Ya estamos otra vez listos para otra caminata, fuimos a desayunar a la cafeteria del día anterior y listos para recorrernos las plazas y las fuentes más bonitas de Roma. También visitaremos iglesias y lugares como el Panteón, otro gran edificio romano.
Empezamos nuestra ruta pillando el metro hasta la parada de la Plaza de España, pero al llegar descubrimos que la iglesia situada al final de las escalinatas está siendo restaurada y le quitaba un poco de encanto al lugar. Por otra parte todas las fotos que habíamos visto de la plaza muestran un montón de flores en las escalinatas, ¿alguién sabe si aquello lo hacen algún día en particular? porque allí no había ni rastro de flores. Antes de empezar a subir escaleras vemos la Fuente de la Barcaza obra de Bernini, abarrotada de turistas igual que las escaleras. Nos esperábamos un poquito más de esta plaza, aún así es bonita.
Bajamos por la Via Sistina hasta la Piazza Barberini, en esta plaza tenemos dos fuentes, la Fontana del Tritón y la Fontana de las abejas, esta segunda un poco escondida y menos vistosa que la primera. Aquí ya nos estaban esperando nuestros amigos de los palos selfis para darnos los buenos días.
Desde aquí nos vamos hasta la fuente más conocida de todas, La Fontana di Trevi, aunque ya sabemos que está de obras

Esperamos no encontrarnos con más obras por el camino, callejeamos un poco y pasamos por Piazza Colonna y el Palazzo Montecitorio hasta llegar a la plaza del Templo de Adriano del que sólo se conservan sus once columnas.
A cada paso que damos nos sorprenden pequeñas plazas y edificios, como este callejón que daba lugar a un patio interior del que todavía no se su nombre.
Una de las iglesias que estaban en nuestra lista era la Iglesia de San Ignacio de Loyola, sus techos son de otro nivel y por primera vez vimos una falsa cúpula, de no haberlo sabido lo mismo ni nos damos cuenta.
A escasos metros de la iglesia llegamos al Panteón, para mí otro de los grandes edificios de Roma con una gran cúpula de hormigón y su enorme óculo que capta todas las miradas de los visitantes, tienes la misma sensación que cuando ves la luna llena y no puedes dejar de mirarla.
Después de esta visita nos fuimos a comer al restaurante 433 tienen un menú por 12,50€ muy recomendable, te incluye: vino, 4 bruschetas bien grandes para cada uno de entrante, un plato de pasta (nosotros pedimos carbonara y amatriciana, ambos espectaculares) más postre, al cual llegamos a punto de explotar y con todo el dolor de nuestra alma nos pedimos un café, el camarero nos insistió en que si queríamos nos lo preparaba para llevar pero es que nos iba a sentar mal, fue una decisión muy dura tener que decir NO a un postre en esta ciudad

Para descansar un poco y bajar la comida nos fuimos de nuevo a mi plaza favorita, Piazza Navona y nos dedicamos a hacer algunas fotos.
Mientras descansamos sentados en la escalinata de la iglesia decidimos que hacer con el resto de la tarde y tomamos la decisión de acercarnos al Trastevere y buscar una zona bonita para ver el atardecer. No teníamos intención de visitar esta zona en un principio pero habíamos visto más o menos todo lo que marcamos para el día de hoy y todavía eran las 16:30 de la tarde. Nos pusimos en marcha al Trastevere, cruzamos el río por el puente Sisto y nada más cruzar el puente descubrimos una Roma totalmente diferente, un barrio bohemio para perderse por sus rincones y tomarse unas copas tranquilamene en sus terrazas, eso fue lo que hicimos y por aquí me tomé el primer cubata del viaje, el gin tonic me sentó de maravilla para hacer la digestión

Aprovechamos la wifi del bar para buscar un lugar con vistas bonitas para ver el atardecer y encontramos por internet la Plaza Garibaldi, tras pasear un rato por sus calles comenzamos la subida al Parque Gianicolo. Una vez llegas arriba tendrás delante tuya las mejores vistas de toda Roma, no son comparables a la de los otros miradores, sin duda esta es inmejorable. Además son varios los miradores que encontramos, no os quedéis en el primero que veáis, os dejamos algunas fotos.
Si has visto un atardecer desde la Plaza Garibaldi en Roma no me cabe la menor duda de que te habrás enamorado de la ciudad hasta las trancas. Nos volvemos de nuevo a la zona del Trastevere, ya es de noche y hay un ambientazo, vamos en busca de la iglesia Santa María del Trastevere. La plaza en la que está ubicada es preciosa, tan bohemia como el resto del barrio y ya en el interior te encontrarás con unos frescos preciosos. Tuvimos la suerte de pillarla abierta porque había misa a las 20:30.
Estuvimos paseando un buen rato por las calles del barrio, las terrazas de los restaurantes son perfectas para una cena al aire libre.
Cuando me tomé el cubata en el bar también aproveché la wifi para ver dónde podíamos cenar y nos decidimos por el Carlomenta, que parecía que iba a estar muy bien, y digo parecía porque en esta ocasión nos llevamos un chasco. Como entrante nos pedimos un antipasto italiano que daba pena verlo, la presentación y la calidad de los productos brillaban por su ausencia. Nos pedimos una pizza de prosciuto y fungi que sí estaba rica. Pero lo peor fueron las caras largas de las camareras, a las que le pedí hasta 3 veces que me trajeran una cerveza y todavía la estoy esperando, también vimos como otra mesa devolvía varios platos y acababan marchándose y los platos que vimos a nuestro alrededor tampoco parecían gran cosa, fueron unos 23€. Nos fuimos bastante decepcionados con el lugar, pero no siempre vamos a acertar. De todas formas ya de vuelta al hotel volvimos a parar en Frigidarium para quitarnos el mal sabor de boca de la cena
