ULTIMOS DÍAS EN SRI LANKA: MIRISSA-GALLE-NEGOMBO ✏️ Diarios de Viajes de Sri Lanka

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Dia 10: día totalmente de relax en la bahía de Mirissa, aprovechando que mi amiga había ido de excursión para ver las ballenas. Volvió totalmente encantada. Parece ser que hay varias agencias que ofrecen esta excursión y los precios varían en función de lo grande o pequeño que es el barco, y de si se ofrece un refrigerio a bordo o no (totalmente prescindible) Ella se decidió por la agencia pionera en realizar estos viajes, que además está gestionada por el gobierno, pues era la que le dió más confianza y además resultó ser más económica que otras. No recuerdo el nombre pero en internet seguro que encontráis el nombre. Los precios, si no recuerdo mal estaban en torno a los 70US. Vió muchísimas ballenas, y además, al haber pocos pasajeros ese día, los de la agencia se enrollaron e invitaron al viaje a nuestro conductor Sampath que pensaba esperar en el muelle pacientemente las horas que durara la travesía (entre 2 y 3h)

Cena buffet en el Sister Hotel, a pie de playa. Lo bueno de estos buffets es que te permiten ser intrépido y probar todas las especialidades locales, o ser todo lo convencional que quieras limitándote a pasta y pizza.

Día 11:dejamos con mucha pena Mirissa y nos dirigimos a GALLE, con un casco histórico precioso, amurallado, que fue lo que permitió que el Tsunami no lo barriera del todo. Se nota mucho la influencia holandesa, en las calles, las iglesias católicas, los cafés, y los edificios en general. Dimos un paseo durante un par de horas, hicimos una parada para tomar unos crêpes estupendos y continuamos. Esa noche iba a ser la última antes de volver a casa, y sería en Negombo, por su cercanía al aeropuerto y por ser una alternativa más tranquila a Colombo. En ruta desde Galle decidimos parar a comprar unas colchas de cama preciosas en unas tienduchas en la carretera. Son muy vistosas, te hacen los ajustes que necesites en el momento, y salen por aproximadamente 10€. Mi amiga se llevó también un lienzo del taller de un artista local.

Para despedirnos con buen sabor de boca de las playas de Sri Lanka finalizamos las horas altas del sol en BENTOTA BEACH. Otra más de las playas grandes, limpias y semivacías de esta isla. Lo peor vendría al tener que atravesar Colombo. Por lo que nos dijo el conductor la única manera de evitar la capital era tomar una autopista de pago en algún punto anterior a donde nos encontrábamos cuando nos lo dijo, pero no nos importó, ya que sería nuestro único recuerdo de COLOMBO. Mi impresión es que es una ciudad muy larga, rodeada de los típicos suburbios humildes, con un centro en el que se mezclan edificios coloniales con otros modernos, y con un paseo marítimo bastante decente. Ese día era domingo y estaba a tope de gente y puestecillos ambulantes vendiendo de todo. Tardamos más de una hora en atravesarla pero se hizo bastante ameno.


Llegamos a nuestro destino ya de noche. Nuestro hotel no hacía honor al nombre que evocaba, MARINE RESORT, ni a las fotos que aparecían en la página web donde lo reservamos, y de hecho la habitación que nos dieron era tan nueva que aún faltaban mil detalles y olía a recién pintada. Pero, habiéndonos resignado, por el agotamiento y porque preferimos disfrutar de esas últimas horas en la isla, nos fuimos a cenar algo a un restaurante local de los muchos que hay y a dormir!!

Despedida de Sampath, nuestro conductor, guía y consejero (cuando se lo pedíamos) durante nuestra estancia en SL, eso sí, muy callado, pero al que le pongo un 10. Aunque él trabaja para una agencia, os dejo su correo personal por si ha decidido abrir la suya propia: sampathsltours@gmail.com

Día 12: Por fin podemos ver cómo es la playa de NEGOMBO...bastante sucia y decepcionante en comparación con las joyitas que habíamos visto los días anteriores. Nos costó bastante encontrar un resort "decente" en el que poder desayunar en la misma playa, ya que o son muy decadentes o extremadamente lujosos. Después del desayuno, y recogida de maletas, salimos para el aeropuerto. 20 minutos en tuk tuk, sanas y salvas en la terminal.

Por cierto, si queréis cambiar las rupias, el último sitio antes de salir del país es en la terminal, justo antes de pasar el control de pasajeros y acceder al check-in. Dentro hay un par de cafes-restaurantes, tiendas de souvenirs con precios al triple que en la calle y una tienda de moda y accesorios decente donde poder deshacerte de tus últimas rupias.

El vuelo con SWISS via Zurich salió un pelín retrasado (lo que nos obligó a correr en Zurich para no perder el enlace a Barcelona) y transcurrió sin ningún incidente. Conseguimos, al igual que a la ida, hacernos con una fila de 4 asientos para cada una donde poder estirarnos, con lo cual llegamos a Barcelona relativamente frescas.

Realmente es un país todavía desconocido para la mayoría, que se ha mantenido así por los motivos que sean pero con mucho potencial para convertirse en otra Tailandia, así que os recomiendo, que los que tengáis la curiosidad por visitarlo lo hagáis antes mejor que después.

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