8-Desembarco en Barcelona ✏️ Diarios de Viajes de Mediterráneo

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Todo estaba ya visto para sentencia. Así que nuestra principal meta era salir cuanto antes del barco y poder disfrutar algo de algunas cosas de Barcelona antes de coger el tres a las dos de la tarde. Por ello habíamos cogido los traslados con la naviera a la estación de Sants.

Tocó levantarse no me acuerdo si sobre las seis y media de la mañana o las siete menos cuarto, ya que no queríamos coger los agobios del desayuno, como nos recomendó en la cena el camarero. Así que después de levantarnos, asearnos, etc., revisión al completo del camarote para asegurarnos que no nos dejábamos nada, mochila al hombro y despedida del camarote que había sido nuestra habitación durante una semana

No recuerdo ahora mismo si es que no volvimos al camarote porque no quisimos o porque nos avisaron que las tarjetas ya estaba desactivas para volver a entrar.

En cualquier caso, nos subimos a la cubierta 11, al buffet "Panorama" para desayunar, ya que el restaurante "El Duero" estaba cerrado ese día. ¡Vaya diferencia! Por fortuna el ir sobre las siete y cuarto nos permitió sentarnos en una mesa con tranquilidad, sin estar dando vueltas para buscar sitio, ni preocupados porque nos lo quitasen.

No obstante, vaya diferencia de que te sirvan un café muy rico y un zumo en la mesa a que tuvieses tú que tirar de la habitual máquina de los hoteles de café, y el estar en una mesa no muy grande.

Desayunamos con tranquilidad y al terminar, salimos a la piscina del Sovereign para echar un último vistazo y despedirnos de ella...

Posteriormente nos fuimos a la cubierta 3, ya que queríamos comprar dos fotos del día de la Cena del Capitán. Nos había llegado el rumor de que el último día hacían promociones, pero lo cierto es que no rebajaron el precio en absoluto. Eran 8,5 euros por foto y no era nada barato, pero las fotos eran preciosas y eso supone realmente un recuerdo para toda la vida, por lo que no lo dudamos y cómo teníamos ya decidido las acabamos comprando.

Nos sobraba casi una hora, y a todo ésto el barco ya estaba atracado en el puerto de Barcelona, por lo que decidimos sacar algunas fotos con la ciudad de fondo. Estuvimos casi todo el tiempo en la cubierta 7, y comprobamos cómo en Proa los trabajadores del Sovereign hacían tareas de amarre a puerto. Los últimos minutos los dedicamos a estar en una hamaca muy tranquilos teniendo de frente la vista de Montjuic, estando muy relajados.

EL DESEMBARCO Y BARCELONA

Teníamos en el billete del traslado que la hora de salida eran las nueve y cuarto de la mañana desde la discoteca "Zoom" de la cubierta 8, por lo que a las nueve subimos un piso para irnos ya situando, y nos encontramos con la sorpresa de que ya podíamos salir, así que entregamos los billetes y empezamos a bajar hasta la cubierta 4, por donde desembarcábamos echando un último vistazo al barco en el que habíamos estado toda la semana.

Como despedida, según íbamos saliendo, el equipo de animación nos hacía un pasillo despidiéndonos con pancartas, un bonito detalle. Entregamos las tarjetas y ya salimos del barco. Ya estábamos fuera y rápidamente accedimos por la pasarela a la terminal de cruceros "A". Y nada más bajar por las escaleras mecánicas, ya vimos un monitor donde se ponía dónde podíamos recoger nuestras maletas (las de la cinta amarilla).

Y efectivamente, hay estaban ya amontonadas las maletas y no tardamos nada en localizar las nuestras y salir ya del edificio. Nos encontramos con un panorama parecido al de la ida, con los operarios montando ya los pasillos para el embarque del siguiente turno, e incluso ya había gente a las nueve y cuarto dispuesta a embarcar.

A decir, que en la discoteca nos había dado un número que se suponía que era el del autobús que nos llevaría a la estación de Sants. Así que buscamos al personal de Pullmantur para preguntar cuál era y después de un poco de confusión (tampoco mucha), fuimos capaces de montar una cola en el autobús correspondiente.

Creo recordar que primero salieron los que iban al aeropuerto del Prat, pero nosotros tampoco tardamos mucho, dejamos las maletas en el maletero y nos subimos al autobús, yendo tranquilamente a la estación de trenes. A las diez menos diez estábamos en la estación de Sants, a la que habíamos llegado de forma tranquila, sin cargar con maletas, ni estar pendientes de esperar por el bus que te sacaba del puerto a Drassanes (y si podríamos entrar en los primeros buses), luego el metro con las maletas a cuestas, etc. Y por eso no nos importó pagar diez euros, en vez de los 5,50 que nos saldría de la otra forma.

Como teníamos algo más de cuatro horas por delante, buscamos la consigna y allí dejamos las maletas, no sin antes comprobar la bordería de la la chica de seguridad que la emprendía a gritos con el que se olvidaba de poner la maleta en la cinta de seguridad.

Así que dedicamos la mañana a tirar de metro e irnos a conocer el Parque Güell, que es lo que quedá quizás más a desmano y que es realmente impresionante con todas las edificaciones que hizo Gaudí, haciendo una visita bastante detallada. Y para completar la ruta del genial arquitecto, posteriormente fuimos hasta la Sagrada Familia, aunque, por supuesto, nada de entrar, que el precio era de 16 euros, no teníamos mucho tiempo y había unas colas impresionantes.

Regresamos a la estación sobre la una del mediodía, con el tiempo para poder ir a comprar algo de comida al McDonalds y ya buscar el anden del tren y montar en él...

Y esta es toda la historia de nuestra aventura en el "Sovereign", espero que os haya servido de algo...

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