Amanece soleado en Chengdu. Dejamos las maletas hechas en el albergue y desayunamos como campeones: tostada, fruta, huevo y beicon.
Un chico en furgoneta nos pasa a buscar al albergue a dos parejas de americanos y a nosotros. Intento comunicarme con los americanos, pero son tan antipáticos, que acabo dejándolo por imposible.
LLegamos al centro de reproducción y cuidado de pandas tras un trayecto de 20 km sin aire acondicionado...y aparca la furgo a pleno sol, la vuelta será una sauna.
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Hemos salido temprano del albergue (7:30) para ver a los pandas activos ya que salen a comer sobre las 9:00 más o menos, y cuando acaban regresan a esconderse a las oseras a dormir (oseras con aire acondicionado,

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Los pandas gigantes (blanco y negro) son bonitos, pero a nosotros nos roban el corazón los pandas rojos...mirad:
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Los pandas rojos parecen una mezcla de gato, tejón y mapache, son preciosos. Un panda rojo de cerca:
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Uno de ellos, sale de su hábitat al camino para visitantes y se nos presenta la oportunidad de tocarlo y fotografiarlo de cerca...¡menuda experiencia!
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Nos van mostrando diferentes estancias con osos panda y al final de la visita proyectan un documental en chino subtitulado al inglés explicando la reproducción de estos animales.
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Mientras esperamos al guía en el museo, compramos algunos souvenirs para los sobrinos.
Al llegar al albergue, es la hora de comer, así que pedimos en el mismo albergue arroz, tortilla con tomate y espaguetis....mmmmm, buenísimo. Revisamos y reubicamos las mochilas, nos aseamos un poco y a patear Chengdu.
Con la tripa llena, visitamos el templo de Wensu, que es bonito pero no nos entusiasma. Hacemos estas divertidas instantáneas:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Al salir, vamos en metro en busca de las tiendas de la noche anterior a por la falda, la riñonera y la mochila.
Después de las compras, conseguimos un taxi tras mucho esperar y hacemos el check-out del albergue. En recepción nos piden un taxi, pero esperamos y esperamos y el taxi que no llega...¡se les había olvidado pedirlo! Nos empezamos a poner nerviosos pero salen directamente a la callle a pararnos un taxi.
Menos mal que llegamos en hora al aeropuerto, que da sensación de gigantesco y caótico. Mucho control de seguridad pero luego en el avión vemos a un monje con 6 cajas de licor...¿control o descontrol?

Durante el vuelo, como es cortito (hora y media) nos ofrecen una bebida y una minihamburguesa de chopped fría.
Sin incidentes llegamos al aeropuerto de Xian que parece desierto, recogemos el equipaje y cogemos el shuttle bus (servicio de enlace del aeropuerto). Nos para en una calle céntrica y cogemos un taxi ya que estamos cansados, desorientados y es de noche.
En el Lemon Hotel, las recepcionistas no tienen ni pajolera idea de inglés así que nos comunicamos por un traductor en una tablet.
Cansado, nos pegamos un duchazo y a dormir, que ha sido un día largoooooo.