Día 9 a 15:
Vuelo interno Air Madagascar Morondava-Antananarivo-Ile Saint Marie.
El vuelo es en una de esas avionetas con hélices pequeñas. Caro: 200 euros cada trayecto.
Llegamos en un "aeropuerto" que es prácticamente una pista de asfalto en la arena. Si no te da tiempo parar es fácil, sigues por encima del arrecife.
Ahi nos recogen en barco y vamos a la contigua Ille aux Nattes donde nos alojamos en el Analatsara.
Ahora comentarios sobre este sitio:
- El sitio es probablemente el mejor de la isla.
- Las cabañas son muy bonitas, decoradas con gusto y cada una diferente de la otra.
- Nuestra cabaña era la Anala Casa (pagamos 100 euros por noche en media pensión), quizás la mas bonita.
- El defecto de nuestra cabaña era el baño, que estaba debajo de la cabaña misma, y mucha gente pensaba que fuese publico y se metía en el
- La cabaña esta pegada a donde se come, lo cual le quita un poco de intimidad (se oye todo el tiempo a la gente que esta ahí, aunque se suele ir a dormir muy temprano)
- Las cenas están preparadas de manera impecable, con velas, abundante cantidad de vinos y licores, la comida suele ser buena y variada, aunque no alcanza los niveles de Olivier
- El dueño, Jean Pierre, es un personaje, y siempre cena con sus huéspedes y cuenta historias
- El 99% de los huéspedes es francés, así que si no habláis francés vais a estar un poco excluidos
- Casi cada noche hay algo organizado para acompañar la cena, conciertos, bailes, proyecciones
- Muchas veces suelen haber invitados amigos en las cenas (tambien personajes)
- Antes de cenar hay siempre un aperitivo con ponches, mojitos o cerveza
- Hay lemures pequeños libres que andan por ahí y se dejan tocar, hay un lemur en una jaula (dicen que esta ahí para curarse de no se que) y tienen un loro super amigable que te pide comida todo el tiempo
- Las playas mejores están en el otro lado de la isla, que pero es tan pequeña que se tarda una hora o poco mas para cruzarla
- Se organizan excursiones, nosotros nos apuntamos a la otra punta de Saint Marie. No vimos gran cosa, pero nos pegamos una barbacoa de carne de cebu y de pescado que no veas (con anexo ciego de mojitos)
En fin, se trata de un sitio de muy buena calidad, con mucho encanto y mucha personalidad, pero que a veces peca de pequeñas cosas que se podrían arreglar con un poco mas de cuidado y profesionalidad.
Por lo que concierne la isla: es muy pequeña, se puede rodear toda andando en unas 4-5 horas. En el interior hay un pueblo y unos campos cultivados que merece la pena visitar. Las playas son las típicas de postal, con arena blanca y palmeras. Hay corales, especialmente en el lado este de la isla, pero no muchísimos y no hay muchos peces (aunque dicen que hay zonas alrededor muy buenas para ver vida marina). Hay muchos establecimientos, uno tras otro, para todo tipo de bolsillos.
Nosotros evitamos ir a Saint Marie, que es bastante grande y ofrece muchas cosas también, así que si uno se aburre hay muchas cosas por hacer.
En conclusión: un viaje seguramente muy interesante y muy bonito, y, sobre todo, siempre muy a contacto con la gente del lugar, agradable, sonriente y muy sincera.