Segundo día: Zagreb-Pobri. ✏️ Diarios de Viajes de Croacia

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Como ya dije amanece temprano y la luz entra a raudales enseguida. Se oye amortiguadamente los tranvías al pasar. Tras prepararnos y llevar el equipaje al coche, iniciamos el recorrido por Zagreb (se pronuncia sagre). Estamos muy céntricos. Concretamente en la zona baja de Zagreb.Los edificios recuerdan el tipo de construcción centroeuropea, aunque las fachadas necesitan un buen repaso. Pese a no ser aún las nueve hace bastante calor. Nuestra primera etapa:un Banco. Está casi vacío pero un guardia de seguridad nos da número del expendedor y esperamos a que nos indique la mesa que nos atenderá. Hacemos el cambio y con los kunas en el bolsillo vamos ¡A desayunar...! Vemos cafés con terrazas ya llenas pero son eso, para tomar café, un refresco o una cerveza. Así que no sabemos dónde meternos y vamos como catetos preguntando. Finalmente vemos algo nunca visto por nosotros: McDonald´s (en la calle Jurisiceva, el primero que se abrió en Croacia en 1996, recién acabada la guerra) y que ofrecen McDesayunos. Para que buscar más, allí desayunamos por 65 kunas.
Ya con el estómago repuesto iniciamos el recorrido por la llamada Ciudad Alta (Gornji Grad) que tiene dos partes Kaptol (por donde está la catedral o zona religiosa) y Gradec (la verdadera zona alta o civil) . Primero por la cercana Plaza de Ben Jelacic, la Puerta del Sol de Zagreb. Ahí fue nuestra primera foto. La fuente que se ve dice la leyenda fundacional de la ciudad que es de donde sacó agua la muchacha a la que el Gobernador de la historia pidió:"traeme (zagrebiti) agua".
Seguimos por el Mercado de Dolac, que está a la espalda, con sus sombrillas rojas, la catedral, la calle Tkalciceva (donde estaban las terrazas de los restaurantes preparadas para más tarde) y dónde vimos por primera vez en Croacia lo que luego sería muy frecuente: los aspersores de agua para refrescar el ambiente. Me repito: ya hacía mucho calor pese a la hora.
Por muchos sitios hay esculturas sobre personajes de la zona. Le da un aire muy agradable.

Tras subir unas escaleras, que nos dejan sin resuello, pasamos por la calle Opactika, donde hay numerosas casas palacio y la Embajada de España. Estaba con la bandera a media asta (de luto por las victimas del accidente de tren en Santiago), la Puerta de Piedra (Kamenita Vrata) con su Virgen salvada milagrosamente del fuego y cuya imagen está rodeada de exvotos. Y llegamos a la plaza e iglesia de San Marcos con su espectacular tejado. En esta plaza también están el Sabor (Parlamento Croata) y la Sede del Gobierno.
Seguimos por la torre de nombre impronunciable: Lotrščak desde donde se divisan los tejados de Zagreb. No es nada vistosa. Desde aquí se dispara un cañonazo todos los días al mediodia y empieza el paseo de Strossmayer donde se concentran pintores y por ello se conoce con otro nombre de referencias parisinas:
Bajamos y recorremos un trecho de la comercial y larga calle Ilica. Nos paramos en el número 18, en la pastelería Vincek. No resistimos la tentación y dentro hace un fresquito...Así que nos pedimos unos trozos de tarta (se ve que el desayuno no fue bastante).
Dentro observo,y está lleno, que soy el único hombre de la clientela y camareras. ¿Sólo las mujeres son golosas o qué...? Y nos sorprende el cañonazo de las doce. Pero sólo a nosotros, porque el resto del personal se queda tan tranquilo.
Tras este descanso y la hora que era, decidimos recorrer la parte baja (Donji Grad) de camino al coche para coger carretera hasta el lugar de nuestra siguiente estancia.
En esta parte de la ciudad se ven amplias calles, parques coquetos (llenos de gente tirada a la sombra en césped pues-¿Lo había dicho antes?- hacía mucho calor). Nos encontramos con la estatua de este ilustre croata (cuando Croacia pertenecía al Imperio Austrohúngaro), aunque fallecido norteamericano: Nicolás Tesla. Rival, en su época, de Edison pero con ideas tan revolucionarias y visionarias del futuro que le dieron por loco y murió en la miseria mientras Edison se hacía rico.
Y en la Plaza del Mariscal Tito (Presidente de la Antigua Yugoslavia y que tras su muerte se deshizo en las actuales seis repúblicas. Se ve que no lo olvidan), el teatro Nacional Croata.
Llegamos al coche cerca de la dos de la tarde y ponemos rumbo a Pobri. Es un lugar, casi se puede decir, un barrio en la parte alta de Opatija (se pronuncia Opatia). Hemos quedado con el propietario de apartamento, Marin, en una gasolinera al llegar, pues dice que no es fácil llegar (la verdad es que el GPS, como vimos más tarde no tenía como calle el lugar sino una calle paralela pues es una zona de viviendas de construcción reciente). Tomamos la autopista hacia Rijeka (se pronuncia Riyeca). Es una magnífica carretera que atraviesa una zona verde y montañosa de Croacia a través de túneles a veces larguísimos. Salimos cerca de Rijeka. El peaje es de 69 kunas. Rodeamos Rijeka y vemos edificios altos de pisos que nos sorprenden para lo que habíamos visto hasta ese momento. No nos da buena impresión. No obstante no la tenemos incluida en la ruta pues ya había leido comentarios sobre lo "poco" atractivo de la ciudad.
Llegamos sobre las 16 h. al punto de encuentro. Y sin bajarnos del coche nos guía hasta el apartamento. Es como digo una zona con unos caserones (yo diría que chalets) impresionantes. Cuando entramos nos quedamos boquiabiertos. El apartamento es una pasada de nuevo, puesto con todo lujo de detalles y con una vista del Golfo de Kvarner fantástica. ¡Y vamos a estar dos noches aquí, qué bien...!
Las imágenes de la página web de Airbnb eran reales. ¡Y el precio 65 € la noche!
Le pedimos instrucciones dónde cenar y nos indica un montón de sitios. Nosotros estamos un poco asustados pues la zona tiene fama de cara, pero nos tranquiliza. Tras todas las explicaciones de funcionamiento y como dejar las llaves y nos deja.
Tras un rato y ubicarnos en la casa. Decidimos ir a cenar a la zona llamada Volosko. La hora sobre las 17 h. no parece muy de cenar pero la ventaja de Croacia es que los restaurantes están abiertos, al menos en verano, a todas horas. Y seguro que más tarde se llenan las terrazas.
Así que cogemos el coche vamos cogiendo la carretera que nos indicaron y cuando vemos un cartel indicando Volosko nos metemos. Las calles son estrechas y los lugares para aparcar no parecen muchos. Pero a esa hora parece que hay suerte y cuando sale un coche nos metemos nosotros. Y luego caminando bajamos hacia el muelle.
Paseamos y vemos la gente bañandose y tirándose desde las rocas. Finalmente elegimos la Pizzería Moho en la terraza con vistas a la "marina" como ellos llaman donde atracan los barquitos. Pedimos pizza y pasta al gusto y una ensalada. De bebida, cerveza (vasos de medio litro) y agua del grifo (pues aquí es normal pedirla). Cuando pedimos la cuenta no nos lo creemos: 214 kunas.
Volvemos al coche y nos acercamos a Opatija, queremos ver Villa Angiolina y recorrer el "lungomare" (paseo marítimo) de la ciudad. Ya a esta hora todo el mundo está en la calle. Hay un ambientazo. Los edificios muestran que es lugar de veraneo desde el siglo 19. Es decir de ricos de esa época. Hoy no es así pero mantiene su encanto. Nos gusta. ¿Pero quién aparca ahora?
La suerte sigue acompañando y justo enfrente de la entrada de la Villa, sale un coche. Aparcamos, pagamos en la máquina y iniciamos el recorrido. Son las últimos rayos de sol pero llegamos a ver el paseo y la estatua convertida en símbolo de Opatija.
Tras disfrutar con el paseo. Nos dirigimos al Hiper Billa. Es uno de las cadenas más habituales de Croacia. Está camino del apartamento y tiene un horario estupendo (¿para los empleados también?) de 7 a 23 horas ¡Todos los días! Hacemos la compra para los desayunos y cenas de dos días.
Y finalmente al apartamento a dormir.

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