- DÍA 3: EN BUSCA DE LA TORRE EIFFEL -
11 de diciembre de 2012
Volvemos a amanecer escuchando las idas y venidas de los vecinos por la escalera de madera, buscando sus lugares de trabajo o de estudio.
Como habíamos comprado leche el día anterior y en el apartamento había café y azúcar, sólo necesitábamos bajar a la boulangerie de nuestra misma calle a comprar dos croissants por 1,80€.
Una vez listos, nos dirigimos a la estación de metro Etienne Marcel para viajar hasta la de Ledru-Rollin, cerca de la Bastilla. Nuestro objetivo es visitar el Marché d´Aligre, un pequeño mercadillo de productos frescos y de objetos de segunda mano que se celebra todas las mañanas exceptos la de los lunes. Tiene lugar en la Place d´Aligre y en la calle del mismo nombre. Además a su lado está el cubierto Marché Beauvau.





Después de esta visita caminamos por la Rue du Faubourg Saint-Antoine en dirección a la Bastilla. Esta calle está llena de comercios para los parisinos. Tras cruzar la Bastilla, seguimos por la Rue Saint-Antoine hacia el centro de la ciudad. Al divisar la Ile Saint-Louis nos encontramos con un peculiar espectáculo, miembros de un cuerpo del ejército montados a caballo con un uniforme tradicional.

Tras la foto obligada volvemos a internarnos en el Marais para disfrutar de su ambiente comercial y turístico. Visitamos el Centro Georges Pompidou y su vecina Fontaine Stravinsky para continuar hacia la zona del centro comercial Les Halles, toda ella en obras (cuando la acaben, fiándonos de las fotografías del proyecto, París ganará un gran espacio al aire libre ajardinado). La iglesia de Saint-Eustache ganará en espectacularidad cuando se acaben estas obras.
Aprovechamos para hacer una parada al lado del apartamento y entramos a comer en la Creperie Paris Montorgueil. Pedimos el menú de medio día: una galette, un crepe y una taza de sidra para cada uno (además de la obligada y gratuita garrafa de agua), todo por 12,5€ cada menú. Se trata de un restaurante de nivel aceptable y económico dentro del centro de París.
Con el estómago lleno llegamos a la Place des Victoires por la Rue Etienne Marcel. Está rodeada por los típicos edificios parisinos y en el centro una estatua hace de rotonda para el tráfico rodado.

Entramos en la Galerie Vivienne, en la Rue des Petits Champs, que está decorada con motivos navideños.

Al llegar a la Ópera volvemos a encontrarnos con el turismo masivo que habíamos dejado un poco olvidado. No satisfechos con las grandes aglomeraciones, cometemos el error de entrar en las Galerías Lafayette, donde lo único a destacar es el gran árbol de Navidad situado en el centro de las mismas y el consumismo insoportable.

Decidimos olvidarnos un poco de tanto jaleo y nos dirigimos hacia la Place de la Madeleine, con la iglesia del mismo nombre. Allí está la tienda de dulces La Durée, con su escaparate lleno de macarons. Cruzamos la Rue Royale y entramos en unas pequeñas galerías que desembocan el la Rue Boissy d´Anglas. Desde allí llegamos por el Boulevard Malesherbes hasta la Place Saint-Augustin.



Empezaba a anochecer y teníamos que hacer un poco de tiempo antes de lograr nuestra meta del día: visitar la Torre Eiffel iluminada de noche.
Entramos en una boulangerie Paul, situada al lado de la estación de metro Havre-Caumartin, donde reponemos fuerzas y calor con dos capuccinos, una vienoisse chocolat y un pain sucre por 10,25€. Esta boulangerie tiene mesas en el piso superior y ocupamos una al lado de una ventana desde donde se divisa el ir y venir de gente y coches.
Más o menos hacia las siete de la tarde, cuando ya hacía una hora y media que había anochecido, cogemos el metro (para lo que tenemos que volver a comprar un bono de diez viajes por 12,70€) hasta la estación de Trocadero.
Cruzamos la explanada y los jardines de Trocadero, disfrutando con la iluminación nocturna de la Torre Eiffel, a la que paso a paso nos acercábamos más. Nos dirigimos a ella haciendo fotos y pasando el puesnte sobre el Sena. Al llegar allí vimos que estaban realizando unas obras en la primera planta, pero los andamios llegaban hasta el nivel inferior. Pasando frío nos topamos con una curiosa escena donde un chico se arrodillaba para pedirle matrimonio a su novia. Nos despedimos con esta escena de la Torre parisina y buscamos la estación de metro de Bir-Hakeim.






Improvisamos nuestra ruta para redondear la jornada visitando el Sacre-Coeur de noche. Bajándonos en la estación de Anvers, subimos por la Rue Steinkerque, donde abundan los negocios de venta de horribles souvenirs, hasta alcanzar el nivel inferior de la subida hasta la basílica. Como hacía mucho frío quedamos satisfechos haciendo un par de fotos desde lejos al saber que volveríamos allí a la mañana siguiente.

Regresamos en metro hasta la zona del apartamento y aprovechamos nuestro paso por la Rue Montorgueil para comprar dos porciones de pizza y una focaccia calientes por 5,99€ en la Pizzería Rústica, regentada por italianos. La calidad no era excelente ya que se le quemaron un poco al recalentarlas en el horno, pero nuestro cuerpo agradeció algo caliente para acabar el día.