4º DÍA: VALLE DE LAS MIL FLORES – IGALIKU
Por la mañana regresamos a Narsasuaq, recogimos el resto del equipaje y nos dirigimos al puerto. Allí nos recogió un barco, la primera parte del día era navegación. Empiezan a aparecer los primeros icebergs. Un espectáculo de bloques de hielo del tamaño de una casa, de un color entre blanco nuclear y azul eléctrico.


Desembarcamos en medio del campo, en otro fiordo, únicamente se vislumbraba una casita roja en la colina. Cargamos las maletas en un quars con remolque y emprendimos la marcha cruzando el fiordo. Entrando en las montañas aparece un paisaje verde salpicado de lagunas, que en otras épocas del año son bloques de hielo.
Entonces aparece la otra orilla, se veían unas poquitas de esas casa rojas repartidas sin mucho orden. Hemos llegado al pueblo de Igaliku, un pueblo de no más de 80 habitantes. En Igaliko estaba la sede episcopal de los vikingos groenlandeses, que eran todos cristianos.

Nos alojamos en un albergue precioso, muy limpito con pequeñas habitaciones de 2 camitas. Llevábamos tres días sin ducharnos y eso fue lo primero que hice. Te das cuenta de cómo echas de menos las cosas que tienes normalizadas y desvalorizadas en tu vida cotidiana.
5º DÍA: IGALIKU – QAQORTOQ
Nos recoge nuevamente un barco que nos lleva a Qaqortoq,
Qaqortoq es la cabecera del Municipio de Qaqortoq que, aparte del mismo pueblo, incluye tres asentamientos pequeños. Fue fundada por el comerciante noruego Anders Olsen en 1775. Posee la única fuente de Groenlandia situada en la plaza junto al puerto donde los pescadores llegan cada día a vender sus capturas en la lonja

Nos alojamos en otro albergue, realmente es una residencia de estudiantes que en verano hace de albergue para turistas. Por la tarde visitamos el pueblo y por la noche, tras la cena, una cervecita en el bar del pueblo.