En muchas guías y webs recomiendan ir al Vaticano muy temprano para no pillar cola. Nosotras llegamos sobre las 12 de la mañana y no tuvimos ningún problema aunque era temporada alta. Evidentemente hay cola para entrar a San Pedro y luego para ir a los museos Vaticanos, pero nada del otro mundo, esperamos unos 10 minutos.
Llegamos en metro (Termini-Ottaviano), ya que el Vaticano está al otro lado de la ciudad, tras el río Tiber (Tevere en italiano). Antes de entrar en la plaza de San Pedro hay varios scaners por los que hay que pasar las bolsas o bolsos que se lleven. Un poco más adelante, para entrar en la basílica de San Pedro, hay guardias de seguridad que se aseguran de que no vayas vestid@ "indecorosamente"



Entrar en los museos Vaticanos cuesta 15 €. Merecen la pena aunque solo sea por ver la Capilla Sixtina, aunque hay muchas más cosas interesantes.
Aunque vayas rápido, la visita al Vaticano te llevará unas 3 horas o más. En los museos Vaticanos tienes que ver un montón de cosas antes de llegar a la Capilla Sixtina, por lo que no podrás evitar estar allí un buen rato.


Al terminar decidimos dar una vuelta por el barrio más auténtico de Roma: el Trastevere. Cogimos un bus desde el Vaticano, se tarda muy poco. Este barrio fue una de las cosas que más nos gustó de Roma, por su singularidad, ambiente y autenticidad. Es más tranquilo que el resto de la ciudad, tiene un ambiente más bohemio y es muy pintoresco. Si se pudiera comparar diría que es a Roma lo que Malasaña es a Madrid. Hay un montón de terrazas, cafeterías, librerías pequeñas, trattorias, tiendas de ropa... Es el lugar ideal para tomarte un te freddo y relajarte.

Con un paseo de Trastevere a nuestro hotel en Termini dimos por finalizada nuestra visita a Roma, ya que al día siguiente cogíamos el avión hacia Atenas...