VIERNES 9 OCTUBRE DE 2015
Me gustaría decir que París nos despidió con lluvia y mal tiempo, pero el día amaneció soleado e ideal para ir a Disney. Queríamos aprovecharlo, pero entre el desayuno, terminar de recoger todas las cosas y guardarlo todo en el coche, acabamos llegando al parque a la misma hora que el día anterior. Bueno, quizás unos minutos antes que nos sirvieron para ver a Pluto y a Mickey y Minnie juntos, pero las colas ya estaban cerradas y nos quedamos con la miel en los labios. Pasamos los últimos minutos sentados en un banco disfrutando de los rayos de sol que nos despedían y, a las 12:15 salíamos en dirección al aeropuerto de Orly.
Tardamos 35 minutos más o menos y solo encontramos algo de tráfico en lo que pensamos que sería alguna de las entradas de París. Aunque el vuelo no salía hasta las 17:25, el coche teníamos que devolverlo a la 13:30 y además teníamos que poner gasolina.
Gastamos 17€ de combustible y el sitio para devolver los coches de alquiler estaba perfectamente indicado, así que no tardamos en encontrarlo.
No pudimos facturar el equipaje hasta dos horas antes de la salida del vuelo y, como las opciones de comida disponibles no terminaban de convencernos, acabamos comiéndonos un sándwich y un refresco del Relay del aeropuerto.
La terminal donde se encontraba situada nuestra puerta de embarque ere muy pequeñita y nos costó un poco encontrar un sitio libre para los 3, pero no estuvimos allí mucho rato, así que se pasó más o menos bien. Lo que sí que merece la pena ver son los baños, porque son una pasada.
Tuvimos nuevamente prioridad en el embarque, por viajar con la peque al igual que en la ida, pero en esta ocasión fuimos los primeros en entrar en el avión, y eso es algo que se disfruta mucho.
El vuelo salió en hora y llegamos a Málaga con 5 minutos de adelanto a las 19:35. Paula se pasó todo el vuelo dormidita. Tan solo nos quedaba recoger el coche del parking y un trayecto de unos 50 minutos hasta casa para poner punto y final a un viaje inolvidable.