Sábado 16 de agosto y llega nuestro tercer día por tierras lusas. Hoy daban bastante calor y máximas de 30º para nuestro objetivo del día: Guimaraes. Sin embargo, no íbamos solo a visitar esta ciudad, si no que antes teníamos previsto entrar a la Sé de Braga, subir a Bom Jesus do Monte, visitar la Citanía de Briteiros para acabar en Guimaraes. Como viene siendo costumbre (voy aprendiendo a medir lo que se puede hacer cada día) cumplimos el plan sin mayor problema.
TOTAL: 59 kms. (haríamos 65-70 que nos perdimos para llegar a Briteiros)
Empezamos el día en casa, en Braga, visitando la Sé que ya habíamos visto por fuera. Lo primero que se ve al entrar es el pórtico con las arquivoltas esculpidas.
En el interior están prohibidas las fotos, pero fuimos muy pronto (a las 9 y media) con la catedral recién abierta y estábamos solos, así que aproveché para hacer una del impresionante coro barroco. La tuve que hacer a prisa y corriendo por si aparecía algún guarda así que sale bastante mal, creedme si os digo que es espectacular, es darse la vuelta y quedarse alucinado. Se ofrecen visitas guiadas pero no hicimos una porque teníamos que visitar más cosas el día de hoy.
En los laterales destacan las estatuas de diversos santos y personajes bíblicos
Salimos al claustro, bastante bonito (aquí ya se pueden hacer fotos)
Y en una capilla lateral damos con el relicario (cuando hizo esta foto me vino un guarda a decir que estaba prohibido en el interior del claustro también, no lo sabía, pedí perdón y se quedó ahí el tema)
Salimos por una puerta lateral y vamos a dar a un espacio abierto, en un absidiólo destaca un fresco medieval, pero se conserva bastante mal y está medio borrado.
En este espacio podemos ver además ciertos utensilios de la catedral, como pilas bautismales.
Es interesante visitar la Sé de Braga por dentro aunque solo sea por el asombroso coro que tiene a los pies.
Información práctica
Acceso: Centro de Braga
Horario: Complejo, consultar web
Precio: Gratuito
Web: www.se-braga.pt/ ...formacoes/
Tras esto descartamos ir a la Fonte do Ídolo (abría a las 11 y eran las 10), así que cogimos el coche y subimos a Bom Jesús do Monte, lo más conocido de Braga, mucha gente recomienda visitar este santuario en vez del centro; opinión respetable pero con la que estoy en completo desacuerdo, el santuario es diferente, pero me pareció mucho más guapo e interesante el centro de Braga. Es bonito el santuario, pero creo que llevaba unas expectativas demasiado altas (así como con Braga unas demasiado bajas) y me defraudó un poco, pero creo que es culpa mía por montar castillos en el aire acerca de esta visita.
Bueno, centrándonos en la visita, aparcamos junto al Hotel do Parque, a 50 metros del santuario. El hotel está en la parte de arriba, y nosotros empezamos a subir por un parquecillo pensando que estábamos en la parte de abajo. A los diez minutos subiendo sin ver nada nos dio por preguntar, y nos dijeron que el santuario estaba para abajo. Al regresar nos dimos cuenta que si hubiéramos bajado tres metros desde el coche veíamos el santuario, para matarnos...
Bueno, empezamos por arriba, visitando por tanto las tres capillas que están por encima del santuario y que no sé muy bien lo que son, pero tienen imágenes dentro.
Seguimos bajando y a nuestra izquierda se abría un bonito rincón muy tranquilo.
Mirando de la basílica hacia abajo se tienen buenas vistas de Braga, pero solo se ven edificios normales quedando el centro histórico oculto, no me gustó demasiado este mirador.
Y la basílica en sí no es gran cosa, un templo neoclásico sin mayor historia. Para más inri, una de las torres estaba en obras con andamios azules que enfeaban todo el conjunto.
Bajamos la escalinata y la subimos, os reproduciré la subida que es sin duda lo más bonito. Desde abajo vemos el santuario muy arriba, custodiado por cientos de escalones que no nos van a poner las cosas fáciles (lo bonito del santuario es la escalera en sí, no la basílica)
En la parte de abajo de la escalera tenemos el primer tramo, la Escadaria do Via Crucis, donde tenemos en 4 capillas que relatan con imágenes (y también con una pequeña explicación en portugués) cuatro de las 16 estaciones del Via Crucis, es lo mejor de toda la escalera sin duda y queda claro como fue el Via Crucis. Subo una foto de cada uno porque me pareció espectacular.
La primera estación es la condena a muerte de Pilatos, que lo muestra al pueblo judío.
La segunda muestra a Jesucristo cargando con la cruz de camino a su crucifixión.
En la tercera, Jesucristo se cae y es ayudado por Simón el Cirineo a llevar la cruz.
Y en la cuarta y última aparece reflejada la crucifixión de Jesucristo. Es bastante educativa esta etapa de la escalera.
El siguiente tramo es la Escadaria dos Sentidos, más sencilla, donde 5 fuentes representan los 5 sentidos, saliendo agua de los ojos, orejas, nariz, boca y manos.
Y el último tramo es la Escadaria das Virtudes, donde unas capillas y fuentes representan la fe, la esperanza y la caridad. Además hay varias estatuas de diversos personajes bíblicos. Esta última parte fue la que peor entendí, puesto que no vi las representaciones de las 3 virtudes.
Llegamos arriba y entramos al interior del santuario, lleno de bautizos, no sé que gracia ve la gente a bautizar sus hijos entre turistas. El interior es bastante amplio y neoclásico, está bien entrar a este santuario aunque no tenga mucha historia.
Información práctica
Acceso: A 5 kms de Braga, hay muchas señales
Horario: 7:30-20 (todos los días)
Precio: Gratuito
Web: www.sacred-destinations.com/ ...-do-monte/
Y tras esto ponemos rumbo a la Citania de Briteiros, yo la tenía apuntada como visita obligada y en la Lonely aparece en el mapa de fuera de las rutas, me sorprendió que estuviera vacía y que éramos casi los únicos visitantes, pero bueno, mejor para nosotros. Pasamos por delante del Santuario de Sameiro (para llegar hay que seguir subiendo, nos dejamos guiar por el Tom Tom hasta el pueblo Briteiros-Salvador) y empezamos la visita por el Museu da Cultura Castreja, a 2 kilómetros de la Citania y que va incluido en la entrada. El museo pues bueno, está interesante, pero tampoco aporta mucho. Un apunte, en la Lonely pone que hay un descuento siendo estudiante, allí nos dijeron que es por Tarjeta Joven, que no tengo, pero bueno coló la de estudiante de la Universidad de Oviedo, solo comprobó la chica si había caducado ya o no. Por fuera el museo es bastante normal.
Y una vez dentro tiene dos pisos, en la planta baja tiene una exposición de Martins Sarmiento, el arqueólogo y fotógrafo que descubrió la Citania allá por 1885
Y en el sótano hay una exposición de diversos objetos extraidos de la Citania de Briteiros y de otras citanias circundantes y dependientes de la misma.
Subimos entonces a la Citania en sí, y nos perdimos. La chica nos explicó que saliéramos a la derecha y que en una especie de rotonda con un triángulo en el medio giráramos a la izquierda, y lo hicimos, pero por lo visto hay dos triángulos seguidos, el primero enano y el segundo una rotonda en condiciones; hay que tirar hacia arriba en la segunda. Una vez llegamos, entramos directos a la Citania con las entradas compradas en el Museo. Una citania es un castro fortificado, y este en concreto debe ser el mayor de toda la Península, porque acogía a miles de personas y es enorme, teniendo incluso diferentes barrios, estuvo habitado desde el siglo IIIaC hasta el IIIdC de forma continuada, y en la Edad Media se repobló por la inseguridad de las razias árabes y de los bandidos (si quereis ver un poco de lo que es un castro lo expliqué cuando fui al Castro de Coaña: www.losviajeros.com/ ...hp?e=33471 )
Se mantienen las calles y se ven perfectamente los contornos de las casas, no las había solo circulares, habiendo también cabañas rectangulares y elípticas. Además, nos dan un folleto (solo lo hay en inglés y portugués) con explicaciones de los diferentes puntos. Tranquilos por esto que en portugués se entiende perfectamente.
Como todo castro está situado en una zona alta. Hoy en día creció maleza y árbustos, pero antes se tenían vistas perfectas de todos los valles circundantes, lo que aportaba una gran seguridad a este castro, que sería, de todas formas, sometido por los romanos. Era en cualquier caso el más importante de la zona, y todos los castros cercanos dependían de Briteiros. Se ve incluso el Santuario de Sameiro, en la montaña de enfrente.
La Citania tenía 3 murallas, hoy solo se conserva una y no en la totalidad del perímetro.
Han reconstruido dos cabañas, para mostrar como sería la citanía en la época, son reproducciones muy trabajadas y te das cuenta de lo duro que tenía que ser vivir aquí en los duros inviernos lusos.
Además, hay una zona que ha sido repoblada durante la Edad Media, como ya he dicho, y se ha construido una pequeña capilla para rezar aquí arriba. Es raro ver una cruz en medio de un castro prerromano, la verdad.
Al final de la visita (es libre pero hay un recorrido que se recomienda seguir), llegamos al equivalente de un ayuntamiento actual. En el castro los líderes de cada clan se reunían aquí, en el edificio más grande, para dictar leyes y normas, decidir estrategias de guerra o impartir justicia.
Y una vez llegamos de vuelta a la entrada, tenemos la opción de bajar por un camino hasta una increible casa de baños, unas pequeñas termas construidas por los celtas a imitación de las romanas (salvando las distancias, claro) con una canalización de agua y todo. Es sorprendente ver esto en un castro, a todo el mundo le gusta vivir bien...
Nos encantó esta visita, nos pareció muy interesante y educativa. Teneis, por si quereis verla desde casa, una visita virtual en su web con toda la información y muchas fotos. Es muy interesante, os recomiendo echarle un ojo, aquí la teneis (está en la derecha, podeis elegir entre portugués o inglés): www.csarmento.uminho.pt/
Información práctica
Acceso: Entre Braga y Guimaraes, no está muy bien señalizado, mejor ir con GPS
Horario: Castro: 9:30-18 (may-sep), 9:30-17 (oct-abr) Museo: 9:30-12:30, 14-18)
Precio (conjunto para las dos): 3€ (adultos) 1,5€ (tarjeta joven)
Web: www.csarmento.uminho.pt/index.asp/
Cogimos el coche y llegamos a Guimaraes a la hora de comer. Le teníamos muchas ganas a esta ciudad, la cuna de Portugal. Es a Portugal lo que Asturias es a España, me gusta mucho ese dato... Patriotismos aparte, es la ciudad por la que hicimos este viaje, como ya comente en la introducción. Llegamos sin problema aparcando en uno de los extremos del pequeñísimo centro histórico, junto al Largo da Misericordia.
Su Centro Histórico, cuna del Reino de Portugal, y es Patrimonio de la Humanidad desde 2001, siguiendo tres criterios:
· Criterio II (Testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico) al tener una significancia universal por el hecho de haberse especializado en técnicas arquitectónicas desarrolladas en la Edad Media y transmitirlas a las colonias portugueses de África y el Nuevo Mundo
· Criterio III (Aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida) al estar su historia ferreamente ligada a la identidad nacional portuguesa y al idioma portugués en el siglo XII
· Criterio IV (Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico, tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de la historia humana) al ser una ciudad excepcionalmente bien conservada, ilustrando así la evolución de determinados tipos de construcción desde la época medieval hasta la actualidad, y especialmente el periodo comprendido entre los siglos XV y XIX.
Guimaraes está en una zona con una intensa actividad castrense, como ya pudimos ver en la cercana Citanía de Briteiros. Los romanos fundaron en las cercanías las Caldas das Taipas, una pequeña ciudad termal. De cualquier manera la ciudad se crea en el siglo X, un siglo después de la reconquista de la zona; con la fundación de un monasterio en la vila baixa (el actual centro) y un castillo para defenderlo en la vila alta (donde está en castillo); ambas vilas estaban unidas por la Rua Santa María, abierta por la Condesa Mumadona Dias, la fundadora de la ciudad. El monasterio, la Real Colegiata, empezó a ganar importancia por los privilegios y los donativos de nobles y reyes; tanto es así que en siglo XI se convierte en la tercera ciudad más importante al norte del Tajo (tras Coimbra y Oporto)
1096 es un año clave, y es que el Conde Don Enrique aprueba el primer foro nacional portugués eligiendo Guimaraes como capital del Condado de Portugal. Este conde, natural de Borgoña, recibió el condado como dote tras casarse con Teresa de León; y su hijo, Dom Alfonso Henriques, conseguiría, tras vencer a los nobles gallegos y castellanos en las batallas de San Mamede (1128) y de Ourique (1139), la independencia de Portugal, proclamándose rey e instaurando la capital en Guimaraes. De ahí que Guimaraes sea la cuna de Portugal, como recoge la inscripción de "Aquí nasceu Portugal"
Los sucesivos reyes empiezan a hacer mejoras en la ciudad; así Dom Dinis construye murallas alrededor de toda la capital y Juan I derriba las que separaban la vila alta de la baixa, construyendo también barrios extramuros. En 1256, tras la reconquista de Lisboa, la ciudad del Tajo pasará a ser la capital de Portugal al ser muy floreciente; este cambio de capital hace que muchos habitantes de Guimaraes se trasladen a Lisboa y que la antigua capital se estancara, manteniéndose practicamente intacta hasta el siglo XIX, a excepción de la construcción de algunas iglesias, palacios y conventos. Esto hace que hoy en día mantenga calles y plazas medievales que hacen que sea una preciosa ciudad.
A finales del siglo XIX la Reina María II aplica a la ciudad las nuevas ideas de higiene y simetría urbanas, destruyendo las murallas y construyendo nuevas calles y avenidas, pero dejando rincones medievales que aportan una enorme magia a esta pequeña ciudad que es la cuna de Portugal.
Tras aparcar nos pusimos a buscar sitio para comer, y no nos lo pensamos, en pleno Largo da Misericordia topamos con la Cervejaria Guimaraes, y ahí que nos metimos. Su plato estrella es el naco al conquistador, un solomillo bastante gordo con productos de la tierra y que está buenísimo, además te regalan la espada de adorno que ponen, que ilusión me hizo . Todo regado por una buena Sagres artesana salió por unos 12 euros. Totalmente recomendable este restaurante si estais por Guimaraes, de los mejores solomillos que probé.
Tras la comidorra tocaba patear Guimaraes, y empezamos por el Largo do Toural, una bonita plaza extramuros, considerada hoy en día como el corazón de la ciudad. Es decimonónica y tiene unos edificos que recuerdan al Marina coruñesa y una bonita iglesia.
Acoge además una estatua un tanto diferente, pero muy bonita, de Don Alfonso Henriques, que tiene de todo en Guimaraes, incluso el campo de fútbol lleva su nombre.
De ahí cruzamos una antigua puerta de la muralla para volver al punto de partido, el Largo da Misericordia que acoge la Igreja da Misericordia, manierista y construida a caballo entre los siglos XVI y XVII
Cruzamos por la Rua Maria II a otro extremo del casco histórico (no nos llevó ni 5 minutos, es enano el centro, enano pero precioso) y llegamos al ajardinado Largo da República do Brasil, una bonita avenida peatonal con tráfico rodado por los lados en honor a la excolonia y con la Igreja do Sao Gualter al fondo, muy bonito este rincón extramuros.
Subimos hacia el castillo por la zona extramuros, donde nos encontramos con una reconstrucción de la Muralla de Guimaraes.
Llegamos a la Praça da Mumadona, en honor a la condesa que hizo de Guimaraes una pequeña ciudad, la mujer que inició la historia de la cuna de Portugal. Acoge el Convento de Santa Clara y está a los pies del Paço dos Duques de Bragança
Llegamos a la Vila Alta, y dejando de lado el Paço subimos al Castelo de Guimaraes, el calor apretaba, eran las 3 y media de la tarde y a pleno sol había más de 30º, fue un poco durillo. El castillo está ligado a la independencia de Portugal, y fue nombrado en 2007 como una de las 7 maravillas de Portugal (junto con el Castelo de Óbidos, el Monasterio de Batalha, el de Alcobaça y el de los Jerónimos de Belem, el Palacio da Pena y la Torre de Belém; otros dos lugares visitados en el viaje fueron finalistas -Torre dos Clérigos e Igreja de Sao Francisco-, ambas en Oporto)
El castillo lo mandó construir Mumadona Dias en el siglo X para defender Guimaraes de los ataques normandos y moros, y fue remodelado al completo en el siglo XIII, siendo un castillo gótico a imitación de los franceses.
Podemos entrar al castillo, según la Lonely podemos subir a su muralla y a su torre del homenaje, pero estaba cerrado por obras, por lo que solo pudimos verlo desde el patio.
A cambio dentro hay una exposición de cetrería, con un buho parado y la posibilidad de hacerse fotos con un halcón en la mano por la voluntad, por supuesto que me la hice, queda bastante chula y es un recuerdo original y diferente.
Información práctica
Acceso: Vila Alta, Guimaraes
Horario: 9:30-18
Precio: Gratuito
Web: www.guimaraesturismo.com/ ...cle_id=56/
En el parque que acoge el Castillo y el Paço, también nos encontramos con la Capela de Sao Miguel do Castelo, un pequeño templo románico donde según la leyenda fue bautizado Dom Alfonso Henriques, el primer rey de Portugal.
Bajamos entonces al Paço dos Duques de Bragança que fue construido a mediados del siglo XV por un hijo bastardo del Duque de Bragança. Esta familia es de las más importantes de la nobleza de Portugal, y llegó a instaurar la dinastía Bragança en Portugal desde 1640 a 1854, más de dos siglos reinando Portugal. Sin embargo, en este palacio solo vivieron durante un siglo, mudándose en el siglo XVI a Vila Viçiosa, en el Alentejo. El palacio empezo a derruirse y en el siglo XIX los guimaranenses lo aprovecharon como cantera y lo acabaron de destruir. No sería hasta el 1937 cuando Salazar, en su Estado Novo lo reconstruyera (no se sabe si era tan grandioso en su apogeo como es ahora) y creara el museo, introduciendo piezas de los siglos XVI y XVII, los más prósperos de la historia lusa.
Así, tras abonar la entrada, podemos admirar una serie de tapices muy elaborados dentro de las diferentes salas.
También se incluyeron armas de la época (en la sala de armas) y se reconstruyó el patio, basado en un claustro gótico.
Se hizo, así mismo, una reproducción de los aposentos del duque de Bragança, que dormía en una habitación bastante alejada de la duquesa; y se reconstruyó la iglesia gótica con la que contaba el palacio, instalando una preciosa vidriera
En el exterior nos encontramos con una estatua de Dom Alfonso Henriques realizada por la República do Brasil en 1940 en honor a este personaje tan vital en la historia de Portugal.
Información práctica
Acceso: Al lado del Castillo, centro de Guimaraes
Horario: 10-18 (todos los días)
Precio: 5€ (adulto) 2,5€ (estudiante, jubilado) 10€ (entrada familiar- 2 adultos y 2 hijos-)
Web: pduques.culturanorte.pt/
Comenzamos a bajar a la Vila Baixa (el casco histórico) y nos topamos con una bonita iglesia cuyo nombre desconozco.
Llegamos al Largo Martín Sarmiento, que acoge el Ayuntamiento (muchísimo más feo que el antiguo) y un arco de la antigua muralla que separaba la Vila Alta de la Baixa.
Y llegamos entonces a la joya de Guimaraes, dos plazas contiguas: la Plaza de Santiago y el Largo de Oliveira. Entramos a la primera de ellas y empezamos a comprender porqué Guimaraes es Patrimonio de la Humanidad y a enamorarnos de esta ciudad lusa.
Ambas plazas están comunicadas por unos soportales bajo el antiguo ayuntamiento, que luce de espaldas a la Praça de Santiago.
Al cruzar los soportales y entrar al Largo do Oliveira, llamado así por un olivo que había en el centro de la plaza hace varios siglos; el principio de enamoramiento se torna en enamoramiento completo de esta ciudad. El conjunto es impresionante y la plaza es muy pequeña, es imposible hacer una foto de todo, pero para mí esta plaza puede entrar entre las más bonitas de Europa (logicamente no en la misma categoría de la Grand Place y las polacas, que son mastodónticas, pero si en el top de plazas coquetas). Lo primero que vemos es Nossa Senhora da Oliveira (la Virgen de los Olivos), la primera iglesia gótica construida en la región del Minho. Fue erigida para cumplir un voto realizado antes de la Batalla de Aljubarrota (1385) en la que Portugal venció a Castilla.
Delante de ella un curioso templete gótico para celebrar la victoria de las tropas de los Reinos de Portugal y Castilla frente a las del Reino Nazarí de Granada en la Batalla del Salado (1339)
Y dándonos la vuelta, el precioso Antiguo Ayuntamiento. De verdad, para saber lo bonita que es esta plaza teneis que ir y verla, las fotos no son ni la décima parte de lo que ves una vez allí. Tomamos un café en una de las terrazas y nos cobraron ¡0,90 por cada uno!. Vete tú a pedir uno a la Plaza Mayor de Madrid que te vale tres o cuatro veces más... Que barato es tomar algo en Portugal.
Después de un buen rato digiriendo estas dos plazas (vaya conjunto, solo por estas ya se merece la ciudad ser Patrimonio de la Humanidad), nos dispusimos a perdernos por el casco histórico. Es imposible perderse, a los 5 minutos te sales de la zona antigua hagas lo que hagas, pero da gusto pasear sin rumbo y dejarse sorprender por calles cuidadas y preciosas plazas ajardinadas.
Cogimos entonces el coche y nos desplazamos a la Penha, una montaña que se abre a las espaldas de Guimaraes y desde las que se tienen unas vistas preciosas. Llegamos y cuando me puse a hacer una foto de una especie de fortaleza que es un precioso mirador mi cámara empezó a protestar, fue la última foto que hice con ella. No me había acordado de ponerla a cargar en todo el viaje y claro, me quedé sin batería.
Las vistas desde arriba son impresionantes, como mirador le da mil vueltas a Bom Jesus do Monte. Se ve toda la zona histórica y detrás un señor campo de futbol (el Alfonso Henriques) donde juega el Vitoria Guimaraes. Me sorprendió ese pedazo de campo para una ciudad de unos 50.000 habitantes (es que caben 30.000 espectadores!) También vemos los valles que rodean Guimaraes. Las fotos las hice con el móvil, perdón por la calidad. Tras esto cogimos el coche y volvimos a Braga comentando lo precioso que es Guimaraes y cansados, más que por la distancia recorrida por el calor. Eran las 6 de la tarde y nos batíamos en retirada táctica.
CONCLUSIONES DE GUIMARAES: Tiene un centro PRECIOSO, lo mejor del viaje sin duda alguna. Las plazas de Santiago y Oliveira justifican el viaje por sí solas. No dejará a nadie indiferente esta ciudad del Norte de Portugal, visita obligatoria para cualquier viaje al país luso (siempre que no sea solo a Lisboa, claro) y a la que creo que tenemos que ir una vez en la vida, que no por estar cerca de casa el viaje es más feo ni peor
Para ver la ciudad basta una mañana o tarde. El centro es enano y la zona del Castilllo y el Paço no llevará más de una hora. Tiene el tamaño perfecto para hacer una excursión de un día Guimaraes-Braga desde Oporto, o para utilizarlo de base y conocer toda la región norte (Braga, Oporto, Viana do Castelo, Chaves, Amarante...)
Llegamos a Braga y aparcamos delante del hotel, al ser sábado no había ya zona azul, así que eso que nos ahorramos (el día de Oporto tuvimos que meterlo en el parking). Tras una duchita para quitar el calor y un poco de descanso, a esto de las 7 y media dábamos un paseo para despedirnos de Braga, aprovechamos para caminar la Avenidade da Liberdade de día y pasar por la Rua do Souto (ya habíamos pasado el día anterior pero no llevaba la cámara encima y merecía una sesión de fotos) Caminamos la Avenida hasta arriba, parándonos a admirar el bonito y señorial Theatro Circo
La fuente de la Praça da República y sus chorros se ve desde bien lejos
Y llegamos a la Praça da República para verla de día por primera vez, aunque estaba ya empezando a anochecer (al tener una hora menos anochece una hora antes que en Asturias, es de cajón, no entiendo como no tenemos el horario de Inglaterra o Portugal si Zaragoza está a la altura de Londres...)
Al fondo de la plaza había un escenario montado para el festival de fados de ayer y una orquesta hoy (que no escuchamos) y más atrás se ve el Santuario de Bom Jesus do Monte
Empezamos a caminar la Rua do Souto cuando el telón de la noche empezaba a caer sobre la capital religiosa de Portugal.
Y llegamos al Largo do Paço, en plena Rua do Souto, una preciosa plaza coqueta y que recuerda con su fuente en medio (salvando las distancias) a la Praza da Leña pontevedresa.
Seguimos caminando y nos dejamos sorprender con una iglesia que bien puede pasar por pequeña fortaleza y por unas curiosas esculturas en lo alto de la fachada
Un bar ofrecía cerveza muy fría con un curioso reclamo que nos hizo reir un buen rato (Cerveza tan fría como el corazón de tu ex)
Y al final de la Rua do Souto llegamos al Arco de Porta Nova con el crepúsculo detrás de ella, nos encantó este momento, estábamos casi solos y fue practicamente un momento zen.
Vista desde fuera este arco nos invita a visitar Braga (si vais en tren es por donde entrareis a la ciudad)
Tras cruzar la puerta nos encontramos con el Campo das Hortas, un bonito jardín extramuros que gana muchos puntos al ocaso (como todos los sitios, claro)
Buscamos el Manjar, un restaurante recomendado por Carrio en el post de Braga para probar ese jabalí y ese bacalao del que habla, pero dicho restaurante ya no existe, igual cambió de nombre o cerró, y tampoco es que haya pasado demasiado tiempo, y es que el mensaje es de octubre de 2013. Tras dar varias vueltas buscando donde cenar nos sentamos en el Mar de Sinos, en la puerta misma de la Sé de Braga, me pedí un solomillo relleno de queso sobre puré de patata que estaba tremendo. Con cerveza y postre tocamos a 13 euros cada uno, sigo sin creerme lo de los precios de Portugal. Muy recomendable este restaurante.
Las vistas de la Sé desde nuestra mesa eran espectaculares, mientras cenaba (bueno yo no, mi padre que fue más astuto y se sentó primero) veía esto.
Seguimos el paseo nocturno y llegamos al Largo Carlos Amarante, ironías de la vida, lo primero que visitamos de la ciudad iba a ser también lo último en ver. Es precioso de noche, si podeis os aconsejo un paseillo nocturno por el centro de Braga, es muy tranquilo y seguro, además de ser precioso.
Y una vez en la Avenidade Liberdade alucinamos con la iluminación de la tienda de Massimo Dutti en un edificio señorial decimonónico.
CONCLUSIONES DE BRAGA: Muy bonito y pequeño el centro histórico, con multitud de iglesias y de espacios ajardinados que harán las delicias del viajero. Bom Jesus do Monte es un santuario curioso, lo mejor es sin duda la escalera, pero no es un gran mirador. Es una visita imprescindible del Norte de Portugal sin duda alguna, si fuera corto de tiempo me quedaría con el centro mejor que con el santuario
Para ver la ciudad y el santuario basta una mañana o tarde. Os recomiendo conjugarlo con Guimaraes, empezando por Braga porque si no despues de Guimaraes os sabrá a poco. Si vais en coche y madrugais podeis ver el centro y Bom Jesus por la mañana e ir a comer a Guimaraes; en tren es más difícil y podeis ver Braga por la mañana y Guimaraes por la tarde. Sería un día perfecto, creedme. Como descubrimos también es una base perfecta y barata para descubrir la Región Norte
TOTAL: 59 kms. (haríamos 65-70 que nos perdimos para llegar a Briteiros)
Empezamos el día en casa, en Braga, visitando la Sé que ya habíamos visto por fuera. Lo primero que se ve al entrar es el pórtico con las arquivoltas esculpidas.
En el interior están prohibidas las fotos, pero fuimos muy pronto (a las 9 y media) con la catedral recién abierta y estábamos solos, así que aproveché para hacer una del impresionante coro barroco. La tuve que hacer a prisa y corriendo por si aparecía algún guarda así que sale bastante mal, creedme si os digo que es espectacular, es darse la vuelta y quedarse alucinado. Se ofrecen visitas guiadas pero no hicimos una porque teníamos que visitar más cosas el día de hoy.
En los laterales destacan las estatuas de diversos santos y personajes bíblicos
Salimos al claustro, bastante bonito (aquí ya se pueden hacer fotos)
Y en una capilla lateral damos con el relicario (cuando hizo esta foto me vino un guarda a decir que estaba prohibido en el interior del claustro también, no lo sabía, pedí perdón y se quedó ahí el tema)
Salimos por una puerta lateral y vamos a dar a un espacio abierto, en un absidiólo destaca un fresco medieval, pero se conserva bastante mal y está medio borrado.
En este espacio podemos ver además ciertos utensilios de la catedral, como pilas bautismales.
Es interesante visitar la Sé de Braga por dentro aunque solo sea por el asombroso coro que tiene a los pies.
Información práctica
Acceso: Centro de Braga
Horario: Complejo, consultar web
Precio: Gratuito
Web: www.se-braga.pt/ ...formacoes/
Tras esto descartamos ir a la Fonte do Ídolo (abría a las 11 y eran las 10), así que cogimos el coche y subimos a Bom Jesús do Monte, lo más conocido de Braga, mucha gente recomienda visitar este santuario en vez del centro; opinión respetable pero con la que estoy en completo desacuerdo, el santuario es diferente, pero me pareció mucho más guapo e interesante el centro de Braga. Es bonito el santuario, pero creo que llevaba unas expectativas demasiado altas (así como con Braga unas demasiado bajas) y me defraudó un poco, pero creo que es culpa mía por montar castillos en el aire acerca de esta visita.
Bueno, centrándonos en la visita, aparcamos junto al Hotel do Parque, a 50 metros del santuario. El hotel está en la parte de arriba, y nosotros empezamos a subir por un parquecillo pensando que estábamos en la parte de abajo. A los diez minutos subiendo sin ver nada nos dio por preguntar, y nos dijeron que el santuario estaba para abajo. Al regresar nos dimos cuenta que si hubiéramos bajado tres metros desde el coche veíamos el santuario, para matarnos...
Bueno, empezamos por arriba, visitando por tanto las tres capillas que están por encima del santuario y que no sé muy bien lo que son, pero tienen imágenes dentro.
Seguimos bajando y a nuestra izquierda se abría un bonito rincón muy tranquilo.
Mirando de la basílica hacia abajo se tienen buenas vistas de Braga, pero solo se ven edificios normales quedando el centro histórico oculto, no me gustó demasiado este mirador.
Y la basílica en sí no es gran cosa, un templo neoclásico sin mayor historia. Para más inri, una de las torres estaba en obras con andamios azules que enfeaban todo el conjunto.
Bajamos la escalinata y la subimos, os reproduciré la subida que es sin duda lo más bonito. Desde abajo vemos el santuario muy arriba, custodiado por cientos de escalones que no nos van a poner las cosas fáciles (lo bonito del santuario es la escalera en sí, no la basílica)
En la parte de abajo de la escalera tenemos el primer tramo, la Escadaria do Via Crucis, donde tenemos en 4 capillas que relatan con imágenes (y también con una pequeña explicación en portugués) cuatro de las 16 estaciones del Via Crucis, es lo mejor de toda la escalera sin duda y queda claro como fue el Via Crucis. Subo una foto de cada uno porque me pareció espectacular.
La primera estación es la condena a muerte de Pilatos, que lo muestra al pueblo judío.
La segunda muestra a Jesucristo cargando con la cruz de camino a su crucifixión.
En la tercera, Jesucristo se cae y es ayudado por Simón el Cirineo a llevar la cruz.
Y en la cuarta y última aparece reflejada la crucifixión de Jesucristo. Es bastante educativa esta etapa de la escalera.
El siguiente tramo es la Escadaria dos Sentidos, más sencilla, donde 5 fuentes representan los 5 sentidos, saliendo agua de los ojos, orejas, nariz, boca y manos.
Y el último tramo es la Escadaria das Virtudes, donde unas capillas y fuentes representan la fe, la esperanza y la caridad. Además hay varias estatuas de diversos personajes bíblicos. Esta última parte fue la que peor entendí, puesto que no vi las representaciones de las 3 virtudes.
Llegamos arriba y entramos al interior del santuario, lleno de bautizos, no sé que gracia ve la gente a bautizar sus hijos entre turistas. El interior es bastante amplio y neoclásico, está bien entrar a este santuario aunque no tenga mucha historia.
Información práctica
Acceso: A 5 kms de Braga, hay muchas señales
Horario: 7:30-20 (todos los días)
Precio: Gratuito
Web: www.sacred-destinations.com/ ...-do-monte/
Y tras esto ponemos rumbo a la Citania de Briteiros, yo la tenía apuntada como visita obligada y en la Lonely aparece en el mapa de fuera de las rutas, me sorprendió que estuviera vacía y que éramos casi los únicos visitantes, pero bueno, mejor para nosotros. Pasamos por delante del Santuario de Sameiro (para llegar hay que seguir subiendo, nos dejamos guiar por el Tom Tom hasta el pueblo Briteiros-Salvador) y empezamos la visita por el Museu da Cultura Castreja, a 2 kilómetros de la Citania y que va incluido en la entrada. El museo pues bueno, está interesante, pero tampoco aporta mucho. Un apunte, en la Lonely pone que hay un descuento siendo estudiante, allí nos dijeron que es por Tarjeta Joven, que no tengo, pero bueno coló la de estudiante de la Universidad de Oviedo, solo comprobó la chica si había caducado ya o no. Por fuera el museo es bastante normal.
Y una vez dentro tiene dos pisos, en la planta baja tiene una exposición de Martins Sarmiento, el arqueólogo y fotógrafo que descubrió la Citania allá por 1885
Y en el sótano hay una exposición de diversos objetos extraidos de la Citania de Briteiros y de otras citanias circundantes y dependientes de la misma.
Subimos entonces a la Citania en sí, y nos perdimos. La chica nos explicó que saliéramos a la derecha y que en una especie de rotonda con un triángulo en el medio giráramos a la izquierda, y lo hicimos, pero por lo visto hay dos triángulos seguidos, el primero enano y el segundo una rotonda en condiciones; hay que tirar hacia arriba en la segunda. Una vez llegamos, entramos directos a la Citania con las entradas compradas en el Museo. Una citania es un castro fortificado, y este en concreto debe ser el mayor de toda la Península, porque acogía a miles de personas y es enorme, teniendo incluso diferentes barrios, estuvo habitado desde el siglo IIIaC hasta el IIIdC de forma continuada, y en la Edad Media se repobló por la inseguridad de las razias árabes y de los bandidos (si quereis ver un poco de lo que es un castro lo expliqué cuando fui al Castro de Coaña: www.losviajeros.com/ ...hp?e=33471 )
Se mantienen las calles y se ven perfectamente los contornos de las casas, no las había solo circulares, habiendo también cabañas rectangulares y elípticas. Además, nos dan un folleto (solo lo hay en inglés y portugués) con explicaciones de los diferentes puntos. Tranquilos por esto que en portugués se entiende perfectamente.
Como todo castro está situado en una zona alta. Hoy en día creció maleza y árbustos, pero antes se tenían vistas perfectas de todos los valles circundantes, lo que aportaba una gran seguridad a este castro, que sería, de todas formas, sometido por los romanos. Era en cualquier caso el más importante de la zona, y todos los castros cercanos dependían de Briteiros. Se ve incluso el Santuario de Sameiro, en la montaña de enfrente.
La Citania tenía 3 murallas, hoy solo se conserva una y no en la totalidad del perímetro.
Han reconstruido dos cabañas, para mostrar como sería la citanía en la época, son reproducciones muy trabajadas y te das cuenta de lo duro que tenía que ser vivir aquí en los duros inviernos lusos.
Además, hay una zona que ha sido repoblada durante la Edad Media, como ya he dicho, y se ha construido una pequeña capilla para rezar aquí arriba. Es raro ver una cruz en medio de un castro prerromano, la verdad.
Al final de la visita (es libre pero hay un recorrido que se recomienda seguir), llegamos al equivalente de un ayuntamiento actual. En el castro los líderes de cada clan se reunían aquí, en el edificio más grande, para dictar leyes y normas, decidir estrategias de guerra o impartir justicia.
Y una vez llegamos de vuelta a la entrada, tenemos la opción de bajar por un camino hasta una increible casa de baños, unas pequeñas termas construidas por los celtas a imitación de las romanas (salvando las distancias, claro) con una canalización de agua y todo. Es sorprendente ver esto en un castro, a todo el mundo le gusta vivir bien...
Nos encantó esta visita, nos pareció muy interesante y educativa. Teneis, por si quereis verla desde casa, una visita virtual en su web con toda la información y muchas fotos. Es muy interesante, os recomiendo echarle un ojo, aquí la teneis (está en la derecha, podeis elegir entre portugués o inglés): www.csarmento.uminho.pt/
Información práctica
Acceso: Entre Braga y Guimaraes, no está muy bien señalizado, mejor ir con GPS
Horario: Castro: 9:30-18 (may-sep), 9:30-17 (oct-abr) Museo: 9:30-12:30, 14-18)
Precio (conjunto para las dos): 3€ (adultos) 1,5€ (tarjeta joven)
Web: www.csarmento.uminho.pt/index.asp/
Cogimos el coche y llegamos a Guimaraes a la hora de comer. Le teníamos muchas ganas a esta ciudad, la cuna de Portugal. Es a Portugal lo que Asturias es a España, me gusta mucho ese dato... Patriotismos aparte, es la ciudad por la que hicimos este viaje, como ya comente en la introducción. Llegamos sin problema aparcando en uno de los extremos del pequeñísimo centro histórico, junto al Largo da Misericordia.
Su Centro Histórico, cuna del Reino de Portugal, y es Patrimonio de la Humanidad desde 2001, siguiendo tres criterios:
· Criterio II (Testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico) al tener una significancia universal por el hecho de haberse especializado en técnicas arquitectónicas desarrolladas en la Edad Media y transmitirlas a las colonias portugueses de África y el Nuevo Mundo
· Criterio III (Aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida) al estar su historia ferreamente ligada a la identidad nacional portuguesa y al idioma portugués en el siglo XII
· Criterio IV (Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico, tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de la historia humana) al ser una ciudad excepcionalmente bien conservada, ilustrando así la evolución de determinados tipos de construcción desde la época medieval hasta la actualidad, y especialmente el periodo comprendido entre los siglos XV y XIX.
Guimaraes está en una zona con una intensa actividad castrense, como ya pudimos ver en la cercana Citanía de Briteiros. Los romanos fundaron en las cercanías las Caldas das Taipas, una pequeña ciudad termal. De cualquier manera la ciudad se crea en el siglo X, un siglo después de la reconquista de la zona; con la fundación de un monasterio en la vila baixa (el actual centro) y un castillo para defenderlo en la vila alta (donde está en castillo); ambas vilas estaban unidas por la Rua Santa María, abierta por la Condesa Mumadona Dias, la fundadora de la ciudad. El monasterio, la Real Colegiata, empezó a ganar importancia por los privilegios y los donativos de nobles y reyes; tanto es así que en siglo XI se convierte en la tercera ciudad más importante al norte del Tajo (tras Coimbra y Oporto)
1096 es un año clave, y es que el Conde Don Enrique aprueba el primer foro nacional portugués eligiendo Guimaraes como capital del Condado de Portugal. Este conde, natural de Borgoña, recibió el condado como dote tras casarse con Teresa de León; y su hijo, Dom Alfonso Henriques, conseguiría, tras vencer a los nobles gallegos y castellanos en las batallas de San Mamede (1128) y de Ourique (1139), la independencia de Portugal, proclamándose rey e instaurando la capital en Guimaraes. De ahí que Guimaraes sea la cuna de Portugal, como recoge la inscripción de "Aquí nasceu Portugal"
Los sucesivos reyes empiezan a hacer mejoras en la ciudad; así Dom Dinis construye murallas alrededor de toda la capital y Juan I derriba las que separaban la vila alta de la baixa, construyendo también barrios extramuros. En 1256, tras la reconquista de Lisboa, la ciudad del Tajo pasará a ser la capital de Portugal al ser muy floreciente; este cambio de capital hace que muchos habitantes de Guimaraes se trasladen a Lisboa y que la antigua capital se estancara, manteniéndose practicamente intacta hasta el siglo XIX, a excepción de la construcción de algunas iglesias, palacios y conventos. Esto hace que hoy en día mantenga calles y plazas medievales que hacen que sea una preciosa ciudad.
A finales del siglo XIX la Reina María II aplica a la ciudad las nuevas ideas de higiene y simetría urbanas, destruyendo las murallas y construyendo nuevas calles y avenidas, pero dejando rincones medievales que aportan una enorme magia a esta pequeña ciudad que es la cuna de Portugal.
Tras aparcar nos pusimos a buscar sitio para comer, y no nos lo pensamos, en pleno Largo da Misericordia topamos con la Cervejaria Guimaraes, y ahí que nos metimos. Su plato estrella es el naco al conquistador, un solomillo bastante gordo con productos de la tierra y que está buenísimo, además te regalan la espada de adorno que ponen, que ilusión me hizo . Todo regado por una buena Sagres artesana salió por unos 12 euros. Totalmente recomendable este restaurante si estais por Guimaraes, de los mejores solomillos que probé.
Tras la comidorra tocaba patear Guimaraes, y empezamos por el Largo do Toural, una bonita plaza extramuros, considerada hoy en día como el corazón de la ciudad. Es decimonónica y tiene unos edificos que recuerdan al Marina coruñesa y una bonita iglesia.
Acoge además una estatua un tanto diferente, pero muy bonita, de Don Alfonso Henriques, que tiene de todo en Guimaraes, incluso el campo de fútbol lleva su nombre.
De ahí cruzamos una antigua puerta de la muralla para volver al punto de partido, el Largo da Misericordia que acoge la Igreja da Misericordia, manierista y construida a caballo entre los siglos XVI y XVII
Cruzamos por la Rua Maria II a otro extremo del casco histórico (no nos llevó ni 5 minutos, es enano el centro, enano pero precioso) y llegamos al ajardinado Largo da República do Brasil, una bonita avenida peatonal con tráfico rodado por los lados en honor a la excolonia y con la Igreja do Sao Gualter al fondo, muy bonito este rincón extramuros.
Subimos hacia el castillo por la zona extramuros, donde nos encontramos con una reconstrucción de la Muralla de Guimaraes.
Llegamos a la Praça da Mumadona, en honor a la condesa que hizo de Guimaraes una pequeña ciudad, la mujer que inició la historia de la cuna de Portugal. Acoge el Convento de Santa Clara y está a los pies del Paço dos Duques de Bragança
Llegamos a la Vila Alta, y dejando de lado el Paço subimos al Castelo de Guimaraes, el calor apretaba, eran las 3 y media de la tarde y a pleno sol había más de 30º, fue un poco durillo. El castillo está ligado a la independencia de Portugal, y fue nombrado en 2007 como una de las 7 maravillas de Portugal (junto con el Castelo de Óbidos, el Monasterio de Batalha, el de Alcobaça y el de los Jerónimos de Belem, el Palacio da Pena y la Torre de Belém; otros dos lugares visitados en el viaje fueron finalistas -Torre dos Clérigos e Igreja de Sao Francisco-, ambas en Oporto)
El castillo lo mandó construir Mumadona Dias en el siglo X para defender Guimaraes de los ataques normandos y moros, y fue remodelado al completo en el siglo XIII, siendo un castillo gótico a imitación de los franceses.
Podemos entrar al castillo, según la Lonely podemos subir a su muralla y a su torre del homenaje, pero estaba cerrado por obras, por lo que solo pudimos verlo desde el patio.
A cambio dentro hay una exposición de cetrería, con un buho parado y la posibilidad de hacerse fotos con un halcón en la mano por la voluntad, por supuesto que me la hice, queda bastante chula y es un recuerdo original y diferente.
Información práctica
Acceso: Vila Alta, Guimaraes
Horario: 9:30-18
Precio: Gratuito
Web: www.guimaraesturismo.com/ ...cle_id=56/
En el parque que acoge el Castillo y el Paço, también nos encontramos con la Capela de Sao Miguel do Castelo, un pequeño templo románico donde según la leyenda fue bautizado Dom Alfonso Henriques, el primer rey de Portugal.
Bajamos entonces al Paço dos Duques de Bragança que fue construido a mediados del siglo XV por un hijo bastardo del Duque de Bragança. Esta familia es de las más importantes de la nobleza de Portugal, y llegó a instaurar la dinastía Bragança en Portugal desde 1640 a 1854, más de dos siglos reinando Portugal. Sin embargo, en este palacio solo vivieron durante un siglo, mudándose en el siglo XVI a Vila Viçiosa, en el Alentejo. El palacio empezo a derruirse y en el siglo XIX los guimaranenses lo aprovecharon como cantera y lo acabaron de destruir. No sería hasta el 1937 cuando Salazar, en su Estado Novo lo reconstruyera (no se sabe si era tan grandioso en su apogeo como es ahora) y creara el museo, introduciendo piezas de los siglos XVI y XVII, los más prósperos de la historia lusa.
Así, tras abonar la entrada, podemos admirar una serie de tapices muy elaborados dentro de las diferentes salas.
También se incluyeron armas de la época (en la sala de armas) y se reconstruyó el patio, basado en un claustro gótico.
Se hizo, así mismo, una reproducción de los aposentos del duque de Bragança, que dormía en una habitación bastante alejada de la duquesa; y se reconstruyó la iglesia gótica con la que contaba el palacio, instalando una preciosa vidriera
En el exterior nos encontramos con una estatua de Dom Alfonso Henriques realizada por la República do Brasil en 1940 en honor a este personaje tan vital en la historia de Portugal.
Información práctica
Acceso: Al lado del Castillo, centro de Guimaraes
Horario: 10-18 (todos los días)
Precio: 5€ (adulto) 2,5€ (estudiante, jubilado) 10€ (entrada familiar- 2 adultos y 2 hijos-)
Web: pduques.culturanorte.pt/
Comenzamos a bajar a la Vila Baixa (el casco histórico) y nos topamos con una bonita iglesia cuyo nombre desconozco.
Llegamos al Largo Martín Sarmiento, que acoge el Ayuntamiento (muchísimo más feo que el antiguo) y un arco de la antigua muralla que separaba la Vila Alta de la Baixa.
Y llegamos entonces a la joya de Guimaraes, dos plazas contiguas: la Plaza de Santiago y el Largo de Oliveira. Entramos a la primera de ellas y empezamos a comprender porqué Guimaraes es Patrimonio de la Humanidad y a enamorarnos de esta ciudad lusa.
Ambas plazas están comunicadas por unos soportales bajo el antiguo ayuntamiento, que luce de espaldas a la Praça de Santiago.
Al cruzar los soportales y entrar al Largo do Oliveira, llamado así por un olivo que había en el centro de la plaza hace varios siglos; el principio de enamoramiento se torna en enamoramiento completo de esta ciudad. El conjunto es impresionante y la plaza es muy pequeña, es imposible hacer una foto de todo, pero para mí esta plaza puede entrar entre las más bonitas de Europa (logicamente no en la misma categoría de la Grand Place y las polacas, que son mastodónticas, pero si en el top de plazas coquetas). Lo primero que vemos es Nossa Senhora da Oliveira (la Virgen de los Olivos), la primera iglesia gótica construida en la región del Minho. Fue erigida para cumplir un voto realizado antes de la Batalla de Aljubarrota (1385) en la que Portugal venció a Castilla.
Delante de ella un curioso templete gótico para celebrar la victoria de las tropas de los Reinos de Portugal y Castilla frente a las del Reino Nazarí de Granada en la Batalla del Salado (1339)
Y dándonos la vuelta, el precioso Antiguo Ayuntamiento. De verdad, para saber lo bonita que es esta plaza teneis que ir y verla, las fotos no son ni la décima parte de lo que ves una vez allí. Tomamos un café en una de las terrazas y nos cobraron ¡0,90 por cada uno!. Vete tú a pedir uno a la Plaza Mayor de Madrid que te vale tres o cuatro veces más... Que barato es tomar algo en Portugal.
Después de un buen rato digiriendo estas dos plazas (vaya conjunto, solo por estas ya se merece la ciudad ser Patrimonio de la Humanidad), nos dispusimos a perdernos por el casco histórico. Es imposible perderse, a los 5 minutos te sales de la zona antigua hagas lo que hagas, pero da gusto pasear sin rumbo y dejarse sorprender por calles cuidadas y preciosas plazas ajardinadas.
Cogimos entonces el coche y nos desplazamos a la Penha, una montaña que se abre a las espaldas de Guimaraes y desde las que se tienen unas vistas preciosas. Llegamos y cuando me puse a hacer una foto de una especie de fortaleza que es un precioso mirador mi cámara empezó a protestar, fue la última foto que hice con ella. No me había acordado de ponerla a cargar en todo el viaje y claro, me quedé sin batería.
Las vistas desde arriba son impresionantes, como mirador le da mil vueltas a Bom Jesus do Monte. Se ve toda la zona histórica y detrás un señor campo de futbol (el Alfonso Henriques) donde juega el Vitoria Guimaraes. Me sorprendió ese pedazo de campo para una ciudad de unos 50.000 habitantes (es que caben 30.000 espectadores!) También vemos los valles que rodean Guimaraes. Las fotos las hice con el móvil, perdón por la calidad. Tras esto cogimos el coche y volvimos a Braga comentando lo precioso que es Guimaraes y cansados, más que por la distancia recorrida por el calor. Eran las 6 de la tarde y nos batíamos en retirada táctica.
CONCLUSIONES DE GUIMARAES: Tiene un centro PRECIOSO, lo mejor del viaje sin duda alguna. Las plazas de Santiago y Oliveira justifican el viaje por sí solas. No dejará a nadie indiferente esta ciudad del Norte de Portugal, visita obligatoria para cualquier viaje al país luso (siempre que no sea solo a Lisboa, claro) y a la que creo que tenemos que ir una vez en la vida, que no por estar cerca de casa el viaje es más feo ni peor
Para ver la ciudad basta una mañana o tarde. El centro es enano y la zona del Castilllo y el Paço no llevará más de una hora. Tiene el tamaño perfecto para hacer una excursión de un día Guimaraes-Braga desde Oporto, o para utilizarlo de base y conocer toda la región norte (Braga, Oporto, Viana do Castelo, Chaves, Amarante...)
Llegamos a Braga y aparcamos delante del hotel, al ser sábado no había ya zona azul, así que eso que nos ahorramos (el día de Oporto tuvimos que meterlo en el parking). Tras una duchita para quitar el calor y un poco de descanso, a esto de las 7 y media dábamos un paseo para despedirnos de Braga, aprovechamos para caminar la Avenidade da Liberdade de día y pasar por la Rua do Souto (ya habíamos pasado el día anterior pero no llevaba la cámara encima y merecía una sesión de fotos) Caminamos la Avenida hasta arriba, parándonos a admirar el bonito y señorial Theatro Circo
La fuente de la Praça da República y sus chorros se ve desde bien lejos
Y llegamos a la Praça da República para verla de día por primera vez, aunque estaba ya empezando a anochecer (al tener una hora menos anochece una hora antes que en Asturias, es de cajón, no entiendo como no tenemos el horario de Inglaterra o Portugal si Zaragoza está a la altura de Londres...)
Al fondo de la plaza había un escenario montado para el festival de fados de ayer y una orquesta hoy (que no escuchamos) y más atrás se ve el Santuario de Bom Jesus do Monte
Empezamos a caminar la Rua do Souto cuando el telón de la noche empezaba a caer sobre la capital religiosa de Portugal.
Y llegamos al Largo do Paço, en plena Rua do Souto, una preciosa plaza coqueta y que recuerda con su fuente en medio (salvando las distancias) a la Praza da Leña pontevedresa.
Seguimos caminando y nos dejamos sorprender con una iglesia que bien puede pasar por pequeña fortaleza y por unas curiosas esculturas en lo alto de la fachada
Un bar ofrecía cerveza muy fría con un curioso reclamo que nos hizo reir un buen rato (Cerveza tan fría como el corazón de tu ex)
Y al final de la Rua do Souto llegamos al Arco de Porta Nova con el crepúsculo detrás de ella, nos encantó este momento, estábamos casi solos y fue practicamente un momento zen.
Vista desde fuera este arco nos invita a visitar Braga (si vais en tren es por donde entrareis a la ciudad)
Tras cruzar la puerta nos encontramos con el Campo das Hortas, un bonito jardín extramuros que gana muchos puntos al ocaso (como todos los sitios, claro)
Buscamos el Manjar, un restaurante recomendado por Carrio en el post de Braga para probar ese jabalí y ese bacalao del que habla, pero dicho restaurante ya no existe, igual cambió de nombre o cerró, y tampoco es que haya pasado demasiado tiempo, y es que el mensaje es de octubre de 2013. Tras dar varias vueltas buscando donde cenar nos sentamos en el Mar de Sinos, en la puerta misma de la Sé de Braga, me pedí un solomillo relleno de queso sobre puré de patata que estaba tremendo. Con cerveza y postre tocamos a 13 euros cada uno, sigo sin creerme lo de los precios de Portugal. Muy recomendable este restaurante.
Las vistas de la Sé desde nuestra mesa eran espectaculares, mientras cenaba (bueno yo no, mi padre que fue más astuto y se sentó primero) veía esto.
Seguimos el paseo nocturno y llegamos al Largo Carlos Amarante, ironías de la vida, lo primero que visitamos de la ciudad iba a ser también lo último en ver. Es precioso de noche, si podeis os aconsejo un paseillo nocturno por el centro de Braga, es muy tranquilo y seguro, además de ser precioso.
Y una vez en la Avenidade Liberdade alucinamos con la iluminación de la tienda de Massimo Dutti en un edificio señorial decimonónico.
CONCLUSIONES DE BRAGA: Muy bonito y pequeño el centro histórico, con multitud de iglesias y de espacios ajardinados que harán las delicias del viajero. Bom Jesus do Monte es un santuario curioso, lo mejor es sin duda la escalera, pero no es un gran mirador. Es una visita imprescindible del Norte de Portugal sin duda alguna, si fuera corto de tiempo me quedaría con el centro mejor que con el santuario
Para ver la ciudad y el santuario basta una mañana o tarde. Os recomiendo conjugarlo con Guimaraes, empezando por Braga porque si no despues de Guimaraes os sabrá a poco. Si vais en coche y madrugais podeis ver el centro y Bom Jesus por la mañana e ir a comer a Guimaraes; en tren es más difícil y podeis ver Braga por la mañana y Guimaraes por la tarde. Sería un día perfecto, creedme. Como descubrimos también es una base perfecta y barata para descubrir la Región Norte