Salimos desde Málaga a Memmingen (Munich) en vuelo directo con la compañía Ryanair, todo nos fue bien vuelo puntual a las 9.30 ya habíamos llegado al pequeño aeropuerto, todo muy cómodo, el equipaje lo recogimos muy rápido y nos dirigimos hacia el mostrador de Hertz que al tener un convenio con Ryanair nos hizo un precio muy bueno. Al llegar al mostrador ya nos tenían todo el papeleo preparado solo añadimos como extra el seguro Super Cover que te cubría ante cualquier percance ( a todo riesgo) con lo que en ese aspecto íbamos mucho más tranquilos. Nos entendimos muy bien en Ingles, al salir justo te encuentras el parking donde tienes que recoger el coche, en nuestro caso un Ford Fiesta, el coche estaba en perfecto estado, casi a estrenar, las maletas una grande y dos de mano nos entraron justas en el maletero, esto era muy importante para nosotros ya que no queríamos dejar nada a la vista en nuestros días de viaje. Cogimos el coche, pusimos música que llevábamos grabada desde casa y nos dirigimos a nuestro primer destino. El primer contacto con las carreteras alemanas fue muy bueno, la gente va rápido pero sin problemas, el asfalto buenísimo, varios carriles, grandes rectas y pocas curvas y muy bien señalizado. Llegamos a Rothenburg ob der Tauber, después de casi dos horas de viaje. Para aparcar había varios parking numerados, nosotros dejamos el coche en el 3, pagamos unos 2 € por 3 horas. Desde el aparcamiento hasta el pueblo había un agradable paseo de cinco minutos. Hacia mucho calor, entramos por una de sus bonitas puertas y a pesar de que habíamos leído que podía estar masificado de turistas, nosotros lo disfrutamos con poca gente.
El pueblo te transporta en el tiempo a la época medieval, pertenece a la famosa ruta romántica, nosotros paseamos por sus calles tranquilamente, todas sus calles merecen la pena.
Sus principales atracciones son la plaza, la iglesia de San Jacobo de estilo gótico, el baluarte Spitalbastei, con sus siete puertas, su puente levadizo y un doble terraplén, pasear por sus calles es todo un lujo, pero pasear por el interior de sus murallas te da una perspectiva de la ciudad única.
Antes de abandonar el pueblo nos tomamos uno de sus típicos dulces y un refresco, tiempo que aprovechamos para descansar. Nos encanto el pueblo. Después del tentempié nos dirigimos al coche y en aproximadamente dos horas por buenas carreteras llegamos a Heidelberg, donde aparcamos muy cerca del casco antiguo en un parking de un centro comercial, a buen precio.
En esta ciudad estuvimos unas cuatro horas y aprovechamos bien el tiempo vimos varias de sus bonitas iglesias y por algunas de sus plazas. Lo que más nos gusto fue la plaza del mercado de grano (Kornmarkt), con unas bonitas vistas del castillo,
la plaza de la Universidad, pero sobretodo la plaza del mercado (Marktplatz) donde destacan la iglesia del Espiritu Santo, muy bonita por fuera,
y la casa Zum Ritter St. Georg, caballero de San Jorge, nos gusto mucho.
También subimos al castillo en el funicular que se coge desde la plaza del mercado de grano, el castillo no esta en muy buenas condiciones pero tiene varias partes donde hacer buenas fotos para el recuerdo
y unas bonitas vistas de la ciudad y del río Neckar.
Luego cruzamos la puerta y el puente de Carlos quizás junto al castillo el monumento más emblemático de la ciudad. Luego desde el camino de los filósofos hicimos algunas fotos con el castillo, el puente y la ciudad de fondo, unas vistas que bien merecen la pena un paseo, lo único malo de ese día fue el tremendo calor que nos hizo.
Al volver recorrimos la calle principal llena de tiendas y bares, Hauptstrabe, donde aprovechamos para descansar y tomar algo. Ahora había que llegar hasta nuestro alojamiento para las próximas cuatro noches, Landhaus Lauble en Hornberg, otras 2 horas de carretera. Aquí quería hacer un inciso, la gasolina estaba de media a 1.40€ con plomo, pero hay mucha diferencia entre unas y otras gasolineras, muy caras en autopista casi 10 céntimos más que en otras carreteras, además hay que tener en cuenta que muchas cierran sobre las 10 de la noche con lo que es mejor llevar el tanque siempre con bastante gasolina. Este día hicimos mucha carretera, pero lo habíamos planeado así, para poder ver por lo menos algo de esta zona y acertamos de pleno. Llegamos ya de noche a nuestro alojamiento, el sitio era precioso rodeado de bosque, con un lago artificial, además al poco de llegar tiraron fuegos artificiales al cumplir años de su fundación, impresionante. La amabilidad fue la nota dominante, la habitación fenomenal y con una terraza con vistas al lago y los árboles. Y los desayunos con toda variedad de panes, mermeladas, yogurt, zumos, café, quesos, cereales y productos de la zona, sin duda un lugar para repetir. Nos fuimos a la cama a descansar que el día había sido largo, pero muy contentos por como había ido todo.

El pueblo te transporta en el tiempo a la época medieval, pertenece a la famosa ruta romántica, nosotros paseamos por sus calles tranquilamente, todas sus calles merecen la pena.

Sus principales atracciones son la plaza, la iglesia de San Jacobo de estilo gótico, el baluarte Spitalbastei, con sus siete puertas, su puente levadizo y un doble terraplén, pasear por sus calles es todo un lujo, pero pasear por el interior de sus murallas te da una perspectiva de la ciudad única.



Antes de abandonar el pueblo nos tomamos uno de sus típicos dulces y un refresco, tiempo que aprovechamos para descansar. Nos encanto el pueblo. Después del tentempié nos dirigimos al coche y en aproximadamente dos horas por buenas carreteras llegamos a Heidelberg, donde aparcamos muy cerca del casco antiguo en un parking de un centro comercial, a buen precio.
En esta ciudad estuvimos unas cuatro horas y aprovechamos bien el tiempo vimos varias de sus bonitas iglesias y por algunas de sus plazas. Lo que más nos gusto fue la plaza del mercado de grano (Kornmarkt), con unas bonitas vistas del castillo,

la plaza de la Universidad, pero sobretodo la plaza del mercado (Marktplatz) donde destacan la iglesia del Espiritu Santo, muy bonita por fuera,

y la casa Zum Ritter St. Georg, caballero de San Jorge, nos gusto mucho.

También subimos al castillo en el funicular que se coge desde la plaza del mercado de grano, el castillo no esta en muy buenas condiciones pero tiene varias partes donde hacer buenas fotos para el recuerdo

y unas bonitas vistas de la ciudad y del río Neckar.


Luego cruzamos la puerta y el puente de Carlos quizás junto al castillo el monumento más emblemático de la ciudad. Luego desde el camino de los filósofos hicimos algunas fotos con el castillo, el puente y la ciudad de fondo, unas vistas que bien merecen la pena un paseo, lo único malo de ese día fue el tremendo calor que nos hizo.


Al volver recorrimos la calle principal llena de tiendas y bares, Hauptstrabe, donde aprovechamos para descansar y tomar algo. Ahora había que llegar hasta nuestro alojamiento para las próximas cuatro noches, Landhaus Lauble en Hornberg, otras 2 horas de carretera. Aquí quería hacer un inciso, la gasolina estaba de media a 1.40€ con plomo, pero hay mucha diferencia entre unas y otras gasolineras, muy caras en autopista casi 10 céntimos más que en otras carreteras, además hay que tener en cuenta que muchas cierran sobre las 10 de la noche con lo que es mejor llevar el tanque siempre con bastante gasolina. Este día hicimos mucha carretera, pero lo habíamos planeado así, para poder ver por lo menos algo de esta zona y acertamos de pleno. Llegamos ya de noche a nuestro alojamiento, el sitio era precioso rodeado de bosque, con un lago artificial, además al poco de llegar tiraron fuegos artificiales al cumplir años de su fundación, impresionante. La amabilidad fue la nota dominante, la habitación fenomenal y con una terraza con vistas al lago y los árboles. Y los desayunos con toda variedad de panes, mermeladas, yogurt, zumos, café, quesos, cereales y productos de la zona, sin duda un lugar para repetir. Nos fuimos a la cama a descansar que el día había sido largo, pero muy contentos por como había ido todo.