La mañana de nuestro tercer día toscano la dedicamos a visitar Lucca, a unos 60 km de nuestro alojamiento. Sinceramente, esta ciudad nos desencantó un poco, quizás porque es más grande que el resto y pierde un poco de encanto y porque se nota que es completamente diferente al resto, empezando por los paisajes que nada tienen que ver con los de la zona Sur, más auténtica para nosotros.
De camino a Lucca
Impresiona el recinto amurallado en el que queda enclavada la parte antigua de la ciudad, además, todo el perímetro lo conforma un parque arbolado en el que se puede dar un agradable paseo. Aparcamos cerca de la Porta Elisa, fuera de las murallas, y callejeamos por Via Elisa y Santa Croce hasta llegar a la Piazza San Michele, donde está la famosa iglesia del mismo nombre, donde destaca principalmente su fachada. De ahí fuimos a visitar la Casa de Puccini, aunque estaba cerrada, pero nos hicimos una foto con la estatua que hay enfrente de la misma.
Iglesia de San Michele in Foro
Regresamos a la Piazza San Michele para dirigirnos hacia el Palazzo de la Provincia, sede del actual gobierno de Lucca y encaminándonos al famoso Duomo, con un interior brillante (no os perdáis la tumba de Ilaria de Carretto) y unos magníficos relieves de Pisano en el atrio de entrada.
Duomo de Lucca
De aquí nos dirigimos callejeando hacia la Casa Guinigi, con su famosa torre coronada por algunas encinas y, finalmente, a la Piazza dell’Anfiteatro, cuyas casas medievales ocupan el espacio oval del antiguo anfiteatro. Tal vez lo que más me encantó de esta ciudad, con bastantes sitios para tomar algo y muchas tiendecitas artesanas (en una de ellas compramos jabones)
Piazza dell’Anfiteatro
De vuelta hacia el coche, tomamos un tentempié en Pizza al Taglio Pomodori, en la Via Fillungo, local bastante pequeño con una barra donde te puedes tomar tus trozos de pizza. Buena calidad y buen precio (9,20€ 4 trozos + dos botellines de agua).
Por la tarde visitamos la ciudad de Vincci, pequeña pero con un museo increíble, nos encantó (4,50 €/pax) y por las colinas cercanas llenas de olivos. Nos encantaron las reproducciones de los inventos de Leonardo, sobre todo el tanque y las diferentes gruas empeadas, por ejemplo, para la construcción de la cúpula del Duomo de Florencia. Si os queda cerca y tenéis días, es una visita imprescindible.
Alrededores de Vincci
Maqueta del carro de combate ideado por Leonardo
Como todavía era pronto para regresar al agroturismo, decidimos visitar la Villa Medicea de Poggio a Caiano, adonde llegamos en medio de un chaparrón increíble. La visita es gratuita y se encuentra en muy buen estado de conservación, tanto el edificio como los jardines. La visita es guiada pero sin comentarios, tan sólo te abren las puertas de las distintas estancias. A destacar el teatro que se construyeron allí dentro estos ricachones. Nos gustó mucho.
Aspecto exterior de la Villa Médici en Poggio a Caiano
En medio de una lluvia intensísima, llegamos a nuestro agroturismo donde cenamos degustando las exquisiteces del chef Bartolo y Swan. Mmmmm.
De camino a Lucca
Impresiona el recinto amurallado en el que queda enclavada la parte antigua de la ciudad, además, todo el perímetro lo conforma un parque arbolado en el que se puede dar un agradable paseo. Aparcamos cerca de la Porta Elisa, fuera de las murallas, y callejeamos por Via Elisa y Santa Croce hasta llegar a la Piazza San Michele, donde está la famosa iglesia del mismo nombre, donde destaca principalmente su fachada. De ahí fuimos a visitar la Casa de Puccini, aunque estaba cerrada, pero nos hicimos una foto con la estatua que hay enfrente de la misma.
Iglesia de San Michele in Foro
Regresamos a la Piazza San Michele para dirigirnos hacia el Palazzo de la Provincia, sede del actual gobierno de Lucca y encaminándonos al famoso Duomo, con un interior brillante (no os perdáis la tumba de Ilaria de Carretto) y unos magníficos relieves de Pisano en el atrio de entrada.
Duomo de Lucca
De aquí nos dirigimos callejeando hacia la Casa Guinigi, con su famosa torre coronada por algunas encinas y, finalmente, a la Piazza dell’Anfiteatro, cuyas casas medievales ocupan el espacio oval del antiguo anfiteatro. Tal vez lo que más me encantó de esta ciudad, con bastantes sitios para tomar algo y muchas tiendecitas artesanas (en una de ellas compramos jabones)
Piazza dell’Anfiteatro
De vuelta hacia el coche, tomamos un tentempié en Pizza al Taglio Pomodori, en la Via Fillungo, local bastante pequeño con una barra donde te puedes tomar tus trozos de pizza. Buena calidad y buen precio (9,20€ 4 trozos + dos botellines de agua).
Por la tarde visitamos la ciudad de Vincci, pequeña pero con un museo increíble, nos encantó (4,50 €/pax) y por las colinas cercanas llenas de olivos. Nos encantaron las reproducciones de los inventos de Leonardo, sobre todo el tanque y las diferentes gruas empeadas, por ejemplo, para la construcción de la cúpula del Duomo de Florencia. Si os queda cerca y tenéis días, es una visita imprescindible.
Alrededores de Vincci
Maqueta del carro de combate ideado por Leonardo
Como todavía era pronto para regresar al agroturismo, decidimos visitar la Villa Medicea de Poggio a Caiano, adonde llegamos en medio de un chaparrón increíble. La visita es gratuita y se encuentra en muy buen estado de conservación, tanto el edificio como los jardines. La visita es guiada pero sin comentarios, tan sólo te abren las puertas de las distintas estancias. A destacar el teatro que se construyeron allí dentro estos ricachones. Nos gustó mucho.
Aspecto exterior de la Villa Médici en Poggio a Caiano
En medio de una lluvia intensísima, llegamos a nuestro agroturismo donde cenamos degustando las exquisiteces del chef Bartolo y Swan. Mmmmm.