Revisión general de la casa, que no nos dejemos nada, organización de maletas, bultos (que nos hemos llevado media fábrica de Cailler), carros … y despedida de la zona, nos vamos a Lucerna.
Después de dejar los trastos en el hotel, muy mono, tiene un jardín alrededor muy agradable y columpios, a los peques les va a gustar. No vamos a Lucerna.
Hoy el seguro de lluvia de la furgo esta fallando y el día además de estar muy feo no parece que vaya a mejorar, mucho me temo que nos vamos a mojar.
Lucerna era un pueblecito de pescadores situado alrededor de un monasterio benedictino. Cuando se abrió el puerto de San Gotardo, debido a su situación, adquirió gran importancia desde el punto de vista comercial y estratégico. Además empezó a ser el punto de partida de las expediciones que iban a las montañas.
Lucerna es ideal para caminar, el casco medieval se encuentra en la orilla norte del Reuss, pero las mejores vistas se obtienen desde la muralla.
La imagen más típica de esta ciudad es el Puente de la Capilla, una estructura de madera que servía de muralla defensiva. El que ahora se ve es muy nuevo, porque en 1993 fue destruido por un incendio. En medio del puente se encuentra la Torre del Agua, ha tenido todo tipo de funciones a lo largo de la historia, archivo municipal, cámara del tesoro, presidio, sala de torturas …
Puente de la Capilla
El segundo puente de madera es el Puente del Molino.
Lo mejor de esta ciudad es caminar y perderse por ella, dejar que te atrapen sus rincones, sus tranquilas placitas, el paseo al lado del lago …
Ayuntamiento de Lucerna
Y dando un paseo al lado del lago de los cuatro cantones, empezó a caer una tromba de agua monumental, todo el agua de la que nos habíamos librado a lo largo de la semana, tuvimos que buscar refugio y dejar la visita para otro momento menos mojado.