RIGA ✏️ Diarios de Viajes de Letonia

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DIA 5

Debido a que había algunas líneas de tranvía fuera de servicio en Tallin y que el bus con Lux Express a Riga salía a las 10 de la mañana, preferimos ir a la estación en taxi.

Desde el hotel se encargaron de llamar el día anterior a una compañía de confianza, para que nos recogiese a la mañana siguiente. El trayecto nos costó 5,40 euros con taxímetro y tardamos unos 15 o 20 minutos en llegar a la estación de autobuses, que es pequeñita, nueva y muy práctica.

Los billetes comprados online sirven como billete de viaje, así que es muy cómodo, puesto que solo tienes que enseñar tu bono impreso y montarte al autobús. Como os comentaba al principio del diario los estándares de esta compañía son muy altos: wifi gratuito, botellas de agua, y un autobús totalmente nuevo con asientos muy cómodos.

Gracias al wifi y al ipad el viaje se nos pasó rápido, a pesar de que son 4 horas y media por una nacional y el viaje es aburridillo, todo el país es super llano y todo el camino es a través de paisajes boscosos, muy bonitos pero monótono.

Llegamos a Riga sobre las 14.30 de la tarde con un hambre enorme, así que nos compramos dos empanas “quita hambre” y dos refrescos en una cafetería antes de dirigirnos a nuestro hotel.

El A1 Hotel se encuentra a unos 900 metros de la estación de trenes de Riga donde cogeremos el tren a Jurmala y a unos metros más de la de autobús a donde tendremos que volver para partir hacia Vilnius, el centro histórico más monumental se encuentra a la misma distancia.

Por esto, el A1 nos pareció una opción muy práctica viendo los traslados que tendremos que hacer, y fue una decisión acertada. Igual que el de Tallin no tiene una fachada muy bonita, pero la habitación que nos dieron en la última planta estaba recién renovada y descansamos muy bien, igual que en Estonia, el desayuno del hotel era simple pero todo estaba rico: de nuevo lo típico tostadas, cereales, zumos, algunos platos calientes y dulces. Me ha sorprendido que al contrario de lo que esperaba, tanto en Riga como en Tallin los hoteles tenían el buffet del desayuno hasta las 10 entre semana y 11 en fín de semana, por mi fantástico porque odio levantarme temprano, pero no me lo esperaba en el norte de Europa.

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A pesar de que el hotel está cerca tanto del centro y como las estaciones y se puede ir andando perfectamente , también hay varias líneas de bus, tranvía o trolebús que llevan a cada sitio.

El billete sencillo en Riga, tiene un precio de 2 euros, comprando el ticket al conductor, pero existe la tarjeta recargable Yellow Ticket. Con esta opción sale el ticket individual a 1,15 euros y el bono de 10 viajes a 10,90e, igualmente el bono de 24horas cuesta 5 euros.

Como veis pensando que el esguince mi iba a dar lata y me lleve los transportes públicos bien estudiaditos , pero a partir de este día empecé a notarme mucho mejor y gracias a dios pude empezar a ver las ciudades como a mí me gusta, andando todo lo posible.

El planning en Riga, fue un poco distinto al que solemos hacer cuando viajamos, solemos empezar por lo más importante y monumental y según el tiempo disponible vamos organizando el resto de cosas más secundarias, pero como en Riga contábamos con dos medios días y un día completo en medio, pues decidimos utilizar el día entero para ir a Jurmala, por aquello de evitar salir fuera de la ciudad cuando tenemos otro traslado ya reservado, siempre puede haber algún retraso o imprevisto del transporte de vuelta a la ciudad y hacernos perder el siguiente.

Así que tras hacer el check inn y deshacer un poco el equipaje nos dirigimos en el tranvía 6 a una de las zonas de Riga que más me llamaban la atención, y más interés tenía por ver: el barrio del Art Noveau de finales del S XIX .

Hicimos el siguiente recorrido:

- Final Avenida Elizabetes, ya pegado al castillo y al río, empezamos el paseo aquí y comenzamos a subir la avenida por el barrio de las embajadas, dejando a nuestro paso edificios art noveau increíbles, que la mayoría hoy en día son edificios diplomáticos.

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- Calle Rupniecibas

- Calle Strelnieku

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- Calle Alberta

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De esta zona poco puedo decir, que es una pasada, poca gente se imagina que hay este tipo de arquitectura, tan esplendorosa y elegante en una ciudad como Riga, la cual mucha gente imagina gris y sin interés.

Me gustó muchísimo esta zona ,es curioso pero mis corrientes favoritas en cuanto a pintura, arquitectura etc coinciden en fechas: impresionismo, art noveau, arquitectura colonial…Que pena que a una época tan colorista, alegre y transgresora le siguiese otra tan bélica y destructiva.

Continuamos la tarde visitando los puntos de interés que bordeaban el centro histórico:

- Parque de Esplanade con Catedral Ortodoxa en la mitad, es bonita pero me gustaron más la de Tallin o Helsinki.

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- Monumento a la Libertad: inaugurado durante la pequeña etapa de independencia Letona en los años 30, en la actualidad es un punto neurálgico de la ciudad, y el domingo que estuvimos los alrededores estaban llenos de gente joven debido a un campeonato de baloncesto que estaban celebrando en la plaza.

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- Parque Bastejkalns con el canal Pilsetas. Este tipo de cosas en las ciudades del resto de Europa, son las que envidio y echo en falta en nuestro país, es un ejemplo de civismo y buen hacer del gobierno local, el poder encontrar este parque con tanto encanto en pleno centro. Está perfectamente cuidado, con un pequeño canal que es posible recorrer en barco y cruza el parque, estaba muy animado con mucha gente paseando y echando la tarde aprovechando el día tan agradable que hacía. Además en el parque hay una placa que conmemorar a los que murieron durante las barricadas de 1991 en las que se luchaba por la independencia de Letonia.

- Opera Nacional en el extremo del parque.


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- Universidad de Letonia

- Biblioteca Nacional

- Berga Bazars: es una nueva zona comercial, de restaurantes y de ocio en el cruce de las avenidas Elizabetes y Marija. Es un antiguo conjunto de edificios del S XIX que han sido remodelados con mucho acierto, en las calles empedradas podeis encontrar tiendas y cafeterías con encanto.

Viendo que todavía estábamos con ganas y para hacer tiempo para la cena, subimos la avenida Brivibas Bulvaris, una de las arterias principales de la ciudad, pero bastante tranquila por ser domingo y con menos comercios y vida de los que esperaba. Subiendo la avenida llegamos a la Iglesia de San Gertrudes, una iglesia muy bonita y llamativa que se sale de los típicos recorridos turísticos.


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Después de descansar un poco , nos fuimos a cenar a la famosa cadena de comida típica Letona: LIDO.

Justo al lado de nuestro hotel vimos que había un restaurante Lido, y antes de iniciar el recorrido le habíamos echado un vistazo y nos dimos cuenta que era bastante pequeño. Cerca del Berga Bazars en la calle Dzirvanu, vimos otro mucho más grande y bonito y fue el que elegimos para cenar, hay otro en pleno centro pero con el nombre Alus Seta, aunque días después entramos por curiosidad y tenía muy poca variedad y los precios algo más altos del que habíamos ido nosotros.
Lido es famoso, por su decoración tradicional, por tener comida típica letona en forma de self service, pudiendo ir eligiendo los platos que te llamen la atención y también por sus bajos precios.

Tenía bastantes ganas de conocer este sitio, y la verdad que me decepcionó un poquito. Fue realmente barato: dos refrescos, dos platos de comida y dos porciones de tarta de postre fueron un poco más de 16 euros,. Aunque hay sitios a precios similares y con mejor calidad en Riga, no sé pero la comida no me pareció gran cosa y el sistema de elegir la comida ( unos 4 euros cada opción) y por separado la guarnición (unos 3 euros aprox) pues daba como resultado un plato un poco escaso al contrario de lo que puedas parecer, las tartas si estaban ricas y a 1,25E la porción, pero es que en Letonia la pastelería, bollería etc es simplemente fantástica, en cualquier esquina vais a ver pastelerías dignas de cualquier avenida parisina y a precios irrisorios!

Después de cenar tranquilamente a descansa que al día siguiente nos esperaba Jurmala!



DIA 6


Desde Riga, hay varias opciones para poder hacer excursiones por los alrededores de la ciudad, nosotros elegimos Jurmala por las fotos que habíamos visto con playas tranquilas, rodeadas de pinares entre un pequeño enclave turístico de mansiones de madera del SXIX, nos llamó la atención y lo preferimos al resto de excursiones cercanas, ya que en otros viajes hemos visitado cosas más parecidas.

El día amaneció muy apropiado con 23-24 grados y un sol potente, que nos permitió ir todo el día en mangas cortas e incluso a rato nos arrepentimos de no habernos llevado el bañador…

Al contrario que en la mayoría de desplazamientos en los tres países ex soviéticos, para ir a Jurmala se recomienda hacerlo en tren desde la estación central de Riga.

Existen minibuses que parten desde la estación de autobuses pero su horario es más irregular y son realmente pequeños, las frecuencias del tren son cada 20 minutos- media hora y el billete de ida y vuelta son 2,73 euros. En la ventanilla podéis pedir el billete directamente a Jumarla, pero tenéis que estar pendiente en los andenes y cuando vayáis pasando estaciones, ya que Jurmala es realmente un conjunto de pequeñísimas poblaciones, por lo que no hay ninguna parada con ese nombre.

Os sirve cualquier tren que vaya en dirección Dubuti, Slova, Klemeri o Tukums. Y la parada de tren más céntrica de Jurmala y donde os recomiendo bajaros es Marjori, deja en la calle principal del pueblo.

A media mañana ya estábamos en Jurmala, después de media horita de viaje en un tren algo antiguo y donde pasamos un poco de calor, el plan más recomendable en Jurmala es pasear y disfrutar tranquilamente del pueblo y de sus playas.

Hay una oficina turística junto a la estación donde proporcionan mapas, e incluso en los mapas que proporcionan en Riga de la ciudad, ya incluye un apartado sobre Jurmala, pero sinceramente al final nos dedicamos a pasear tranquilo sin ir buscando cada punto de interés, os los iréis encontrando por la calle principal Jomas Iela y en el mismo paseo de la playa.


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Jomas Iela es una calle peatonal, muy entretenida y animada, rodeada de pequeñas cafeterías restaurantes, y tiendas. Todas las casas son de madera y aunque está rodeado de mansiones de veraneo clásicas, los precios son bajos y es una estupenda opción ir andando tranquilamente y tomarse algo por el camino antes de llegar al final de la larga calle.




Nos dirigimos luego a la playa, a pesar de ser un día entre semana nos encontramos con una imagen totalmente inesperada.


Primero porque era un playa fantástica! Arena blanca y fina, una playa con una extensión enorme de aguas tranquilas y lo que más nos sorprendió es la cantidad de gente y servicios que hay, vamos una playa como las de España con sus chiringuitos, sitios donde alquilan hamacas, kioscos de helados, beach clubs… había leído que era un sitio popular, pero sinceramente no me imaginaba una playa así “tan vivible” en Letonia, aunque había gente para nada estaba insoportable, dimos un largo paseo por la orilla ( el agua no estaba nada fría!!) con un poco de envidia por no habernos traído el bañador.

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Por el camino se van intercalando densos pinares con las mansiones de fondo y al final el famoso edificio del balneario de Jurmala. Decidimos comer al solecito en uno de los chiringuitos de la playa ( con el fresquito que habíamos pasado en Tallin y Helnsinki!!), pedimos una especie de creps/empanadas locales rellenos de carne, un salmon a la plancha, unas brochetas riquísimas y dos cervezas…todo por 15 euros! Así da gusto!
( En la calle principal Jonas también hay un Lido muy bonito con mesas al aire libre por si preferís esa opción)

Después de comer dimos un paseo tranquilamente mientras nos dirigíamos a la estación, por la calle paralela a la playa ,para continuar viendo las preciosas casas de madera.

Nos ha gustado mucho Jurmala, muy distinto a los pueblos costeros que hemos visitado en otros países incluso a los de Suecia a los que pensábamos que se iba a dar un aire, tiene un ambiente muy tranquilo muy relajado y es muy agradable con el conjunto de mansiones , los pinares y el báltico de fondo.

Una vez de vuelta en Riga, decidimos dedicar la tarde a visitar la zona que se encuentra detrás de la estación de autobuses, el llamado Barrio “ Moscú” por haber una carretera que se dirige a esta ciudad y por haber sido tradicionalmente lugar de residencia de la comunidad rusa, aunque también fue barrio y gueto judío. Actualmente es un barrio algo decadente, con bastante solares y edificios algo deteriorados, pero a la misma vez es un barrio muy auténtico que sirve como contraste al elegante barrio del art noveau o al coqueto centro histórico.

Hay que ver en esta zona:

- Mercado Central de Riga: desde 1920 ocupa cinco hangares de zepelines que fueron abandonados por el ejército alemán después de la I Guerra Mundial. En el interior se venden los típicos productos de un mercado pero en los alrededores hay montados puestos con todo tipo de cosas. Por los artículos y la forma de vestir del público recordareis vuestra niñez, es mejor ir por la mañana, ya que cierra a las 17.00 y nosotros pillamos todos los puestos recogiéndose.

- Museo del Gueto de Riga: finalmente no nos acercamos por la hora

- Zona Spikeri, es un antiguo conjunto de antiguas naves industriales en la zona del barrio más pegada al Daugava, lo han reconvertido en una zona peatonal con cafes cools y con decoración original, pero todavía está empezando y no hay demasiados sitios en funcionamiento, todavía le queda tiempo para que esté al 100x100 la zona y resulte interesante.

- Academia de las Ciencias, para mi gusto lo más interesante de la zona. Es el llamativo edificio que se vé desde cada punto de Riga, también conocido como “ pastel de cumpleaños de Stalin” fue el primer rascacielos de la ciudad inaugurado a finales de los 50 en un estilo totalmente URSS. Además de ser muy chulo por fuera ,tiene un mirador en la planta 17 con unas vistas geniales de la ciudad. La entrada cuesta 4 euros, se paga al “conserje” que hay en la entrada, aunque creo que pagamos la novatada.
No hay un ascensor especial para el mirador y al ser un edificio de oficinas puede montarse cualquiera, una vez en la planta 17 no hay nadie que te pida el ticket ni hay personal en el mirador…vamos que podríamos haber subido directamente. Las vistas nos encantaron con la Torre de la Tv a un lado, el río Daugava y sobre todo la silueta del centro histórico. Creo que es una buena opción subir a este mirador en vez del de a la Iglesia de San Pedro, ya que te permite ver el centro y tiene más altura.

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- Iglesia de la Anunciación, una pequeña iglesia ortodoxa muy colorida

-Ruinas de la Sinagoga , muy muy en ruinas, prescindible.

Todavía nos quedaba tarde por delante y aunque al día siguiente no teníamos el autobús hasta las 18.00 nos daba miedo que el tiempo fuera justo y preferimos empezar a ver la parte del centro histórico más cercana a la estación. Aunque el día siguiente descubriríamos que el casco antiguo es muy pequeño y nos sobró hasta tiempo.

Dimos un paseo viendo:

- Calle Grenicieku hasta el final

- Casa Metsendorff

- Plaza del Ayuntamiento con :

Ayuntamiento de Riga

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Museo de las Ocupaciones : cierra a las 18.00 asi que volveríamos el día siguiente para verlo por fuera

Casa de los Cabezas Negras, un edificio impresionante que es uno de los iconos de Riga, viéndolo hoy en día tan imponente parece mentira que fuese destruido totalmente en la II G.M. y hasta finales de los 90 no fuese reconstruido.

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La plaza es muy bonita, así que aprovechamos para tomarnos un resfresco en una de las cafeterías de la plaza y echar un ratito disfrutando del entorno.


Continuamos callejeando por el entorno de la iglesia de San Juan, calle Skarnu Iela y el conjunto de patios que conforman Jana Seta y Konventa Seta, un antiguo covento cuyos patios se han restaurado y están hoy en día llenos de terrazas super agradables.


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Que vida tiene Riga! Tal vez no sea tan pintoresca y colorida como Tallin ni con tanto patrimonio religioso como Vilnius, pero es una ciudad súper animada! El centro está formado por calles adoquinadas con una mayoría de edificios del S XVIII Y XIX donde se mezcla el estilo renacentista con el art noveau, pero lo mejor son sus pequeñas plazas siempre llenas de gente local tomando algo con terrazas super curradas y sitio muy agradables!

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Continuamos por Kalku Iela hasta llegar al monumento a la independencia donde cogeríamos el tranvía 6 hasta nuestro hotel, donde hicimos una cena ligera. Así dimos por finalizado uno de los mejores días del viaje para mi gusto , tuvimos un poco de todo y lo que vimos nos había sorprendido muy positivamente! Una gran sorpresa Riga a pesar de los comentarios contradictorios que había leído.


DIA 7

Tras desayunar y dejar nuestras maletas en la recepción nos pusimos en marcha para conocer la otra parte del centro que nos faltaba.

Lo primer que hicimos es ir directamente a la Iglesia de San Juan y a la de San Pedro que ayer pillamos cerradas, la de San Juan es bastante bonita para lo pequeña que parece por fuera, pero en la de San Pedro cobran 9 euros por la entrada que nos pareció excesivo.

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Es verdad que incluye la subida a la torre, pero con las vistas desde la Academia de las Ciencias tuvimos bastante así que nos conformamos con ver la Iglesia desde el Hall ( en este punto ya habíamos visto bastantes iglesias en el viaje, pero la saturación máxima llegó con Vilnius!!)

Seguimos visitando la parte norte del centro:

- Plaza Livu con: Casa de los Gatos ,Gran Gremio y Pequeño Gremio

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- Catedral Dome , totalmente clausurada por obras

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- Casas Tres Hermanos

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- Plaza del Castillo de Riga, también en remodelación de cara a convertirse en residencia presidencial. En la plaza del Catillo frente a una pequeña iglesia católico hay un restaurante con una terraza preciosa y precios increíbles en el menú del medio día, había un montón de ejecutivos almorzando allí.

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Calle Torna Iela y sus alrededores:

- Iglesia Nuestro Salvador

- Catedral San Jacobo

- Parlamento

- Puerta Sueca

- Barracones de San Jacobo.


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Cuando nos habíamos dado cuenta en un ratito habíamos terminado de ver el centro de Riga y aún no teníamos hambre si quiera así que bajamos por la calle Smilsu Iela , plaza de la Catedral Dome hasta llegar al museo las ocupaciones.

La visita duro 1 h larga, es una visita libre y la entrada es por donativos, está muy bien el museo, muy dinámico, todo con pantallas y nada aburrido, aunque el contenido es duro y bastante triste. Soy de los que piensan que aunque sea duro si estas atrocidades no se recuerdan, las nuevas generaciones entre los que me incluyo, podemos caer en el error de olvidarlas o no darle su justa dimensión. A mismo que rondo los 30 me resulta increíble que estos países continuaran ocupados igual que tras acabar la II G.M cuando yo ya había nacido, por lo que defiendo totalmente la existencia de estos museos, en contra de los que opinan que es una forma de estancarse y dificultar olvidar el pasado.

Después del museo ya teníamos muucha hambre y decidimos comer sin prisas en la terraza que la cadena japonesa Tokyo tiene en la plaza Livu, por unos menús de 6 euros que consistían en una cantidad generosa de sushi, nagiris , sashimis y la omnipresente sopa miso comimos estupendamente en la terraza, no superamos los 15 euros los dos con bebida. Aunque tardamos bastante en traer los platos, pero la verdad que íbamos con tiempo de sobra. Ya se sabe que el sushi es una comida no muy pesada, así que hicimos hueco para entrar en una pastelería y probar otros fantásticos pasteles! Que ricos!

Como colofón a la visita a la ciudad cruzamos el puente para despedirnos del Daugava teniendo en frente la silueta del centro histórico, una bonita estampa!

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Cogimos el tranvía a nuestro hotel, recogimos las maletas, compramos algo para picar y a las 18.00 en punto salía nuestro autobús con la compañía Toks hacia Vilnius. Igual que el viaje hacía Riga duró unas 4h y media, también por nacional y con un paisaje bastante monótono solo pasando llanos. El autobús iba medio vacío y los asientos eran más anchos y cómodos aún que con Lux Express, el autobús super nuevo con Wifi y botellitas de agua, quedamos encantados con los dos trayectos que hicimos que pensábamos que se nos iban hacer mucho más pesados.

Finalizaba nuestra visita a Riga, la capital de Letonia nos había sorprendido para bien, con menos turismo y tal vez sin el encanto medieval que Tallin, pero una ciudad más grande y bastante más auténtica, con el encanto de mezclar un casco histórico cuidado, atractivo y súper animado con un antiguo ensanche del S XIX donde conviven edificios restaurados que han recuperado su esplendor con otros en los que aún es palpable el pasado comunista, muy presente a la misma vez en otras zonas de la ciudad. Espero que os guste como a nosotros.


¿QUE MÁS VISITAR DESDE RIGA?

Desde la ciudad se pueden visitar puntos muy interesantes que nosotros tuvimos que dejar de lado para poder visitar Jurmala:

- Palacio de Rundale. La mejor forma de visitar el palacio es ir en autobús hasta Bauska en un trayecto que durará una hora, y desde allí coger otro autobús que hace el recorrido Bauska – Plis en 15 minutos. Os encontrareis con un palacio muy muy bonito por lo que he podido ver en foto, solo 2 semanas antes que en Letonia habíamos visitado Viena por lo que ya habíamos tenido suficiente ración de palacios , lujos y opulencia imperial, por lo que preferimos Jurmala.

- Sigulda y Turaida, una visita bastante completa, donde podréis visitar Sigulda, el viejo Castillo, coger el telesférico a Krimulda y hacer un poco de senderismo. EL autobús a Sigulda dura una media hora y cuesta 2,5 euros. Si luego continuáis hacia Vilnius y vais a ir a Trakai puede que os resulte excursiones muy similares, nosotros preferimos quedarnos con Trakai.

- Colina de las cruces en la localidad de Siauliai, entre VIlnius y Riga.


OTROS SITIOS PARA COMER EN RIGA

De los sitios recomendados por otros viajeros nos quedaron por probar la famosa cadena CIli Pica (aunque lo haríamos después en Lituania) y el restaurante Pelmeni XL en la calle Kalku .

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