yo optamos por salir a la parte descubierta del barco para llevarnos nuestra primera imagen de Venecia.
No tengo palabras para describir la sensación que tenía a medida que nos ibamos acercando, con la visión de las casas de diferentes colores, sus barcos y sus puentes... ¡estabamos en Venecia! ¡la ciudad de los canales! ¡no nos lo podiamos creer!.

A pesar de nuestra desconfianza, el barco nos llevó correctamente a nuestro destino: la Estacion Giardini. Desembarcamos, y arrastrando nuestras maletas, fuimos a una calle cercana a comer unos paninos sentados en una terraza. Cuando terminamos, vuelta a la estacion con las maletas, donde habiamos quedados con la encargada de Interhome.
Despues de las presentaciones de rigor, fuimos andando hasta nuestra vivienda un poco hartos ya del equipaje.
La casa estaba situada en una calle muy muy muy estrecha, en la que los contornos de los edificios no eran precisamente rectos. La primera impresión que tuvimos fue bastante mala. La calle era una cochambre y el aspecto del edificio dejaba bastante que desear (habia un letrero en los muros que lo databa del siglo XVII). No obstante, cuando entramos en la vivienda, empezamos a animarnos de nuevo. Estaba perfectamente acondicionada para los cuatro y contaba con todas las comodidades que nos harían la estancia mas agradable. Sin muchos lujos, pero cómoda.

Le dejamos a la encargada la fianza que al marcharnos nos devolvería y aprovechamos para descansar un poco. A la media hora, optamos por ponernos en marcha de nuevo. Fuimos a una calle cercana a comprar en el supermercado las provisiones para los cuatro dias que estariamos, y una vez colocadas en la nevera, fuimos paseando a tener nuestra primera toma de contacto con la ciudad.
La vivienda estaba muy bien situada, a tan solo 2 km. de la Plaza de S. Marcos, por lo que nos movimos casi siempre a pie.
Había, atracados en el embarcadero, varios yates inmensos, ya que coincidimos con el festival de cine de Venecia que se celebraba en El Lido.

Según ibamos caminando a lo largo del gran paseo maritimo con el que Venecia cuenta, nos ibamos encontrando con pequeños puestos ambulantes repletos de souvenirs: antifaces y mascaras de carnaval, pequeños cuadros con motivos venecianos y otros objetos curiosos que hicieron las delicias de mi madre y mías.
Ibamos cruzando canales a través de los infinitos puentes que tiene Venecia, todos diferentes entre sí. No podías parpadear por miedo a perderte algo de aquella maravilla.
Llegamos al Puente de los Suspiros, bautizado con este nombre porque por él pasaban los presos que habían sido condenados. Estuvimos haciendo varias fotografias, pero, como estaba atestado de turistas, optamos por continuar nuestro recorrido.

Nada mas bajar del puente, apareció ante nuestros ojos el Palacio Ducal, donde la luz del atardecer se filtraba por sus arcos y cornisas consiguiendo unas fotografias maravillosas. Aquí os dejo una de las muchas que hicimos.

Continuamos hasta la famosa Plaza de San Marcos, donde todo lo que nos habian contado, y por muchas fotografias que ves, se queda corto. Las dimensiones de la plaza son tremendas, su arquitectura increible, y la cantidad de palomas posadas en el suelo inimaginables. En la temporada de Otoño-Invierno, con la subida de la marea, la plaza queda completamente inundada, habilitando varias pasarelas para que las personas puedan cruzarla.
Nos sentamos en unas escaleras para descansar un poco y donde, mientras escuchabamos la melodia que los musicos tocaban, contemplabamos la panorámica de la plaza, con la Basilica de San Marcos al fondo.

Despues de estar un buen rato descansando, y cuando la noche iba cayendo sobre la Plaza, callejeamos por los alrededores empapándonos del ambiente nocturno de Venecia.

Estabamos agotados, por lo que optamos por volver a casa. Despues de la caminata de vuelta, nos preparamos la cena y nos fuimos a dormir pronto, ya que habian sido muchas emociones juntas y el planning que el día siguiente nos deparaba tambien era bastante apretado.
A medida que el sueño me iba invadiendo, pasaban por mi mente las maravillosas imagenes que aún hoy tengo en mi recuerdo.
