Antes de explicaros la etapa de hoy, tengo que decir que a mi marido le encanta todo lo relacionado con el mundo del ferrocarril. Su abuela era ferroviario y a mi chico, desde muy pequeño le encantaba ir con su abuelo a ver vías, ferrocarriles, estaciones y todo lo relacionado. A medida que ha ido creciendo, le ha seguido gustando ese mundillo y a menudo ve documentales sobre el tema o visitamos museos. Conociendo su afición, el día de la boda le regalé una maqueta de la primera locomotora a vapor que consiguió el récord mundial en velocidad, que me costó horrores encontrarla y al final fue por internet en una tienda de London; y un vale por una visita al Museo del Ferrocarril de Tokyo, uno de los más grandes del mundo.
Así que podéis imaginar la cara que puso cuando ese día al levantarnos, le dije que la visita al museo era hoy. Estaba bien emocionado y desayunamos en un "volao" porqué estaba deseando llegar. Así que tras un desayuno rápido, nos vamos para la estación JR Shibuya. Tomamos un metro hacia la zona norte de la ciudad y de allí el tren hasta Omiya, en la prefectura de Saitama.
Hace días que nos fijamos que en las estaciones de metro y en algunos centros comerciales hay un cartel promocional de un cantante… nos partimos de risa porqué el chico va de guaperas… anoche estuvimos escuchando su canción promo y nos reímos un montón!! Os dejo el enlace y la foto del cartel jiji!
Llegamos a la estación de tren de Omiya y ya vemos las indicaciones para el Museo del Ferrocarril. Debemos coger un monorail que hace de lanzadera con el Museo. Qué risa al recordar el capítulo de los Simpson y el Monorail de Springfield! Jajaja!
Llegamos al Museo, el suelo de la entrada está hecho con paneles informativos! Hay alguna locomotora fuera y empiezan las fotos jejeje!
Compramos las entradas en las máquinas que hay a la entrada -qué prácticos son! Así no hay que hacer cola en la taquilla- y entramos. Mi marido va con los ojos como platos mirándolo todo! Disfruta como un niño!
El Museo tiene 3 plantas enormes. En la planta baja tienen varias locomotoras y vagones de trenes japoneses de todas las épocas. Se puede subir a la mayoría, se puede “jugar” con la maquinaria a modo de “acelerar - frenar” mientras ves como funcionan los pistones, motor… tienen una locomotora de vapor antiquísima en el centro que cada hora la encienden para que se pueda escuchar su motor a vapor, qué pasada! Me recuerda mucho a la maqueta de la locomotora que le compré para la boda.
Celebran el aniversario del 1r Shinkansen (tren bala) y por eso podemos verlo allí expuesto. Al parecer el primer tren bala lo diseñaron en 1940 pero al estallar la Segunda Guerra Mundial y verse el país implicado, se paralizó un poco su diseño. De forma que sobre el 1954 empezaron la construcción de la primera linea (vías) que uniría Tokyo con Kyoto, las dos principales ciudades niponas y que cruzaría la principal isla del país. Y fue en 1964 cuando el Shinkansen hizo su primer trayecto entre Tokyo y Kyoto. Todo un avance si tenemos en cuenta que ya el primer modelo iba a más de 200km/h!
Tras un par de horas buenas entre esas locomotoras y vagones, subimos a la segunda planta dónde hay un gran “balcón” dónde tienen expuestos uniformes, paneles informativos, billetes de tren, tarjetas electrónicas de tren, maquetas de trenes, instrumentos ferroviarios, etc…. Y vemos que en un rincón hay un señor que monta maquetas, qué pasada! A mi marido se le cae más la baba aún, ya que a él le pirran!
Subimos al tercer piso dónde hay un mirador desde el cual se ve todo el museo así como la antigua estación que allí había (el Museo está hecho en un almacén de trenes de la estación) y en otro apartado, hay vías, cambios de agujas, ruedas… de todo un poco para que la gente pueda “aprender tocando”.
Se hace la hora de comer pero el restaurante de allí está a rebosar de gente, por lo que tomamos de nuevo el monoraíl y comemos en la estación de Omiya antes de coger el tren de vuelta a Tokyo.
De camino recordamos que en uno de los trayectos de metro que habíamos hecho habíamos visto como un parque de atracciones y decidimos ir a buscarlo. Así que bajamos en la parada de metro más cercana al lugar, Suidobashi st., y vamos hacia el Tokyo Dome City. El Tokyo Dome es un complejo de ocio que incluye varias tiendas de cómics, un estadio cubierto dónde hacen conciertos, espectáculos y también partidos de béisbol (son muy aficionados a este deporte); también tiene un mega centro comercial, un spa y un parque de atracciones impresionante.
Alucinamos con su montaña rusa, ya que además de tener varios looping’s, tiene un trozo de vía que cruza literalmente un edificio!!
Vemos que están haciendo un espectáculo para niños y aquello está a petar de gente jeje! El parque de atracciones tiene una gran noria (también la cruza la montaña rusa!), una atracción de agua -tipo a los troncos de Port Aventura-… la pena es que por lo visto hubo una muerte accidental en el parque a primeros de año y está cerrado al público por la investigación, lo re-abren el día 1 de junio, qué pena!!!! Así que nos quedamos con unas ganas terribles de subir a esa pedazo de montaña rusa! Por lo que va directa a la lista de pendientes para el próximo viaje. Tomamos un café con una caracola rellena de canela y pasas, riquísima!
De vuelta al metro, vemos una tienda de Bubba Gump!!!!! Qué fuerte!!!! Es una mezcla entre bar de tapas y tienda de souvenirs con el logo Bubba Gump… veo que dentro tienen hasta la réplica del banco y el maletín dónde se sentaba Forrest Gump a explicar su historia, qué gracia!
Volvemos al metro y decidimos ir al hotel a descansar un poco -estamos reventados a estas alturas del viaje- y salir después a probar la experiencia de un Love Hotel. Así que volvemos a nuestro hotel.
Nos echamos una siesta, nos documentamos bien por internet dónde se encuentran los Love Hotel de Shibuya (hoteles "picadero") y salimos a cenar. Damos un paseo por el barrio de Shibuya, nos encanta salir por la noche por él ya que están todos los carteles publicitarios encendidos, hay luces de neón por doquier y gente a diestro y siniestro! Se nota que hoy es sábado noche porqué hay muchos jóvenes por sus calles. Vamos dando un paseo mientras miramos sitios para cenar. Nos decidimos por un bar irlandés de nuevo, dónde tomamos unos pinchos, compartimos una pizza y unos bocadillos. Si, si, bocatas después de tantos días!!! Todo con una buena cerveza… japonesa! Jeje!
Tras la cena, seguimos dando un paseo hasta entrar en las callejuelas dónde se encuentran los Love Hotel del barrio. Hay que decir que los japos son bastante viciosillos pero son muy discretos y “puritanos” en público -es raro ver a una pareja dándose un beso por la calle- por lo que han inventado este tipo de hotel dónde puedes coger una habitación para toda una noche o sólo para unas horas… los hay de todo tipo, sencillos con solo la cama y un wc, con jacuzzi en la habitación, con karaoke y consola y tele con DVD, temáticos… y la verdad es que muy muy bien de precio. En pocas calles tienes concentrados cientos de hoteles de este tipo.
Además son muy discretos. Junto a la puerta tienes un cartel informativo con el precio aproximado y unos dibujos con todo lo que tiene la habitación. Cuando entras, hay un plafón grande con fotos de las habitaciones y el precio. Si la luz está encendida es que está libre, si está apagada es que está ocupada. Una vez te decides por una, solo tienes que pulsar sobre la foto y automáticamente le sale una señal a la persona que hay en recepción. Te diriges a ella, pero es imposible verte con ella ya que tienen un cristal opaco para que no se distingan las caras. Te da la llave de la habitación con las indicaciones para llegar, pagas y te dice el tiempo del que dispones en función de lo que pagues.
Nosotros fuimos a uno con jacuzzi en la habitación. También tenía una pedazo de tele de plasma con varios canales porno (pero el porno japonés pixela los genitales con pelo -son así ellos…-), con karaoke, un sofá y luego había un tocador con secador y todo. Junto a la cama había un pack con toallitas húmedas y varios preservativos.
Tras las fotos de rigor a la habitación, nos metimos en el jacuzzi. Qué risa porqué al encender las burbujas se apagó la luz del baño y se encendieron unas psicodélicas en la bañera jajajaja!
Y tras el rato pagado por ella, volvimos de nuevo a nuestro hotel. Al salir vimos varias parejas de japos de la manita en búsqueda de su Love Hotel
Así que podéis imaginar la cara que puso cuando ese día al levantarnos, le dije que la visita al museo era hoy. Estaba bien emocionado y desayunamos en un "volao" porqué estaba deseando llegar. Así que tras un desayuno rápido, nos vamos para la estación JR Shibuya. Tomamos un metro hacia la zona norte de la ciudad y de allí el tren hasta Omiya, en la prefectura de Saitama.
Hace días que nos fijamos que en las estaciones de metro y en algunos centros comerciales hay un cartel promocional de un cantante… nos partimos de risa porqué el chico va de guaperas… anoche estuvimos escuchando su canción promo y nos reímos un montón!! Os dejo el enlace y la foto del cartel jiji!
Llegamos a la estación de tren de Omiya y ya vemos las indicaciones para el Museo del Ferrocarril. Debemos coger un monorail que hace de lanzadera con el Museo. Qué risa al recordar el capítulo de los Simpson y el Monorail de Springfield! Jajaja!
Llegamos al Museo, el suelo de la entrada está hecho con paneles informativos! Hay alguna locomotora fuera y empiezan las fotos jejeje!
Compramos las entradas en las máquinas que hay a la entrada -qué prácticos son! Así no hay que hacer cola en la taquilla- y entramos. Mi marido va con los ojos como platos mirándolo todo! Disfruta como un niño!
El Museo tiene 3 plantas enormes. En la planta baja tienen varias locomotoras y vagones de trenes japoneses de todas las épocas. Se puede subir a la mayoría, se puede “jugar” con la maquinaria a modo de “acelerar - frenar” mientras ves como funcionan los pistones, motor… tienen una locomotora de vapor antiquísima en el centro que cada hora la encienden para que se pueda escuchar su motor a vapor, qué pasada! Me recuerda mucho a la maqueta de la locomotora que le compré para la boda.
Celebran el aniversario del 1r Shinkansen (tren bala) y por eso podemos verlo allí expuesto. Al parecer el primer tren bala lo diseñaron en 1940 pero al estallar la Segunda Guerra Mundial y verse el país implicado, se paralizó un poco su diseño. De forma que sobre el 1954 empezaron la construcción de la primera linea (vías) que uniría Tokyo con Kyoto, las dos principales ciudades niponas y que cruzaría la principal isla del país. Y fue en 1964 cuando el Shinkansen hizo su primer trayecto entre Tokyo y Kyoto. Todo un avance si tenemos en cuenta que ya el primer modelo iba a más de 200km/h!
Tras un par de horas buenas entre esas locomotoras y vagones, subimos a la segunda planta dónde hay un gran “balcón” dónde tienen expuestos uniformes, paneles informativos, billetes de tren, tarjetas electrónicas de tren, maquetas de trenes, instrumentos ferroviarios, etc…. Y vemos que en un rincón hay un señor que monta maquetas, qué pasada! A mi marido se le cae más la baba aún, ya que a él le pirran!
Subimos al tercer piso dónde hay un mirador desde el cual se ve todo el museo así como la antigua estación que allí había (el Museo está hecho en un almacén de trenes de la estación) y en otro apartado, hay vías, cambios de agujas, ruedas… de todo un poco para que la gente pueda “aprender tocando”.
Se hace la hora de comer pero el restaurante de allí está a rebosar de gente, por lo que tomamos de nuevo el monoraíl y comemos en la estación de Omiya antes de coger el tren de vuelta a Tokyo.
De camino recordamos que en uno de los trayectos de metro que habíamos hecho habíamos visto como un parque de atracciones y decidimos ir a buscarlo. Así que bajamos en la parada de metro más cercana al lugar, Suidobashi st., y vamos hacia el Tokyo Dome City. El Tokyo Dome es un complejo de ocio que incluye varias tiendas de cómics, un estadio cubierto dónde hacen conciertos, espectáculos y también partidos de béisbol (son muy aficionados a este deporte); también tiene un mega centro comercial, un spa y un parque de atracciones impresionante.
Alucinamos con su montaña rusa, ya que además de tener varios looping’s, tiene un trozo de vía que cruza literalmente un edificio!!
Vemos que están haciendo un espectáculo para niños y aquello está a petar de gente jeje! El parque de atracciones tiene una gran noria (también la cruza la montaña rusa!), una atracción de agua -tipo a los troncos de Port Aventura-… la pena es que por lo visto hubo una muerte accidental en el parque a primeros de año y está cerrado al público por la investigación, lo re-abren el día 1 de junio, qué pena!!!! Así que nos quedamos con unas ganas terribles de subir a esa pedazo de montaña rusa! Por lo que va directa a la lista de pendientes para el próximo viaje. Tomamos un café con una caracola rellena de canela y pasas, riquísima!
De vuelta al metro, vemos una tienda de Bubba Gump!!!!! Qué fuerte!!!! Es una mezcla entre bar de tapas y tienda de souvenirs con el logo Bubba Gump… veo que dentro tienen hasta la réplica del banco y el maletín dónde se sentaba Forrest Gump a explicar su historia, qué gracia!
Volvemos al metro y decidimos ir al hotel a descansar un poco -estamos reventados a estas alturas del viaje- y salir después a probar la experiencia de un Love Hotel. Así que volvemos a nuestro hotel.
Nos echamos una siesta, nos documentamos bien por internet dónde se encuentran los Love Hotel de Shibuya (hoteles "picadero") y salimos a cenar. Damos un paseo por el barrio de Shibuya, nos encanta salir por la noche por él ya que están todos los carteles publicitarios encendidos, hay luces de neón por doquier y gente a diestro y siniestro! Se nota que hoy es sábado noche porqué hay muchos jóvenes por sus calles. Vamos dando un paseo mientras miramos sitios para cenar. Nos decidimos por un bar irlandés de nuevo, dónde tomamos unos pinchos, compartimos una pizza y unos bocadillos. Si, si, bocatas después de tantos días!!! Todo con una buena cerveza… japonesa! Jeje!
Tras la cena, seguimos dando un paseo hasta entrar en las callejuelas dónde se encuentran los Love Hotel del barrio. Hay que decir que los japos son bastante viciosillos pero son muy discretos y “puritanos” en público -es raro ver a una pareja dándose un beso por la calle- por lo que han inventado este tipo de hotel dónde puedes coger una habitación para toda una noche o sólo para unas horas… los hay de todo tipo, sencillos con solo la cama y un wc, con jacuzzi en la habitación, con karaoke y consola y tele con DVD, temáticos… y la verdad es que muy muy bien de precio. En pocas calles tienes concentrados cientos de hoteles de este tipo.
Además son muy discretos. Junto a la puerta tienes un cartel informativo con el precio aproximado y unos dibujos con todo lo que tiene la habitación. Cuando entras, hay un plafón grande con fotos de las habitaciones y el precio. Si la luz está encendida es que está libre, si está apagada es que está ocupada. Una vez te decides por una, solo tienes que pulsar sobre la foto y automáticamente le sale una señal a la persona que hay en recepción. Te diriges a ella, pero es imposible verte con ella ya que tienen un cristal opaco para que no se distingan las caras. Te da la llave de la habitación con las indicaciones para llegar, pagas y te dice el tiempo del que dispones en función de lo que pagues.
Nosotros fuimos a uno con jacuzzi en la habitación. También tenía una pedazo de tele de plasma con varios canales porno (pero el porno japonés pixela los genitales con pelo -son así ellos…-), con karaoke, un sofá y luego había un tocador con secador y todo. Junto a la cama había un pack con toallitas húmedas y varios preservativos.
Tras las fotos de rigor a la habitación, nos metimos en el jacuzzi. Qué risa porqué al encender las burbujas se apagó la luz del baño y se encendieron unas psicodélicas en la bañera jajajaja!
Y tras el rato pagado por ella, volvimos de nuevo a nuestro hotel. Al salir vimos varias parejas de japos de la manita en búsqueda de su Love Hotel
**Encontrarás el diario completo y otros más en mi blog:http://creciendoconmisviajes.wordpress.com/