Como dice el refrán, no por mucho madrugar amanece más temprano. Pues nada a dormir hasta las ocho y media. A las nueve ya estábamos desayunando. Y a las nueve y media, …. ¡Ay a las nueve y media!. Tendríamos que estar saliendo por la puerta. Pero no, todavía estábamos sentados en la mesa. Nos pusimos a hablar con Karin y nos liamos. A lo tonto, a lo tonto, se nos hicieron las diez. Lo siento maja, pero tenemos que irnos. Sino no podremos ver ninguno de esos pueblos tan fantásticos que nos has recomendado. Por fin en la calle. Hacía un frío que pelaba, pero por lo menos no llovía.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
BIBURY
BIBURY
Nuestro primer destino fue Bibury. 21 kilómetros por carreteras secundarias que tardamos unos 20 minutos en recorrer. Es un pueblo pequeño. Pero si una palabra lo define es dispersión. Una casa aquí. Otra allá. Dos casas más por asullá. La iglesia y otras dos casas por este otro lado. Y poca cosa más. Eso sí, todas las casas, todas las tapias, incluso la iglesia eran de esa piedra color miel tan característica de estos parajes, rematadas por un tejado de pizarra.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
BIBURY
BIBURY
Encontramos sitio para aparcar junto a la iglesia, Saint Mary Church. Buen lugar para empezar a abrir boca. Todas las iglesias de los Cotswolds son parecidas. Rodeadas de un pequeño jardín en el que se plantan a partes iguales, enormes árboles y lápidas de piedra. Unas iglesias son un poco más grandes, otras un poco más pequeñas; pero todas parecen cortadas con el mismo patrón. Pero al mismo tiempo son muy diferentes entre sí.
Ésta en concreto es una mezcla de estilo normando y gótico ingles. Más normada que gótica. Con una torre cuadrada y una apariencia bastante robusta. Por dentro me pareció muy curiosa. De tres naves, con el techo artesonado de madera. Hasta ahí nada nuevo. Lo curioso es que la nave central parecía dividida en dos. Una parte era la nave central propiamente dicha, y la otra el altar mayor, que era casi tan grande como la nave principal. A medida que fuimos visitando iglesias, me di cuenta que esa rareza no era tal. Muchas de las iglesias que vimos tenían esa misma estructura.
Y otra cosa que me llamó la atención fue su tamaño. No es que sea especialmente grande, de hecho es más bien pequeña. Pero si uno se para a mirar lo que es pueblo, resulta exagerada. Viendo el número de casas, creo que todo el pueblo cabe en la iglesia. Y todavía quedaría sitio para algún que otro invitado.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
BIBURY
BIBURY
Este pueblo está considerado como uno de los más bonitos de Inglaterra. Qué queréis que os diga, a mí no me pareció para tanto. No es que sea feo. Pero esa estructura tan dispersa a mi personalmente no me llama la atención. Está bien, sí. Pero decir que es de los más bonitos de Inglaterra me parece excesivo. Para mi gusto, el resto de pueblos que visitamos ese mismo día tuvieron mucho más encanto.
Volvimos al coche con la firme intención de seguir haciendo camino. Pero al girar la primera curva, nos encontramos junto a la orilla de un río, coches aparcados y gente paseando. Y nosotros que somos unos linces lo vimos claro. Allí se cocía algo. Si es que no se nos escapa una. Aparcamos en el primer hueco que vimos, y a seguir a la gente que paseaba por la zona. El paseo nos llevó a un criadero de truchas. Amagamos con entrar, pero al llegar a la puerta resultó que había que pagar. Vamos a ver; no me importa pagar por visitar algo interesante, pero pagar por ver cuatro piscinas y un montón de peces nadando amontonados me pareció fuera de lugar. Media vuelta y a continuar con el paseo por un sendero junto a un pequeño canal. Bonito y muy tranquilo. El sendero finaliza junto a una hilera de nueve casas con las fachadas frente al río, conocidas como Arlintong Row. Nueve casas adosadas de piedra color miel, con tejado de pizarra. De una altura, formando el tejado una buhardilla. Muy pintorescas.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
BIBURY
BIBURY
Subimos la cuesta que hay a mano derecha. Más de lo mismo, unas pocas casas desperdigadas junto al camino. Y eso era todo, el camino continuaba pero en esta ocasión no teníamos pensado realizar ninguna caminata. Así que media vuelta y de nuevo para abajo. Pasamos frente a las casas de Arlington Row, cruzamos el río y al coche.
Siguiente destino, Stow on the Wold. 24 kilómetros que nos merendamos en media horita. Un inciso. Tendríamos que haber ido primero a Bourton on the Water, pero un error al introducir los nombres en el GPS nos condujo a Stow on the Wold.
Stow es un pueblo bastante bonito de casas de piedra color miel. Muy homogéneo. Todas las casas tienen un estilo similar. Supongo que el hecho de que todas sean del miso color ayuda mucho. Pero al mismo tiempo todas tienen detalles que las diferencian.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
STOW ON THE WOLD
STOW ON THE WOLD
Encontramos un par de huecos al final de High St., y como no somos egoístas nos quedamos solo con uno. Y ya que habíamos aparcado en un extremo de High St, empezamos por esa calle. La recorrimos toda, todita, toda. Poquito a poco. Sin prestar una especial atención a nada en concreto. Simplemente disfrutando del conjunto. Mentira, si que nos detuvimos en un punto, en el cruce con Union St. En ese lugar se encuentra The Porch House, de la que había leído que era la posada más antigua de Inglaterra. No es que tuviera nada que llamara la atención, simplemente paramos por curiosidad.
Al llegar al final de calle nos desviamos a la derecha. Acabamos junto a Saint Edwards Church. Un jardincito sembrado de losas de piedra. Una bonita iglesia de piedra color ocre con una torre cuadrada. Una mezcla de estilo normando y gótico inglés.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
STOW ON THE WOLD
STOW ON THE WOLD
Aquello era como un dejavu. Esa iglesia ya lo había visto antes. O tal vez nos habíamos traslado al pasado. Exactamente habíamos retrocedido 24 kilómetros. Y si por fuera se parecía a la iglesia de Bibury, el interior se parecía todavía más. Tres naves separadas por columnas, y esa extraña separación entre la nave central y el enorme altar mayor. Tal vez en ésta hubiese más vidrieras. Y en las naves laterales una distribución un tanto irregular. Pero si me llegan a llevar allí con los ojos cerrados hubiera jurado que estaba en Bibury.
Siguiendo la misma calle que nos había llevado hasta la iglesia acabamos en la plaza del Ayuntamiento o como la llaman ellos, Market St. Una plaza encantadora en la que como no, destaca el ayuntamiento situado en medio de la plaza. Por cierto, la oficina de información turística está justo al lado. Esa plaza es uno de los rincones con más encanto del pueblo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
STOW ON THE WOLD
STOW ON THE WOLD
Me estaba gustando ese pueblo. Así que por qué no verlo con más detalle. Nos salimos de las calles principales y nos metimos por la parte de atrás. Fallo garrafal. No se parecía en nada a lo que habíamos visto unos momentos antes. Feo de narices, así que volvimos de nuevo hasta Market St y de ahí al coche. Para ello retrocedimos hasta High St por uno de los típicos callejones que tanto abundan en este pueblo. Pasamos de nuevo junto a The Porh House y se acabó Stow on the Wold.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
STOW ON THE WOLD
STOW ON THE WOLD
Me pareció un pueblo encantador. La St Andrew’s Church es de las más bonitas que pueden verse, sobre todo la puerta norte con los dos árboles que la flanquean. Y Market St es una de las plazas más bonitas que vimos. Un pueblo con rincones encantadores.
Y ahora a por Bourton on the Water. Retrocedimos 6 kilómetros. Aparcamos en el centro, junto al río, aunque antes tuvimos que dar dos o tres vueltas. No resultó sencillo aparcar. Pero el que la sigue la consigue. Y allí estábamos, frente al rió. De no más de dos palmos de profundidad. Pero aun así un lugar precioso. Lleno de turistas; pero precioso. El río que cruza el pueblo, atravesado por varios puentes de piedra, y casas de piedra a ambos lados. De postal.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
BOURTON ON THE WATER
BOURTON ON THE WATER
Pero lo primero es lo primero. El pueblo será muy bonito, pero yo con la tripa vacía no voy a ningún lado. Así que a buscar donde comer. Los primeros restaurantes en los que entramos estaban llenos. Acabamos en una tetería, “The Village”. Pedimos una jacket potato de queso con guarnición, un Tradicional Cottage Pie (pastel de carne picada y puré de patatas) y un agua. El pastel de carne flojillo. La jacket potato, pues eso, una patata al horno, poca cosa más se puede decir. Una comida bastante floja, que por lo menos fue barata, 16,10 GBP. La verdad es que vimos varios restaurantes que tenían mejor pinta que el sitio donde comimos, pero estaban llenos y la cuestión era llenar el buche rapidito.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
BOURTON ON THE WATER
BOURTON ON THE WATER
Ahora sí, ya podíamos dar un paseo. Para empezar una vuelta a la plaza, cruzando el río en dos o tres ocasiones por los puentes de piedra que hay cada pocos metros. Y caminando, caminando, nos salimos de la zona central. O por lo menos de la zona transitada. Seguimos paseando junto al río por una zona mucho más tranquila. Sin apenas gente. ¡Qué bueno!. Tal vez ese lugar no tenga tanto encanto como la parte central del pueblo, pero incluso así sigue resultando increíble. Media vuelta y de nuevo al centro.
¿Qué más puede verse aquí?. El Ayuntamiento. Otro rincón con encanto. Y sin darnos cuenta, volvíamos a estar junto al río. No podíamos irnos sin dar una última vuelta. Resulta casi imposible abstraerse al encanto de ese rincón.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
BOURTON ON THE WATER
BOURTON ON THE WATER
Sin ninguna duda el pueblo más bonito de todos los que visitamos. A menudo se le acusa de ser excesivamente comercial. Acusación irrefutable. Pero lo que tampoco admite discusión es que el pueblo es precioso. Si tuviese que quedarme con un solo pueblo, sin duda sería éste.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
BOURTON ON THE WATER
BOURTON ON THE WATER
A por el próximo, Chippin Campdem a 23 kilómetros. Pero antes una sorpresa. Nada más salir del pueblo nos quedamos atascados en medio de la carretera. Algo pasaba, por esas carreteras apenas hay tráfico. Pronto lo descubrimos. Una partida de caza. Con sus perros, sus caballos, sus escopetas, sus jinetes con chaqueta y traje de gala. Una montería en toda regla. Los pueblos son muy bonitos, pero están ahí todo el año. En cambio una partida de caza como esa no se ve cada día. ¡Que pasada!. Solo faltaba el zorro. Aunque casi mejor no haberlo visto. Espero que haya podido escapar.
Al llegar a Chiping Campden paramos nada más ver las primeras casas en la entrada del pueblo. Había dos casas con tejado de paja. Más típico que eso imposible. La mayoría de viviendas han sustituido los tradicionales tejados de paja por tejados de pizarra. Algo que puedo entender. No soy un experto en tejados, techumbres y sobretechos, pero a mi modesto entender debe de resultar mucho más sencillo el mantenimiento de un tejado de pizarra que el de uno de paja. Yo lo tengo claro. Si los guiris quieren tejados de paja que vengan ellos a encargarse del mantenimiento. Pero si el trabajo me lo tengo que comer yo; pizarra; que seguro que da menos problemas.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
CHIPING CAMPDEN
CHIPING CAMPDEN
Aclarado esto, y como en esos momentos actuaba como guiri y no como propietario de una vivienda, lamenté profundamente que hubiera tan pocos tejados de paja. En realidad son iguales que los de pizarra. Iguales en la forma y en la inclinación, que no en los materiales. Hasta el color es similar, ya que la paja adquiere un color gris oscuro.
Las fotos de rigor para cumplir el expediente, y al centro, donde está lo realmente importante. Aparcamos junto a St James Church, a unos pasos de High St., un buen lugar para empezar. La recorrimos enterita. Hasta el final. Pasando por los puntos más relevantes, como el Market Hall o el Town Hall. También pudimos ver la única casa con la fachada de entramado de madera. Toda una rareza por estos lares.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
CHIPING CAMPDEN
CHIPING CAMPDEN
La calle tiene un trazado peculiar. Varias isletas ocupadas por los edificios más relevantes en el centro de la calle que las rodea por ambos lados, para volver a estrecharse a continuación hasta llegar a la próxima isleta.
Casi al final se encuentra St. Catharine’s Church. Una iglesia no muy grande con el característico color miel de todas las construcciones de la zona. Por desgracia estaba cerrada. Solo pudimos ver el interior a través de un cristal. Me pareció más sencilla que las que ya habíamos visto.
Avanzamos un poco más pero no tardamos en dar media vuelta e iniciar el camino de regreso. Por High St. como no. Y es que esa calle no solo es lo mejor del pueblo, es de lo mejor que puede verse en los Cotswolds. Entonces, porque no volver a disfrutar de esa maravilla.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
CHIPING CAMPDEN
CHIPING CAMPDEN
Al llegar a la altura del coche no nos detuvimos, seguimos un poco más hasta llegar a St. James Church. Una iglesia de un tamaño ya considerable. Otra mezcla de estilo normando y gótico inglés. La diferencia es que en este caso predominaba este último estilo. Por lo demás nada nuevo. Un jardincito infestado de lápidas. Una enorme torre cuadrada. Y paredes de piedra color miel. Bueno sí, esta iglesia tiene un detalle diferente. Entre el portal de entrada al recinto y al pórtico de la iglesia hay un pequeño camino flanqueado por unos gruesos cedros. Unos árboles muy curiosos. No tenían hojas, y en la parte superior les nacían unas delgadas ramas que parecían pelos. Muy mal peinados, por cierto. La vista de la avenida flanqueada por los árboles con la iglesia al fondo es para no perdérsela.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
CHIPING CAMPDEN
CHIPING CAMPDEN
Ya era un poco tarde, por lo que esta iglesia también estaba cerrada. Me quedé con las ganas de verla por dentro. Con esto dimos por finalizada la parada en Chippng Candem
Me encantó este pueblo. Sobre todo High St. Es una de las calles más bonitas que he visto. Y no me refiero solo a los Cotswolds. Casas con fachadas de piedra color miel y tejados de pizarra. Solo una casa rompe el conjunto. La casa con fachada de entramado de madera. Y no queda mal ese toque de color blanco en medio de tanta piedra. Es uno de los conjuntos mejor conservado que he visto. Todas las casas son diferentes, pero nada rompe la armonía, nada rompe el conjunto. Y no es porque todas las construcciones sean de la misma época. Al menos a mi no me lo parecieron. Había fachadas que parecían tener muchos años. Pero también las había bastante nuevecitas. Aun así, ninguna desentonaba. Había leído que es una las High St más bonitas que pueden verse. Por mi parte lo único que puedo hacer es corroborar esta afirmación.
Cuando dejamos atrás Chipping Candem ya era casi de noche. Tras 8 kilómetros llegamos a Broadway. Por culpa de unas obras habían cortado varias calles. Imposible llegar motorizados hasta High St. Aparcamos en una de las calles cortadas por las obras y a seguir a patita
En estos pueblos no hay que romperse mucho la cabeza. Siempre hay que ir directos a High St. Todo lo importante suele estar allí. Y si no, no andará muy lejos. Y eso hicimos nosotros, ir a por High St y recorrerla de arriba abajo. Si algo saqué en claro de esta parada es que en estos pueblos el presupuesto no se lo gastan en iluminación. Y eso que al estar todavía en periodo navideño, durante el paseo dispusimos de unas cuantas luces de colores extra.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
BROADWAY
BROADWAY
High St me pareció bastante bonita. No salimos de esa calle, salvo para ir al coche, por lo que no puedo opinar del resto del pueblo. Pero creo que merece la pena dejarse caer por ahí.
Si tuviera que elegir entre Chipping Candem y Broadway, no lo dudaría, me quedo con Chipping Campdem. Pero que conste que Broadway también me gustó bastante.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
BROADWAY
BROADWAY
El día ya no daba para más. Lo único que podíamos hacer a esas horas era volver al nido. Pero me resistía a que aquel bonito día terminase. ¿Dónde podemos parar de vuelta al B&B?. En Lower Slaughter a 24 kilómetros de Broadway en dirección sur. Un ligero desvió que no nos causaría un grave trastorno.
Si en Broadway la iluminación era escasa, en Lower Slaughter podría definirse como inexistente. Unas luces en la entrada del pueblo y sanseacabó. No se veía nada. Me pareció intuir que el pueblo está alineado a ambas orillas de un pequeño río. La idea parece interesante, pero como no vi nada no puedo dar información sobre como han desarrollado la idea, que al final es de lo que se trata. Lo que si me quedó claro, es que el pueblo es bastante pequeño.
Con tan poca luz no merecía la pena parar. No íbamos a ver nada, y lo único a lo que nos exponíamos era a acabar en remojo tras uno de esos tropezones tontos. Y es que según mi mujer soy un consumado experto en tropezones y resbalones. Infundios y mentiras destinados a desacreditarme. Además, un poco antes de llegar al pueblo se había puesto a llover. Otro motivo para no parar.
Por cierto, no dejó de llover en toda la noche. Suave, pero lluvia al fin y al cabo. Y conducir por la izquierda, por carreteras secundarias con un ancho bastante ajustado, y además lloviendo, no es lo más divertido que he hecho en Inglaterra. Gajes del oficio. Fueron 40 kilómetros de una circulación lenta. No quería acabar en una cuneta. El buen estado de las carreteras, de todas por las que circulamos, ayudó a evitar el fatal desenlace.
A las seis y media estábamos de vuelta en el B&B. Descansamos un rato en la habitación y a las siete y media salimos a cenar. Desde el B&B se puede ir perfectamente andando al centro del pueblo. Pero con el frió que hace en ese pueblo, lo de salir a la calle hay que pensárselo por lo menos dos veces. Y teniendo un coche en la puerta para que pasar frío a lo tonto. Decidido, vamos en coche.
Aparcamos en el centro y nos encontramos con un panorama desolador. Parecía el escenario de una película ambientada en un futuro postnuclear. No se veía ni un alma. Casi todos los restaurantes y pubs estaban cerrados. Y lo que es peor, los pocos que estaban abiertos no servían comida. El primero. No, hoy no servimos cenas. El segundo. No, no tenemos nada. El tercero. No, lo siento. ¡Huy, huy, huy, a que hoy no cenamos!. Acabamos cenando en el único restaurante abierto, un indio, el Rafu’s Restaurant en High St. No somos muy aficionados a este tipo de comida, pero cuando no hay otra cosa.
Para empezar nos preguntaron si queríamos un no sé que. Algo indeterminado. Tanto podía ser comida, como bebida, como un armario de tres cuerpos. Con un par de pelotas dijimos que sí, que nos lo trajeran. ¡Insensatos!. Hacer eso en el restaurante de al lado de casa puede tener su gracia. Pero en un indio, es una osadía que roza la locura. No salió del todo mal. Nos trajeron una oblea, y siete salsas y condimentos diferentes para comer con la oblea. Unos dulces, otros picantes, y otros que eran las dos cosas a la vez. Para todos los gustos.
Después yo pedí pollo a la no sé que. El pollo era pollo. El no sé cuantos era una salda roja. Espesa. No sé; nunca había visto una cosa así. Lo que si sé, si es posible, es que preferiría no volver a verla nunca más. Eso pasa por pedir a lo loco. Y el sabor, pues sabía a ……, a…….., a pollo con salsa roja. Yo que sé a que demonios sabía aquel mejunje. Nooooooooooo me pongáis nervioso haciéndome recordar cosas desagradables. Mi mujer, mucho más sensata que yo; buscó y rebuscó en la interminable carta algo que pudiera ser aceptado por sus papilas gustativas sin miedo a perder el sentido del gusto. Y lo encontró, un cóctel de gambas, que supo precisamente a eso, a cóctel de gambas. Menos mal. Por si a alguien no le ha quedado claro, mi mujer es poco amiga de comidas exóticas y sabores extraños.
Nos cobraron 20,60 GBP: No me pareció caro la verdad. Salimos llenos. No puedo decir que nos gustase, sería mentira. Pero tampoco puedo decir que estuviera tan malo. Simplemente no nos gustan las comidas exóticas.