El segundo dia amaneció con un sol estupendo, así que desayuno y a la playa. Salimos temprano hacia La Pelosa, ya que nos habían dicho que la playa se llenaba pronto. Da igual, llegamos a las diez y media y ya estaba abarrotada. Además las playas que están al lado de La Pelosa son privadas en su mayor parte, por lo que no quedaban muchas opciones.
Playas de La Pelosa
Como eso de estar apiñados en la playa no nos va mucho, decidimos dar una paseo por el pueblo de Stintino. Es un pueblo pequeño con dos puertos deportivos y entre ambos hay una pequeña playa. En el pueblo compramos unos panini para comer en la playa.
Stintino
Dejamos Stintino y nos fuimos directos a la playa de La Salina. Una larga playa de dos kilómetros donde pudimos bañarnos y tomar el sol sin agobios. La playa es un poco venteada y de pequeños cantos de color blanco, pero la pequeña duna te protege del viento, por lo que estuvimos muy a gusto.
Playa de La Salina
Nos comimos los bocatas y a eso de las cuatro de la tarde salimos hacia Capo Caccia. Hicimos el trayecto por el interior en lugar de volver tomar la carretera que va al aeropuerto. Este trayecto es mas corto pero con más curvas. Llegamos hasta el final de la carretera y allí empieza una escalera que baja el acantilado para llegar a la Cueva de Neptuno. Con el calor que hacía solo bajamos la mitad del camino para hacer unas fotos a los acantilados, además no teníamos pensado entrar en la cueva. A esta cueva también se puede acceder en excursión con barco. Ya de vuelta hacia Alghero hicimos varias paradas para hacer fotos del impresionante paisaje del Cabo.
Capo Caccia
Llegamos a Alghero a eso de las siete de la tarde. Dejamos el coche en el B&B y nos fuimos a pasear por la ciudad. La zona antigua de Alghero tiene un aspecto señorial. Esta ciudad con pasado catalán me recordó a Ciudadela en Menorca, aunque aquí el puerto es abierto al mar. El centro histórico es muy bonito con estrechas callejuelas repletas de tiendas en las que se venden joyas de coral.
Alghero
La puesta de sol es muy bonita desde la muralla que rodea el casco antiguo, ya que el sol se pone sobre el mar. En esta zona de la muralla hay un montón de restaurantes, y en uno de ellos cenamos. No recuerdo el nombre, pero la cena tampoco fue memorable, pasta y sepia a la plancha. Correcto sin más.