Día 8: A la luz del día nuestro refugio se había convertido en un encantador "poblado".
Además de la nuestra, había varias cabañas distribuidas por las instalaciones, animales, plantas y hasta una hamaca para echar siestas. El río, al que se llegaba por un sendero, era el lugar donde Mona nos comentó que realizaban yoga. El desayuno, como era de esperar, orgánico, con productos de la casa, que nos dió energía para aguantar hasta la noche.
Partimos hacia las playas. Durante un par de horas pasamos por poblaciones en las que había muchísimo bullicio, algunas con mercados, pero sin ningún interés aparente. Le pedimos a nuestro conductor que nos llevara a una playa que le gustara. Fue la mejor propuesta que nos hizo en todo el viaje. Acabamos en TANGALLE, una playa de arena blanca y limpia, anchísima y larguísima. Para acceder desde la carretera hay que desviarse por unos caminos que llevan a resorts hoteleros a pie de playa, y aunque ésta es pública,se recomienda que consumas algo.
Creo que el punto de la playa en el que nos quedamos se llamaba MANGROVE CHALETS y tenía una pinta buenísima, el típico sitio para ir con pareja y desconectar, super integrado en la naturaleza (nada que ver con la mayoría de los Todo Incluido) En las 3 horas que pasamos en la playa estuvo prácticamente desierta todo el tiempo, a excepción de algunas parejas. Sin duda, LA MEJOR PLAYA que vimos en todo el viaje.
Ese día nos alojábamos en UNAWATUNA, en un hotel reservado por internet. Se llamaba HOTEL DAMIKHA y estaba frente al mar, tan cerca que el ruido de las olas hacía pensar que en cualquier momento las olas entrarían en la habitación. Pensábamos quedarnos 3 noches pero después de pasar la primera noche en vela por todos los tuk-tuks que pasaban por el callejón que había entre el hotel y la playa, nos marchamos. Antes de irnos nos dió tiempo de dar una pequeña vuelta por la playa, que a pesar de ser larga nos nos pareció en absoluto bonita, plagada de chiringuitos tan cerca del mar que apenas quedaba playa para tumbarse y sin ningún atractivo en general.
Esa única noche en UNAWATUNA cenamos en uno de los chiringuitos en la playa. Son todos muy parecidos y las especialidades suelen ser los pescados de la zona. Fue el único sitio en la isla donde vimos un poco de vida nocturna y tiendas tipo mercadillo para los turistas, pero el ambiente en general era cutrecillo
Dia 9: Sin tener claro donde dormiríamos esa noche, pero con la curiosidad de mi amiga de ir a ver las ballenas, retrocedimos hasta la carretera que nos trajo de Tangalle y volvimos 30km hacia atrás hacia MIRISSA, una bahía preciosa, con arena dorada y con unos pocos resorts a pie de playa y en la colina, que es donde finalmente nos aposentamos. El hotel precioso: 13 bungalows muy cuidados con balcones y super vistas, piscina y la posibilidad de usar todas las facilidades del sister hotel en la misma playa. Se llama MIRISSA PALACE HOTEL (90€ 2 pax media pensión x noche) y la estancia allí se nos hizo cortísma. Uno de los mejores desayunos con zumos de frutas naturales!!! Ese día estuvimos en la playa cercana de WELLIGAMA, famosa porque en el mar se sientan los pescadores en unas cestas colgadas de un palo muy cerca de la orilla. Parece ser que las plazas pasan de padres a hijos y están muy cotizadas. Bonita puesta de sol rodeada de surfers buscando olas.
Esa noche nos retiramos pronto, porque mi amiga se iba a las 6,30am a ver las ballenas.