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Hoy me levanto ciertamente feliz. Doy un paso atrás en el tiempo, a mi infancia, cuando veía peliculas como Porco Rosso, Mi vecino Totoro... ya sabéis por donde voy
¡Hoy toca visita al Museo Ghibli!
El conseguir las entradas fue toda una odisea.
Hay varias webs/agencias que distribuyen las entradas al Museo para España, pero en ninguna de ellas quedaban para las fechas que yo iba a estar en Tokyo. Todas me remitían que la única posibilidad era comprarlas, una vez estuviera en el país, en una tienda Lawson. Obviamente esto era llamar mucho a la suerte, así que decidí hacer un último intento y, dado que mi empresa es una multinacional (a pesar de ser española), me puse en contacto con los compañeros de Japón, a ver si, dada su buena voluntad, me podían comprar ellos las entradas. Y así fue! El horario en sí me daba igual, sólo quería ir, y me pudieron coger 2 entradas para este día a las 14.00. Digo 2 porque por entonces nuestros amigos no venían a Japón, eso sería más adelante, y a ellos les paso lo que yo ya me temía, cuando llegamos al país y fuimos a la primera tienda Lawson, ya se habían agotado. Ellos no pudieron entrar.
Volviendo al día de hoy, y antes de ir a Mitaka, que es donde está el Museo Ghibli, teníamos alguna otra cosilla antes que hacer. Si todo va bien, este será el itinerario de hoy.
Nos levantamos pronto, ya que el Museo Edo-Tokyo abre sus puertas a las 09.30 y queremos aprovechar lo máximo antes de ponernos dirección a Mitaka.
Desde Ningyocho, haciendo transbordo en Akihabara, llegamos a la estación Ryogoku, y nada más salir ya vemos el museo.
Parece que en esta zona de la ciudad se respira bastante ambiente de sumo, ya que nada más salir de la estación nos encontramos pósters, estatuas...
Y un poco más adelante vemos un gran edificio, justo al lado del Museo, que resulta ser el Ryogoku Kokugikan, uno de los estadios (si es que se llaman así) de sumo más famosos de la ciudad.
Seguimos andando y llegamos al Museo.
Nos cobran la entrada, unos 600Y por cabeza, y subimos a la primera planta. La chica que nos atiende nos informa que, si queremos un guía tenemos que esperar a la derecha, nada más entrar. Estos guías son voluntarios y los hay en diferentes idiomas. Yo pregunto si hay en español, pero no cae esa breva, así que cogemos una mujer en inglés... para nosotros solos! Me encantan este tipo de detalles; obviamente no es lo mismo ir en grupo con un guía que tener uno sólo para nosotros. Nuestra guía se llama Imeko y es super abierta, simpatiquísima y agradable. Hoy llevo puesta una sudadera de MazingerZ y me dice que cada vez que me mira le entra la risa
Lo primero que nos pregunta es qué parte del Museo queremos visitar; nos explica que el Museo está dividido en dos partes, como su nombre indica, la época Edo y la época Tokyo. Por curiosidad y por unanimidad elegimos la época Edo.
No quiero, ni debo, explicaros todo lo que vimos en el Museo, parte de la historia que Imeko nos explicó ni poneros fotos de las cosas que vimos. Sencillamente os diré que es una visita muy recomendada e instructiva, en la cual uno aprende mucho y se lo pasa mejor.
www.japan-guide.com/e/e3070.html
Os dejo una simple foto del puente que representa una réplica del puente original que hubo para entrar a Edo, hecha por un carpintero de Kioto.
El tiempo pasa volando, nos lo pasamos en grande y aprendemos mucho. Tengo la sensación que a Imeko le hemos caído bien, ya que no hace más que reirse, conversar con nosotros de todo tipo de cosas,... al final nos hacemos una foto con ella y nos despedimos dándole las gracias.
Salimos del Museo y, mientras llegamos a la estación Ryogoku, empiezan a salir jóvenes orondos y enormes. Entiendo que, a parte de ser un estadio, el Ryogoku Kokugikan también debe ser una escuela, porque los hay muy jóvenes. Salen todos vestidos con kimonos muy ornamentados, con los pelos recogidos como los luchadores de sumo... los propios japoneses se alegran de ver semejante cantidad de luchadores o alumnos y se hacen fotos con ellos, les saludan... a mí, ciertamente, me intimidan bastante como para decirles nada.
Les seguimos hasta el andén y nos ponemos dirección Mitaka. No es mala combinación la que tenemos, de Ryogoku a Ochanomizu y de ahí a Mitaka, en total unos 40 minutos.
Llegamos a Mitaka y aún tenemos que comer, así que, justo al salir, nos encontramos con un centro comercial. Entramos y decidimos separarnos, ya que nuestros amigos no tenían entrada para el museo Ghibli y ellos disponían de más tiempo. Entramos al primer local que vemos que mi novia pueda comer algo, y pedimos; yo unos noodles y ella steak y verduras.
Sólo quedan 15 minutos para las 14.00 y acabamos de comer, así que bajamos de la estación de Mitaka y decidimos coger un taxi; en 5 minutos nos encontramos en la puerta del Museo Ghibli.
Para ser la hora que es (hora de la comida) hay bastante gente. Según he podido leer, desde que Miyazaki anunció que se retira, la presencia en el museo ha crecido exponencialmente... como una especie de fiebre Ghibli; tanto de japoneses como de extranjeros.
Guardando la entrada del museo nos encontramos con Totoro y los susuwatari, foto de rigor.
Después de pasar un primer control, donde únicamente hay que enseñar las entradas, nos ponemos un una cola para entrar a lo que es el museo propiamente.
Cuando nos toca nuestro turno, la chica nos intercambia la entrada por un negativo de una de las peliculas del estudio. Es curioso y gracioso, ya que este negativo luego lo utilizaremos en una de las atracciones del museo.
Dentro del museo no está permitido ni fotos ni vídeos, así que si queréis ver lo que hay dentro, ya sabéis... la entrada cuesta 1000Y, súper barato! Si que os puedo decir que, la mayor parte del museo, está orientada a las técnicas de dibujo, de posición de los elementos, técnicas de filmación... y una bonita tienda de souvenirs.
En la parte externa del museo encontramos un par de cafeterías, así como decorados varios de algunas de las películas del estudio.
He de decir que, pese a que el estudio Ghibli tiene muchas películas en sus años de existencia (desde la primera, Nausikaa, a la última, Omoide no Marnie, pasando por Mononoke Hime o Porco Rosso) en el museo tiene bastante notoriedad Totoro, de la película Mi vecino Totoro (Tonari no Totoro). No sé si puede deberse a que ha sido la de más tirada en Japón, si es porque Miyazaki le tiene mucho cariño a este personaje o película... pero a nosotros ya nos está bien.
Una vez realizada la visita principal del viaje, salimos del museo y nos reencontramos con nuestros amigos.
Es hora de ir a Yotsugi, donde mi colega quiere ir, ya que el dibujante de Captain Tsubasa (Oliver y Benji) Yōichi Takahashi, nacido en ese mismo distrito, entiendo que junto con lo que aquí podría considerarse ayuntamiento, decidió poner una serie de estatuas de sus personajes para darle vida y promocionar el barrio de Yotsugi.
No es una combinación fácil desde Mitaka, pero tenemos tiempo, ya que son las 16.00, y tenemos toda la tarde por delante. En total no llega a la hora, pero el trayecto parte desde Mitaka, haciendo transbordos en Ochanomizu, Asakusabashi, Oshiage y finalmente llegamos a Yotsugi.
Nos bajamos en la estación y ya vemos pósters y banderines de Cpt Tsubasa por todos lados, incluso un mapa donde indica el lugar en el que se encuentran cada una de ellas.
En total son 8, 6 de las cuales se encuentran en el mismo pueblo de Yotsugi. Las 2 últimas, un poco más alejadas, debemos ir a la siguiente parada,
Keiseitateishi. Es una tarde para ir andando, con calma, ya que las estatuas van a estar ahí, no cierran, así que nos dedicamos a contemplar el barrio; un barrio bastante tranquilo, con muchos parques, casitas prefabricadas...
La primera estatua está al lado de la estación. Os pongo fotos de cada una de las estatuas en el orden en el que las vimos.
Ryo Ishizaki (Bruce Harper)
Misaki Taro (Tom Becker)
Sanae Nakazawa (Patty)
Roberto Hongo y Tsubasa Ozora (Roberto Zedinho y Oliver Atom)
Tsubasa Ozora (Oliver Atom)
Kojiro Hyuga (Mark Lenders)
Tsubasa Ozora (Oliver Atom)
Genzo Wakabayashi (Benji Price)
Así que menudo día llevamos. Museo Ghibli, Captain Tsubasa... parecemos como niños! Y lo bien que nos lo pasamos...
Una vez de vuelta a la estación Keiseitateishi, y ya de noche, nos dirigimos a buscar dónde cenar, y elegimos Shibuya. Ya habíamos estado en verano, y de noche también, pero es un sitio diferente. No creo que haya en el mundo nada igual, salvo Times Square quizás.
Una vez ya estamos en Shibuya, hacemos exactamente lo mismo que hicimos el año pasado. Previo saludo a Hachiko...
Justo al lado del famoso cruce, hay un hotel Tokyu Excel. Sin pedir permiso ni preguntar, nos metemos en el ascensor que nos llevaría a la planta 25, donde hay un restaurante francés y uno japonés, por cierto, de precios prohibitivos para nosotros (más de 10000Y por cabeza). En la recepción de la P25 preguntamos si podemos asomarnos a tirar unas fotos, y no nos ponen pegas.
Las vistas desde aquí son alucinantes... tanta luz, tanta gente; parce que nunca se haga de noche en esta zona.
Decidimos ir al mismo restaurante que fuimos el año pasado, y en el que sabíamos que mi novia no tendría problemas, ya que, a parte de comida japonesa, cocinan una muy buena carne: Kingdom of Teppan.
Después de cenar, nos damos una vuelta a ver si vemos alguna tienda de 'desserts', pero siendo la hora que es, más de las 22.00, la mayoría ya están cerradas, así que dejamos el postre para otro día y nos vamos al hotel, a descansar que ya toca.
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