Hay una serie de compañías de excursiones, en donde no hace falta reservar, que salen siempre a la misma hora y del mismo lugar y que son gratuitas, simplemente se pide la voluntad una vez acabada la visita o excursión. Una de estas compañías es ”New Berlín”, sale cada día desde el starbuck de enfrente de la puerta de Brandemburgo. A las 11 llegamos al lugar indicado, después perdernos varias veces en el metro.
El metro consta de dos tipos de líneas S y U. Entre las dos suman unas 25 líneas de metro y eso hace que al principio lie un poco. Aunque el primer día fue el más traumático, ya que movilizarnos todos (12 personas, carritos incluidos) no es nada fácil, amén de ir siempre a contrarreloj. Así que una vez, llegados al meeting point, nos reparten números, nos dividen en tres grupos (unos 25 por grupo) y sabiendo del frio que hace, los primeros que hacemos es resguardarnos en la recepción de un museo y nos sentamos en el suelo para que el guía empiece con la explicación del tour. Después de explicar las normas y reglas del tour nos hace una explicación exquisita de la historia de Berlín, desde la primera guerra mundial hasta la actualidad. Es una explicación sublime que atrapa hasta las más pequeñas del grupo.
El tour durará unas tres horas y media y recorre lo más importante del centro, sobre todo de la parte de la RDA: Pariser platz, puerta de Brandemburgo, el memorial a los judíos, bunker de Hitler, Luftwaffe HQ (Ministerio de finanzas), Muro de Berlín, chekpoint Charlie acabando la visita en la isla de los museos.
Definitivamente, una visita espectacular, en donde te explica historia, anécdotas y todo lo concerniente a los alemanes en general y de Berlín en particular. Creo que empezar la estancia en Berlín con una clase de historia y haciendo este tipo de guías te sitúa en la ciudad y te sirve para los posteriores días de tu estancia en Berlín.
Son tres horas y media intensas con media hora para descansar y tomar un café y en donde al finalizar simplemente se nos pide la voluntad.
Como ya son las 3 de la tarde, comemos en un McDonalds y nos vamos rápidamente a Legoland en donde ya tenemos las entradas compradas.
Legoland es la fábrica – museo de estas piezas de construcción infantil. Es un museo que hace las delicias de los más pequeños, ya que hay miles de piezas para que jueguen, toquen y experimenten. En el piso de arriba hay una ciudad de Berlín en miniatura hecha de piezas de Lego digna de ser vistas. Así que estuvimos en Legoland toda la tarde, viendo como las peques se lo pasaban en grande y pasándolo genial con ellas.
Las entradas las habíamos comprado previamente por internet y la verdad es que entramos de suerte, porque como no podía ser de otra manera en nosotros, llegamos 10 minutos tarde y nos dijeron que no podíamos entrar, ya que al igual que la entrada a la torre de TV, hay unos números clausus para que dentro del museo no se aglomeren demasiadas personas. Después de mucho rogar, la chica nos dijo que fuéramos a la salida de la atracción (ya que la entrada y la llegada están separadas) y que por allí sí que nos dejarían entrar. Pues bien, fuimos a la tienda de Lego, que es la salida y allí nos dejaron entrar para tranquilidad del grupo en general y de las pequeñas en particular.
Legoland, aunque está dedicado a niños, creo que no defraudará a los mayores ya que Berlín en miniatura que hay en el piso superior es digno de admirar. Legoland está en el Sony Center, un centro de comercios y restaurantes digno de ser visitado ya que su cúpula es visible desde muchos puntos de la ciudad y es de los pocos edificios con luz nocturna, y su enorme cúpula se hace visible desde toda la ciudad. La parada de metro para ir al Sony Center es la Potsmader Platz (líneas S1 y S2), a una parada de la puerta de Brandemburgo.
Cenamos en la estación de metro de nuestro hotel, en un restaurante llamado Gosch skilt, en donde aparte de ser bastante económico, nos regalaron un peluche en forma de langosta para cada niña. Cenamos de unas sopas, pescado y pasta y nos fuimos al hotel a descansar, ya que eran las 11 de la noche, previa parada en la zona infantil de recepción para acabar de agotar a las niñas y para que los mayores nos conectáramos impulsivamente a la wifi gratuita del hostel en las zonas comunes.