Cuando decides residir en un país distinto a tu lugar de origen, automáticamente, se genera una obligación para con la familia, amigos, amigos de los amigos, amigos de la familia y un largo ect


Y comienzo así, porque así, una vez más, comenzó este viaje. Normalmente, con familia y amigos, hacemos un hueco en nuestras agendas, para acompañarles en el viaje y de esta manera darnos el gusto también nosotros. Esta vez era mi hermana la que viajaba por 3era vez a Perú, con su hijo de 8 años y debíamos prepararles un viaje, con la dificultad añadida de hacerlo para alguien que ya conocía tanto la sierra como la selva peruana.
Siempre había escuchado hablar de Iquitos, aunque no lo conocía. En principio, no me gustan demasiado las ciudades, pero sabía de las particularidades de esta, es una ciudad que se encuentra totalmente aislada en medio de la selva amazónica. Iquitos a finales del siglo XIX principios del siglo XX vivió una etapa de esplendor en medio de la era del caucho. De esa época, guardan múltiples recuerdos sus calles, sobre todo, en forma de casonas y pequeños palacetes de arquitectura europea que lucen extemporáneos en la ciudad actual, aún mas en un lugar como el Amazonas.
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Por ser la primera vez que visitaba Iquitos, mas todavía, al hacerlo con un niño, buscamos un hotelito, como siempre ni el mas barato ni el mas caro, pero bien situado.
Este hostal me pareció muy recomendable, sobre todo para un pequeño grupo como éramos nosotros, que pensábamos utilizarlo como “campamento base“, ya que con el crío y para no gastar demasiado, optamos por no tomar uno de los múltiples tours que te ofrecen en las agencias de la ciudad. Estos tours incluyen pasar varias noches en la selva en un Lodge, con actividades varias, pero desgraciadamente los precios no varían demasiado y son altos. El nombre de nuestro hotel, por si a alguien le interesa La Posada del Cauchero hotelcauchero.com/ , tiene aire acondicionado, casi imprescindible en la selva baja y piscina que también es de agradecer, pero sobre todo, unas vistas alucinantes sobre el rio y la selva desde la habitación:

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En cualquier caso, es 100% recomendable buscar un hotelito en el malecón. Salir a pasear desde allí es un placer, para las personas, que como a mi, les guste salir a “patear calles“ y disfruten del toque bohemio y decadente, que tienen este tipo de lugares que ya dejaron muy atrás su época de esplendor. En la parte antigua de Iquitos, se dejan ver cantidad de extranjeros, que en muchas ocasiones pasan semanas incluso meses allí, buscando la experiencia del Ayahuasca.

Respecto al Ayahuasca, un consejo, es mejor hacerlo mediante una empresa, sea hotel o touroperador, que nos facilitarán tener la experiencia, en muchos casos incluso organizan ellos las tomas del brebaje. Digo esto, porque año tras año, hay noticias de extranjeros que mueren en la selva por este motivo. Como en cualquier actividad que genere dinero, hay algunas personas que organizan tomas de Ayahuasca sin conocimiento y a este tipo de rituales esta bien asistir, dejando la frivolidad en casa y haciéndolo con mucho respeto y de la mano de chamanes que puedan sacarte si tienes “un mal viaje“. Las empresas o touroperadores que pretenden continuar años en su actividad, no corren riesgos y normalmente tiene “profesionales“ para realizar este tipo de ceremonias, que habitualmente se realizan en la selva y trás varios días de preparación del cuerpo para ello a base de dietas, meditaciones, baños con yerbas y un largo ect. No se trata de pretender ir “correrse“ la experiencia en un par de días, tomando Ayahuasca como el que se toma una Coca Cola.

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Nuestra manera de realizar esta inmersión en la selva, fue totalmente por nuestra cuenta, durante el día salíamos a recorrer la selva, por la tarde disfrutábamos de la ciudad de Iquitos y por la noche descansábamos en un hotel en la misma ciudad.
Hay personas, que querrán dormir en medio de la selva sí o sí, para esto, la única manera es contratar un tour que incluyen varias noches en los Lodges de la selva.
Los tours, todo incluido, en el Perú son caros, un consejo, nunca contratarlos hasta llegar a la ciudad de destino, porque, en el caso de hacerlo por teléfono o internet y aprovechando la inseguridad de los viajeros, multiplican el precio de los mismos por dos y hasta por tres. Conozco algo la forma en que funciona el turismo y en muchas ocasiones, estamos contratando un tour que, el que nos lo vende se lleva una comisión del minorista, este de una empresa mayorista y esta del hotel en cuestión, convirtiendo los precios en algo insufrible. Así que, el que quiera tours y es solo un consejo, que llegue a la ciudad de destino, se tome tiempo en visitar dos o tres agencias y que negocie el precio a muerte, de esta manera, viajar no resulta ni la mitad de costoso.
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