Salimos de Wilderness y nos desviamos tierra adentro. La altura de George para tomar la ruta del desierto y del vino
Es increible como cambia el paisaje una vez que se cruzan las montańas que bordean la costa. Allí se pasa de un verde intenso dado por la inmensa vegetación, a una zona árida, más desertica con valles y montańas que también tiene un paisaje maravilloso.
En el camino se pasa por Outshoorn, que es un sitio característico por sus ganjas de cría de avestruces.
Visitamos una de ellas, la High Gate Ostrich Farm. Allí nos mostraron todos los usos que se le dan a los avestruces, del que se utilizan sus plumas, carne, piel y huevos.
Pudimos sostener algunas de las crías, y los mas osados montaron a un avesteuz adulto.
La visita finaliza con una carrera de jinetes locales.
Si bien es una visita armada para turistas, debemos reconocer que fue bastante instructiva y divertida.
Si no se tiene ganas de hacer estas visitas armadas para turistas, hay que decir que a lo largo de toda esta ruta se ven avestruces por todos lados.
De allí seguimos por la ruta 62, que atraviesa ese desierto casi en forma paralela d la N2 de la ruta jardín y paramos unos momentos en un famoso bar de motoqueros llamado Ronnies Sex Shop, que aparentemente se ha hecho popular porque sus visitantes suelen dejarle camisetas y ropa interior que el dueńo tiene colgadas en el local.
El paisaje de esta ruta es muy bonito.
Hay que decir que todas las rutas que transitamos, aún los pequeńos caminos de montańa están en muy buen estado y bien seńalizados. El mapa de Garmin que compramos de Africa funcionó también a la perfección en nuestro GPS.
Por la tarde llegamos a la Orange Grove Farm. Son unas hermosisimas cabańas ubicadas en el medio de un vińedo cercano a Robertson, en el medio de la ruta del vino.
La granja tiene un olivar y un vińedo jovenes, y profucen además cremas y otros productos de belleza.
Nos aprovisionamos en el supermercado de Robertson luego de hacer una larga caminata por la zona y nos fuimos a cenar a la cabańa disfrutando de la hermosa vista tomando dos vinos blancos que produce la granja, que, si bien no son excelentes, tuvieron el encanto de consumirlos en su lugar de origen .