La primera vez que visitamos el País Cátaro nos centramos en la zona del sur y no conocimos estos 4 castillos situados a una media hora de coche desde Carcassone.
Se llega por las carreteras D118 y D101 y está bien señalizado. Saliendo de la ciudad hay que seguir las indicaciones hacia la ciudad de Mazamet. La entrada está junto a una antigua fábrica textil, reconocible por su chimenea de ladrillo

Hablamos de 4 castillos (Cabaret, Surdespine, Quertinheux y Tour Regine) cuando en realidad son los restos de una única fortificación.
Encaramados en una colina de 300 metros de altura formaban el sistema defensivo de un antiguo camino a Carcassone a través de esta valle estrecho que forma el río Orbiel en la Montaña Negra.
Tras la rendición de la fortaleza, en 1229, el lugar fue abandonado precipitadamente por la gente dejando todas sus pertenencias, incluso los utensilios de menaje que se están recuperando en las excavaciones.

La visita nos llevará a través de senderos de tierra y escaleras por lo que es imprescindible un buen calzado y un poquito de forma física.
En verano abre todos los días, pero en invierno permanece cerrado mucho tiempo (consultad antes). Los castillos están en proceso de lenta restauración y la visita es de pago (adultos 6€)
Siglos de guerras y abandono le dan un aspecto un poco triste, como si las paredes que permanecen en pie quisieran recordarnos lo que allí sucedió

Desde el punto más alto nuestra vista abarca todo el valle y nos damos cuanta de lo escarpado del terreno y lo difícil que debió ser asaltar esta fortaleza.
Finalizada la visita nos tomamos algo en el bar que hay junto al pequeño museo para que mi amiga descanse un poco y después nos dirigimos a la región del Minervois.

A pie de la Montaña Negra se encuentra la antigua villa fortificada de Caunes-Minervois. Actualmente es un pueblo pequeño pero alberga una preciosa abadía benedictina.
Por supuesto, la visita es de pago, pero vale la pena. Es la única forma de ver los ábsides románicos perfectamente conservados y además estuvimos completamente solos.

El pequeño claustro está restaurado y ese día había una exposición de esculturas de alabastro.
En el interior alberga las supuestas reliquias de 4 mártires de la época romana, en una cripta de la época carolingia, aunque sin duda lo mejor de la abadía está en en exterior.
Una iglesia primitiva carolingia será reconstruida en varias etapas: románico ( ábside y torres) y gótico (nave y pórticos)

Dos torres completamente diferentes se sitúan a ambos lados del cuerpo principal y en sus jardines se celebran conciertos las noches de verano.
Es un pueblo muy bonito y cuidado, con edificios de piedra y rodeado de viñedos hasta donde abarca la vista.
Nos hemos quedado a comer aquí, hemos hecho una larga sobremesa y luego un paseo por el pueblo antes de regresar a Carcassonne.

Es nuestra última noche en Carcassonne y aprovechamos para cenar especialidades locales.
La casoulet es un potaje de alubias con carne servido en una olla de barro, yo preferí el confit de pato.
