El día de hoy se hizo eternos, salimos de Madrid cerca de las 3 de la tarde del Viernes 1 de Noviembre y llegamos a Hong Kong el Sábado a las 5:30 de la tarde. Volamos con la Swiss, por medio muchas horas de avión, un paseo por Zurich y una par de películas hasta que llegamos a destino final. La swiss me pareció buena compañía, pantallas individuales, comida estándar de aviones, que nunca son una gran maravilla pero comible, lo mejor las chocolatinas suizas que te daban al final del vuelo de las cuales podías coger una buenas pocas si no eres vergonzoso. Durante el vuelo en la parte final del avión siempre tenías bocadillos, aguas, barritas, chocolatinas Lions, jugos, refrescos. Sinceramente no estaba mal como compañía, personal amable y lo más importante que llegamos a destino final.
Llegamos a Hong Kong sobre las 5:30 de la tarde, lo primero era sacar dinero o cambiar y decidimos sacar de cajero, sacamos unos 150 euros. A continuación dirigirnos al mrt y compra la Octopus Card, lo bueno de esta tarjeta es que ya no te preocupabas en andar con dinero y comprando en máquinas, cuando entrabas al metro, buses, etc la pasabas por el lector, al bajarte lo mismo y te cobraban en importe correspondiente. Cargamos 300 dolares hongkonianos en cada una, de eso 300$, 50 $ eran de depósito de la tarjeta, que al final nos devolvieron cobrándose 9 $ que si perdías. Lo compramos en un stand que hay en el mismo aeropuerto justo al lado del MRT, fácil, rápido y lo mejor que hablan inglés, en Hong Kong no vais a tener problemas.
Ahora tocaba ir hasta nuestro alojamiento el Cosmic Guest House en Mirador Mansion. Con la intención de ahorrar unos $ nos bajamos en la primera parada del MRT para enlazar con metro, de este modo nos bajamos Tsing yi, y allí cogimos la línea amarilla a dirección a Hong Kong, luego nos paramos en Lai King, y vamos en dirección hacia Central, donde nos bajaremos en Tsim Sha Tsui, lugar donde estaba nuestro hostal. De este modo el trayecto nos salió 60$ por persona, ya que el trasbordo del metro era gratuito , si hubiéramos ido hasta la segunda parada en Kowloon hubieran sido 90$ y parada Hong Kong 100$, cada uno que valore donde se baja, a nosotros no nos importaba hacerlo de la forma mas barata, pues al fin y al cabo en todas teníamos que hacer trasbordo en líneas del metro.
Desde que nos montamos en el MRT ya me di cuenta que Hong Kong es una pasada, salimos del aeropuerto y ya empezamos a divisar sus rascacielos, todo limpio, guauuu, flipaba con lo que veía.
Llegamos a la Mirador Mansion, jajaja, que decir del Cosmic Guest House, por 30 euros la noche que quiero!!! Tenía dos camas, una ducha y parecía seguro. Nos pidieron 100 $ de depósito por la llave que nos devolvieron al final de la estancia. Una habitación minúscula pero perfecta para lo que la queríamos, pero sinceramente muy cutreeeee
Éste es el mini baño, mientras haces tus necesidades puedes ducharte para ahorrar tiempo
, muy práctico ya que el tiempo es oro
Dejamos las maletas, nos tomamos una ducha como pudimos en el mini baño y a patear las calles. A esas horas lo único que podíamos hacer es ir a la avenida de las estrellas, faltaba poco para las 8 así que con suerte llegábamos al espectáculo de luz, y así fue. En un escaso paseo estábamos allí, pero ya abarrotado de gente. Nos dispusimos a hacernos hueco entre tanto chino y en poco empezó el espectáculo. Una chinada más de tantas, pero muy bien, su música, las luces de los edificios, al final le cogimos el gustillo y fuimos todas las noches a intentar coger buenas fotos de la bahía, aunque el tiempo no acompañara, pues las últimas estaba lloviendo pero es cuando mejor los disfruté sentada en el mirador solita, con algún chino y mi chubasquero jajaja, pero eso es otro día.
Terminado el espectáculo caminamos por la avenida, las típicas fotos, esa noche compramos algo en el 7 eleven y a dormir que estábamos hecho polvos de tanto vuelo. Debajo de la mirador mansión estaba uno y allí es donde por las mañanas reponíamos fuerza bien temprano, aunque a esas horas, todo cerrado aquello estaba lleno de negros y negras borrachos que supongo ejercían la prostitución, pero ningún problema, no te decían ni “mu”.
Llegamos a Hong Kong sobre las 5:30 de la tarde, lo primero era sacar dinero o cambiar y decidimos sacar de cajero, sacamos unos 150 euros. A continuación dirigirnos al mrt y compra la Octopus Card, lo bueno de esta tarjeta es que ya no te preocupabas en andar con dinero y comprando en máquinas, cuando entrabas al metro, buses, etc la pasabas por el lector, al bajarte lo mismo y te cobraban en importe correspondiente. Cargamos 300 dolares hongkonianos en cada una, de eso 300$, 50 $ eran de depósito de la tarjeta, que al final nos devolvieron cobrándose 9 $ que si perdías. Lo compramos en un stand que hay en el mismo aeropuerto justo al lado del MRT, fácil, rápido y lo mejor que hablan inglés, en Hong Kong no vais a tener problemas.
Ahora tocaba ir hasta nuestro alojamiento el Cosmic Guest House en Mirador Mansion. Con la intención de ahorrar unos $ nos bajamos en la primera parada del MRT para enlazar con metro, de este modo nos bajamos Tsing yi, y allí cogimos la línea amarilla a dirección a Hong Kong, luego nos paramos en Lai King, y vamos en dirección hacia Central, donde nos bajaremos en Tsim Sha Tsui, lugar donde estaba nuestro hostal. De este modo el trayecto nos salió 60$ por persona, ya que el trasbordo del metro era gratuito , si hubiéramos ido hasta la segunda parada en Kowloon hubieran sido 90$ y parada Hong Kong 100$, cada uno que valore donde se baja, a nosotros no nos importaba hacerlo de la forma mas barata, pues al fin y al cabo en todas teníamos que hacer trasbordo en líneas del metro.
Desde que nos montamos en el MRT ya me di cuenta que Hong Kong es una pasada, salimos del aeropuerto y ya empezamos a divisar sus rascacielos, todo limpio, guauuu, flipaba con lo que veía.
Llegamos a la Mirador Mansion, jajaja, que decir del Cosmic Guest House, por 30 euros la noche que quiero!!! Tenía dos camas, una ducha y parecía seguro. Nos pidieron 100 $ de depósito por la llave que nos devolvieron al final de la estancia. Una habitación minúscula pero perfecta para lo que la queríamos, pero sinceramente muy cutreeeee



Éste es el mini baño, mientras haces tus necesidades puedes ducharte para ahorrar tiempo






Dejamos las maletas, nos tomamos una ducha como pudimos en el mini baño y a patear las calles. A esas horas lo único que podíamos hacer es ir a la avenida de las estrellas, faltaba poco para las 8 así que con suerte llegábamos al espectáculo de luz, y así fue. En un escaso paseo estábamos allí, pero ya abarrotado de gente. Nos dispusimos a hacernos hueco entre tanto chino y en poco empezó el espectáculo. Una chinada más de tantas, pero muy bien, su música, las luces de los edificios, al final le cogimos el gustillo y fuimos todas las noches a intentar coger buenas fotos de la bahía, aunque el tiempo no acompañara, pues las últimas estaba lloviendo pero es cuando mejor los disfruté sentada en el mirador solita, con algún chino y mi chubasquero jajaja, pero eso es otro día.

Terminado el espectáculo caminamos por la avenida, las típicas fotos, esa noche compramos algo en el 7 eleven y a dormir que estábamos hecho polvos de tanto vuelo. Debajo de la mirador mansión estaba uno y allí es donde por las mañanas reponíamos fuerza bien temprano, aunque a esas horas, todo cerrado aquello estaba lleno de negros y negras borrachos que supongo ejercían la prostitución, pero ningún problema, no te decían ni “mu”.
