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La llegada a Riga la he hecho desde Lituania (Siauliai), han sido dos horas pasadas eternas en un microbús, en un cuarto de asiento, pues su asiento y tres cuartos más lo ocupaba un letón mórbido. El precio 40 lt
Me alojo en el hostel the blue cow backpackers, en la ciudad antigua de Riga, a diez minutos de la parada de autobús (no hay ni que salirse de la calle). El precio, alto: 21 euros. La calidad muy alta. Sólo tiene alojamiento para una docena de personas, máquina de hacer café, lavadora-secadora gratuita, cocina muy nueva y muy bien equipada; muy acogedor.
Nada más llegar me doy una duchita (20:00) y doy una vuelta por los alrededores para cambiar divisas y conocer lo que tengo al lado. La sensación ha sido doble: La zona antigua de Riga es espectacular, preciosa; sin embargo, se le ha permitido a la hostelería hacer lo que quiera con algunas partes de dicho centro, que no son siquiera reconocibles. Para una ciudad patrimonio de la humanidad de la Unesco me parece un mal camino a seguir.
Es tal la cantidad de edificios bonitos, que por ejemplo, las siguientes fotografías están en una misma plaza, que ni siquiera viene señalizado, por la lonely o por la ruta turística del mapa que te dan en la oficina de turismo, como un lugar especial.
No obstante, el lunes es el día que tengo pensado para visitar la ciudad, antes de coger el autobús a Tallin, así que habrá que esperar para las fotos.
SÁBADO 28/7/2012
El plan de hoy era visitar el valle de Gauja al norte de Riga.
Para aprovechar mejor el día opto por comenzar por el viaje más largo, hasta Cesis. Está a unos cien kilómetros al norte de la capital y el autobús tarda dos horas en llegar. Hay cada hora aproximadamente, por 2'90 lv. Es muy cómodo y no va lleno.
Como viene siendo costumbre el autobús llega puntualísimo a su destino final (10:00). La visita a este pueblo perdido de la mano de Dios (no hay un turista) se la debo por una parte a la guía de viajes, pero por otra parte al www.elrincondesele.com/ Gracias desde aquí.
Según la Lonley es el pueblo que más les gustó a sus redactores; por supuesto, todo es opinable. Yo sólo he estado dos horas, pero me parece una exageración sin medida. Por ejemplo, "el monumento más destacado es la fotogénica iglesia de San Juan de 1287". Juzgaz vosotros mismos, pero una mano de pintura no le vendría nada mal.
Sí es cierto que tiene unas vidrieras muy logradas y, en mi opinión, un cuadro de Cristo Crucificado espectacular. Como todas las iglesias que he visitado en las bálticas, hasta ahora, es gratuita.
Lo que he ido a buscar a este pueblo es su visita a las ruinas del castillo medieva. Sí, he dicho ruinas, porque apenas quedan algunas torres y muros. La entrada cuesta 2 lv, a partir de las 10:00
Lo más característico, además de la música ambiental-medieval que suena todo el rato, es que no tiene iluminación alguna, salvo la natural. Se ha intentado mantener el ambiente original. Ello implica que para acceder necesitas llevar un candil, con la velita dentro y todo. En algunos tramos estás más pendiente de que no se apague que de otra cosa, porque hay ciertos momentos (cuando subes algunas escaleras de caracol) que simplemente el único color que ves es el negro.
Aunque no se aprecia muy bien, a la izquierda de la foto está el candil con la vela encendida.
La experiencia ha sido gratificante por su originalidad. En los jardines exteriores del castillo han colocado la enorme estatua de Lenin que estuvo colocada en la plaza de la ciudad hasta 1989. Está metida, simbólicamente creo yo, en un sarcófago.
En los alrededores del castillo hay un pequeño (muy pequeño) parque; según la Lonely Planet, con un lago (si dos sapos quieren nadar en él, tienen que hacerlo de manera alterna) Sin embargo, no deja de ser bonito. Yo recomiendo sentarse a desayunar en frente del "lagito" en la cafetería del hotel.
Salgo de Cesis en el autobús que me ha traído desde Riga a las 12:00, pero con parada intermedia en Sigulda (1'30 lv; 1 hora). Aquí hay que tener precaución, el autobús no va a Sigulda, sino que se para en la propia carretera (a dos kilómetros del centro). Sí hay autobuses especiales que hacen el recorrido Riga-Sigulda.
Había leído en la lonley que en Sigulda había una pista de bobsleigh adapatada, porque evidentemente en verano no hay hielo, y no quería perdermela.
Bueno, pues para cuando llego, hay gente para unas dos horas delante mío. Como estoy aún con el gusanillo, me quedo un rato a ver cómo es... una MIEEEEEEEEEEERDAAAAA. El trasto no coge ni los 40 por hora, porque en vez de soltarte desde arriba del todo, te colocan a mitad de recorrido, de tal manera que cuando empiezas a coger velocidad ya lo has terminado. No aconsejable.
Me acerco a la oficina de turismo interesado por los posible recorridos a pie que se pueden hacer por la zona. Hay tres muy claros, siendo uno de ellos el más turístico.
El más turístico conduce desde Sigulda hasta Turaida, pasando en funicular primero desde Sigulda a Krimulda. Los otros recorridos implican seguir una ruta hacia el occidente desde Krimulga; la tercera ruta implica ir hacia el Este desde la misma Sigulda. Yo he empezado por la más turístiica Simulda - Krimulda (en funicular) - Turaida.
Lo más espectacular, sin lugar a dudas, las vistas del valle boscoso desde el funicular que hace el recorrido en algo menos de 10 minutos. En principio es cada media hora (2'5 lv), para unas 20 personas, aunque no ha cumplido de manera muy estricta el horario.
Vistas del castillo de Turaida a lo lejos, desde el funicular
Otras hermosas vistas desde el propio funicular:
Una vez llegas a Krimulda puedes ir hacia la izquierda o seguir el camino a la derecha, para dirigirte a Turaida. Por supuesto, no falta la leyenda correspondiente que hace más ameno (y turístico) el sendero, que por lo demás está muy bien señalizado y se parece más a un paseo por un parque cualquiera. En 1601, una bella niña de Sigulda fue llevada al castillo de Turaida tras ser hallada entre los heridos de una batalla. Allí se hizo una hermosa doncella, cortejada por todo pichichi. Pero ella amaba al jardinero del castillo de Sigulda, con el que se veía a escondidas en una cueva entre los castillos. Un día, uno de los pretendientes, mediante una carta en la que imita la letra del amado, atrae a la chica a la cueva. A cambio de que la dejara marchar, la doncella le ofrece una bufanda, asegurando de sus poderes mágicos. Para demostrárselo le propuso que le asestara un golpe con la espada. En resumen, la mató decapitada.
La cueva en cuestión se conoce como Gutmana ala:
Desde Turaida se puede coger un autobús (0'3 lv) para Sigulda (mi elección, pues hacían 32º C muy húmedos) o repetir el camino.
La otra ruta, más propia de senderismo entre árboles y una miríada de mosquitos tiene como punto importante la colina de los artistas, que ofrece una hermosa vista panorámica.
Eso sí, para llegar hasta ella, aunque el camino está bien señalizado, hay que tener en cuenta que está a 90 metros, que se ascienden en muy poco espacio, por lo que la pendiente es muy considerable. Vamos que llegas rebenta'o.
Volviendo a Sigulda, para llegar a la parada de autobuses, se pasa por casas muy cuidadas, bonitas, así como por parques muy curiosos.
Bueno, el último directo a Riga es a las 18:40. Resumiéndolo mucho, una sauna de algo más de 1 lv.
Ya de vuelta en Riga, me detengo un poco antes de la estación de autobuses porque quería aprovechar que era de día para contemplar las vistas desde el piso 26 del Radisson (como en Vilna, pero de día). La entrada cuesta en teoría 2Lv, pero a mí no me la cobraron al final, porque el batido natural de fresa (enorme y riquísimo) sólo costó 3'6 lv. Las vistas desde el skybar son espectaculares.
Estando allí contacto con Marta y María que me proponen ir a cenar. Ellas han estado en Jurmala, donde quiero ir yo mañana; yo he estado donde quieren ir ellas. Quedamos en una horita en una cadena de autoservicio muy aconsejable llamada Lido (ya en el albergue me la habían propuesto). Tienes para elegir de todo, pero de todo. Incluido, lo mejor para mí, comida hecha en barbacoas. Por unas 7 lv te pones las botas, incluida la bebida y el postre. Nosotras estuvimos unas dos horas y media charlando de nuestros viajes de mochileros. Después de un mes en solitario, fue muy ameno tener alguien a quien escuchar. Eran las 12:00 de la noche, y hacían más de 20 grados, así que cuando me despedí, seguí deambulando por la ciudad, hasta las dos aproximadamente (es muy segura).
DOMINGO 29/7/2012
El día de hoy estaba dedicado al Palacio de Rundale y a las playas de la regiónde Jurmala. Sin embargo, desde ahora aviso que no he ido al segundo destino. En el intercambio de opiniones de ayer, María y Marta me dijeron que no merecía la pena, que era demasiado turístimo, que era todo playa y nada más; ni siquiera chiringuitos. Como he llegado muy cansado por el calor, he cambiado de planes a la tarde.
Para ir a visitar el palacio de Rundale hay que tener presentes los horarios de Riga-Bauska y Bauska- Rundale, pues no hay ningún autobús directo desde Riga que pare cerca del palacio. Por suerte para Bauska hay autobuses a mansalva, por lo menos 20 al día. El viaje (2'15lv) dura aproximadamente una hora pasadita. El autobús, en el que he ido, del medievo. Desde la misma estación de autobuses esperas a alguno que tenga parada en el apeadero de Pilsurndale (con el pils, que significa castillo, por delante; que Rundale es la población que está unos tres kilómetros más adelante). Tarda 16 minutos, 0'40 lv. Te deja a un minuto andando.
Es espectacular, nada más verlo de lejos flipas.
La entrada varía entre los 2 lv (sólo el jardín o sólo el recorrido corto dentro del Palacio) hasta 5lv (jardín, más recorrido largo dentro del castillo). Yo cogí el billete completo y lo recomiendo con los ojos cerrados.
Si los jardines ya valen la visita por sí mismos. Hay flores de todos los tipos imaginables, plantadas con un cuidado exquisito. Se recorre fácil en media horita y si no llega a ser por el calorazo, se hubiera estado de vicio. El único sitio agradable fue el de la foto.
Las habitaciones y salones más interesantes se encuentran en la planta alta del Palacio. Destacan la habitación dorada y la blanca. Y es que cada habitación está empapelada de un color diferente, a cada una más bonita. Además de los muebles de época, cuadros y estufas muy bien conservadas, lo que más me ha gustado han sido, sin lugar a duda, la detallista decoración de las paredes: te puedes pasar horas mirándolas y descubriendo detalles nuevos. Una advertencia para gente sensible, en la sala blanca, entre el montón de querubines regordetes y pottolos, hay un par de ellos que disparan con un trabuco a un pobre cervatillo... ese momento bambi ha sido traumático.
De vuelta a Riga, con la consiguiente combinación de autobuses, he pasado tanto calor en la diligencia medieval que no me he encontrado con ganas de ir a Júrmala. Como quería aprovechar la tarde, me he acercado al museo de la ocupación de Letonia. Es un museo dedicado, como su nombre indica a la ocupación de los soviéticos al comienzo de la 2ª Guerra Mundial, a la posterior ocupación naz, con el exterminio de la población judía correspondiente, y de nuevo a la ocupación brutal soviética al final de la Guerra Mundial. Es muy duro, aunque después de lo que he sentido en tantos museos similiares durante mi viaje, no me ha supuesto gan dificultad soportarlo. A mí me parece muy recomendable, para una par de horitas. La entrada no se cobra, colaborando voluntariamente en la salida.
A la salida del museo puedes ver la enorme estatua de los fusileros de la 1ª Guerra Mundial, que se incorporaron a la armada soviética durante la revolución. Son de un granito rojo que da sensación de ser difícil de trabajar.
Como estaba cansado, me he acercado al mercado de la ciudad, pero ya estaba cerrada la zona de carnicería y charcutería, así que me he ido a descansar al albergue. (Y a poner en orden el diario).
a la noche he contactado con María y con Marta y nos hemos ido a cenar a otro Lido de la zona donde ellas tienen el albergue (cerca de Elisabeth). Nos hemos puesto las botas por unos 5 lv. A eso de la 1:00 hacia el albergue que mañana toca madrugar.
LUNES 30/7/2012 ADIÓS RIGA
Como estoy "hasta el gorro" del calor de la ciudad, me dispongo a hacer un mix entre la ruta de la lonley y la propuesta por la oficina de turismo a partir de las 8:00. Un acierto.
Antes de seguir, he de matizar lo de la masificación de la ciudad a la que me referí el primer día que vine, porque igual influyo en la opinión de gente de manera involuntaria. Llegué el viernes a la tarde. El sábado fue una copia del viernes (por la mañana estuve fuera y volví a la tarde). La ciudad estaba superpoblada. Más concretamente algunas partes de la ciudad estaban masificadas de turistas. A ello no ayuda la desproporcionada ocupación de la calle por parte de las terrazas de esas partes de la ciudad. Sin embargo, ya el domingo a la tarde y sobre todo hoy lunes, ha sido una gozada pasear. Por su puesto, las plazas céntricas siguen teniendo muchos turistas, pero eso es normal. No era una masificación como el finde. Yo recomendaría recalar en la ciudad entre semana o alejarse de las dos o tres plazas . más concurridas (manteniéndote aún así en el centro histórico, sin problemas). Las zonas masifica das se encuentran en rats laukums (ayuntamiento) y las que dan a la iglesia de San Jorge, básicamente en el tramo de kalku iela.
El albergue se sitúa junto a la puerta sueca (la única puerta de la ciudad antigua que se conserva) y llamada torre de la pólvora, al lado del museo de la Guerra (la verdad es que no entiendo cómo se le puede hacer un museo).
También estoy a un paso del edificio del parlamento, que no parece tal
Como todo está tan cerca, en unos dos minutos ya llego a la plaza que más me ha gustado del casco antiguo: la livu laukums, que cuenta con edificios de fachadas difícilmente mejorables.
Sin olvidar la famosa casa de los gatos
La zona antigua no destaca especialmente por sus iglesias, que las hay. Bueno, tal vez es que he tenido mala suerte, porque la Catedral la estaban restaurando, y las iglesias de San Jorge y San Pedro estaban cerradas (creo que por ser lunes). Concretamente me he quedado con las ganas de la vista panorámica desde la iglesia luterana de San Pedro, que es el edificio más alto del casco.
Curioso ha sido ver una figura escultórica dedicada al célebre cuento de los hermanos grimm, los musico de Brema; hacía la delicia de los niños, y no tan niños:
Antes de que se me olvide, seguro que hay alguien que se estará preguntando qué harían los soviéticos con las iglesias de Riga. Sólo tengo información sobre la iglesia de San Salvador, en el norte del Casco Antiguo, sirvió como discoteca del Instituto Politécnico.
En el recorrido también he pasado por otros edificios históricos, como la casas de los tres hermanos, que se conservan intactas y son de tres épocas diferentes: la primera del s. XV, la otra de mediados del XVII y la última de finales del mismo siglo.
Sin embargo, el edificio civil más bonito está en la plaza del ayuntamiento, y no ha sido este, me ha parecido el más chulete la casa de las Cabezas Negras.
Ayuntamiento
Casa de las Cabezas Negras
En una esquina del casco viejo se encuentra el castillo de Riga. De cerca no lo parece, la verdad. Hoy en día está el despacho de la presidencia del país. Para poder contemplarlo mejor, es recomendable alejarse (bastante) al puente Akmens.
La mejor manera de disfrutar de la ciudad, no es siguiendo el mapa de la guía ni de la oficina de turismo, es dejándote llevar. La ciudad es un auténtico museo al aire libre, estés donde estés.
Ya me he alejado de esta zona de la ciudad para acercarme a la bellísima zona nueva, que me ha gustado aún más que la anterior; entre otras cosas, porque hay mucha menos gente. Se encuentra a partir del canal Pilsetas y se sitúa por detrás del monumento a la libertad.
Vista del monumento a la libertad, con el radisson blue al fondo:
Fue financiado por donaciones públicas en 1935. Está coronado por una figura femenina de bronce que sostiene las tres estrellas que representan las tres regiones de Letonia. Durante la dominación soviética estaba prohibido visitarlo y, justo a dos manzanas se colocó una estatua de Lenin mirando hacia el otro lado. Por cierto, ésta fue retirada en agosto de 1991, tras el golpe de estado de Moscú.
La zona está rodeada por boulevares y parques muy atractivos.
Pero lo que más me ha gustado ha sido la zona de las calles alberta y un pequeño tramo de Elisabeth, donde los edificios tienen vida propia. Es el estilo art noveau. No importa hacia dónde miraras, todo era espectacular.
En la misma zona también está la iglesia que más me ha gustado, muy bien cuidada, es la Catedral de la Natividad, una iglesia rusa
De ahí al lido a comer algo y a despedirme de esta tan bonita ciudad y a cambiar de país... el final del viaje se acerca
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. Es conocido porque tiene una cementera pero nada más. Lo más cercano que merecería una visita, en todo caso, sería Siauliai.
