Como dada mañana, temprano nos ponemos en marcha, desayuno y prepararnos para el día, nuestro tren salía a las 9:01h dirección Nuremberg, con un trasbordo en Ingolstadt.
Con muy buena puntualidad, a las 10:48h estábamos en Nuremberg Hauptbahnhof.
Salimos de la Estación Central, y justo frente a la misma se encuentra nuestro primer objetivo del día, Handwerkerhof, se trata de un recinto amurallado con ambiente medieval, lleno de tiendas de artesanía y varios restaurantes.
Sin prisas recorrimos su corto perimetro y disfrutamos del entorno, que te trasporta a otra época, muchas cosas curiosas para llevar de recuerdo, en madera, en cuero, en metal etc.
Estas imagenes van por los que se quedaron sin ver el interior de Handwekerhof, y para los que aun estais planeando vuestra visita.
Continuamos por la calle Königstrase, comiéndonos un cartucho de castañas calentitas; y en nuestro paso aparece Lorenzkirche.
Seguimos nuestra ruta y llegamos a Museumsbrücke, puente desde el cual cruzamos el río Pegnitz, y desde el que se pueden disfrutar de estampas preciosas del río y de los edificios colindantes, especialmente a nuestra derecha según la marcha Heilig Geist Spital, prácticamente sobre el río, el que fue un hospital, ahora se levanta un restaurante.
Todo el puente esta lleno de puestos de souvenirs, y mucha gente pasea por esta zona de la ciudad.
Llegamos a Hauptmarkt, muy espaciosa plaza donde se aglutinan innumerables puestos de alimentos, ropa, curiosidades, etc... y al fondo Schöner Brunnen, fuente con torre gótica, que encontramos cubierta de su protector armazón y una especie de andamio del que cuelga su silueta dibujada, para que no te vayas sin hacerte una ligera idea de su apariencia, una lastima.
Allí mismo se encontraba St. Sebald, que no visitamos, es la iglesia mas antigua de Nuremberg.
Unos metros mas adelante localizamos el que sería nuestro lugar para el almuerzo, Bratwursthausle, junto a la catedral, especialista en salchichas a su estilo, las famosas Rostbratwurste, luego os cuento.
Continuamos dirección Kaiserburg, fortaleza con castillo y torre; una vez en sus puertas comprobamos que había una manifestación al parecer de carácter ecologista, con pancartas y megáfonos.
De modo que pasamos sin visitar ni el castillo ni la torre; tampoco estábamos muy convencidos de entrar, y este imprevisto termino por disuadirnos.
Detalle del casco urbano en esta zona.
Bordeamos las murallas y terminamos en Tiergärtnertor, torre medieval continuando la muralla y en esta plaza encontramos Pilatushaus, Hase Hommage an Dürer, la que fue la casa de Alberto Durero, junto a una estatua en su honor.
Muy llamativo el entorno con varios cafes y cerveceras, con las típicas casas tirolesas.
Llegados a este punto, ya teniamos aviso de batería baja, de modo que o tomábamos un tentempié o volvíamos a buscar Bratwursthausle para dar en el clavo, y así hicimos.
Bien ahora os cuento, el local esta estratégicamente ubicado junto a la Catedral y en el paso turístico, tiene fuera una terraza, con preciosos árboles, y sus camareras van vestidas del traje regional típico, con su pechera descubierta.
No lo dudamos y entramos al interior a pesar de estar el día soleado.
Mejor una imagen que mil palabras, ya veis que tiene su chimenea con la parrilla a la vista de la clientela, el local es muy acogedor y el olor que te envuelve es sencillamente magnetico.
Tienen carta en español y puedes pagar con visa.
Nos pedimos 12 salchichas de su especialidad, con distintas guarniciones, un codillo u como no una cerveza Tucher, la de aquí Nuremberg.
Las salchichas las sirvieron en una bandeja de metal, muy rustico, y prácticamente se evaporaron, estaban riquísimas, las mejores hasta el momento.
Cuando llegó el codillo, nos dimos cuenta que era distinto a los de Munich, muy blanco claro es que estaba cocido; pues nos pusimos a deshuesarlo, y aquello comenzó a sorprendernos, la carne se deshacía como mantequilla, muy tierno y gelatinoso, el sabor era espectacular, al menos para mi gusto dejaba atrás el típico codillo asado al grill que ya conocíamos, un acierto del que aun se me hace la boca agua cada vez que lo recuerdo.
Después probé otra cerveza también de aquí, una Lederer Premium Pils, también muy buena como la anterior, quizás mas suaves que las de Munich.
Muy satisfechos dejamos el restaurante y callejeamos un poco siguiendo el mapa dirección a Weinstadek, con vistas magnificas sobre el río Pegnitz, un paseo ideal para echar las salchichas pa bajo..
Fuimos bordeando el río hasta la Torre del verdugo, con su puente de madera.
Estaba cerrada la torre para su visita, así que mirando las vistas del río, nos tropezamos con una cafetería que tenía una pinta estupenda, así que nos asomamos y su interior tenia aun mejor pinta, una cristalera repleta de tartas y pasteles nos terminó de convencer, y para adentro, su nombre: Cafe Am Trödelmarkt
Desde su comedor podías ver el río y varios puentes, mientras saboreábamos un chocolate, té y por supuesto esa magnifica tarta que generosamente nos sirvieron en cuña, tiramisu creo recordar. El local tenía una clientela algo selecta, el mas joven no creo que tuviera menos de 70 añetes, jeje, pero tampoco íbamos a hacer amistad ni hablar mucho con ellos; lugar muy recomendable.
Estas eran las vistas desde el interior de la pasteleria.
Al salir estábamos calentitos y restaurados, y tomamos dirección hacia Weise Turn, torre fortificada ubicada en una plaza muy concurrida Ludwigsplatz, junto a Ehekarussell Brunnen, curiosa fuente admirada por todos los turistas, parece escenificar las diferentes fases por las que pasa el matrimonio, un inicio jovial y feliz contrastado con un final catastrófico en el que aparecen figuras como la muerte y algún que otro extra.
Cuanto menos curiosa la perspectiva de su autor.
Junto a la fuente se encontraba St. Jacob, en la plaza de su mismo nombre.
Después de pasar un buen rato por estas plazas, recorrimos el camino a la inversa y atajamos justo para salir de nuevo por Museumsbrücke, con sus puestos y su magnifica vista del río Pegnitz.
De aquí cogimos de nuevo Königstrase que nos llevó hasta la Estación Central de trenes.
Cogimos el de las 17:10h; todos los día procurábamos tomar el tren cuanto antes, ya que la enseguida oscurecía, y queríamos estar ya en camino de vuelta o ya en Munich para aprovechar bien el día.
Sobre las 19:00h ya estabamos en Munich, y esta vez íbamos decididos a no dejar pasar la visita a una de las mas afamadas cerveceras, Holfbräuhaus, eso si, hicimos uso de nuevo de nuestra Bayern Ticket y nos acercó el metro hasta Marienplatz.
Al entrar a la cervecera hay que echar paciencia hasta que te ubicas y logras encontrar un hueco en alguna mesa.
Preferíamos el salón principal de la planta baja, donde esta la Banda de música y finalmente nos sentamos junto a tres chicas muy simpaticas que nos dijeron en un precioso español “podéis sentaros”. Al poco mis chicas y nuestras tres nuevas amigas entablamos una buena conversación, ellas trabajan en Munich y sus consejos nos fueron muy útiles, dos venían de Perú y la tercera de Argentina.
Nos ayudaron a elegir la comida y disfrutamos de la cerveza en buena compañía, sobre todo con la que te entiendes perfectamente.
El local nos encantó, su ambiente te envuelve, su decoración, la gente, y como no la Banda que parece que arremete cuando parece que el animo decae, tocan música muy típica de Baviera, pero no dejan de parecer autenticas marchas militares en las que parecen darte el ritmo para ayudarte a vaciar las hermosas jarras de litro de HB.
Tomamos un plato de carne asada estilo redondo, ensalada y creo que fue un plato de setas con su guarnición.
Nos gustó mucho no tanto la comida como el lugar y la compañía; no dejéis de pasar por HB.
Y para terminar, visitamos la tienda de recuerdos de la cervecera, todo tipo de jarras, imanes, camisetas, etc.. tendréis donde elegir.
Bueno y con la alegría acumulada y el día en Nuremberg, paseamos de vuelta al Hotel, parándonos a escuchar a los numerosos artistas y músicos callejeros, que terminan de aportar su nota de romanticismo a la noche, el paseo y el espectacular día que se nos termina.
Con muy buena puntualidad, a las 10:48h estábamos en Nuremberg Hauptbahnhof.
Salimos de la Estación Central, y justo frente a la misma se encuentra nuestro primer objetivo del día, Handwerkerhof, se trata de un recinto amurallado con ambiente medieval, lleno de tiendas de artesanía y varios restaurantes.
Sin prisas recorrimos su corto perimetro y disfrutamos del entorno, que te trasporta a otra época, muchas cosas curiosas para llevar de recuerdo, en madera, en cuero, en metal etc.
Estas imagenes van por los que se quedaron sin ver el interior de Handwekerhof, y para los que aun estais planeando vuestra visita.
Continuamos por la calle Königstrase, comiéndonos un cartucho de castañas calentitas; y en nuestro paso aparece Lorenzkirche.
Seguimos nuestra ruta y llegamos a Museumsbrücke, puente desde el cual cruzamos el río Pegnitz, y desde el que se pueden disfrutar de estampas preciosas del río y de los edificios colindantes, especialmente a nuestra derecha según la marcha Heilig Geist Spital, prácticamente sobre el río, el que fue un hospital, ahora se levanta un restaurante.
Todo el puente esta lleno de puestos de souvenirs, y mucha gente pasea por esta zona de la ciudad.
Llegamos a Hauptmarkt, muy espaciosa plaza donde se aglutinan innumerables puestos de alimentos, ropa, curiosidades, etc... y al fondo Schöner Brunnen, fuente con torre gótica, que encontramos cubierta de su protector armazón y una especie de andamio del que cuelga su silueta dibujada, para que no te vayas sin hacerte una ligera idea de su apariencia, una lastima.
Allí mismo se encontraba St. Sebald, que no visitamos, es la iglesia mas antigua de Nuremberg.
Unos metros mas adelante localizamos el que sería nuestro lugar para el almuerzo, Bratwursthausle, junto a la catedral, especialista en salchichas a su estilo, las famosas Rostbratwurste, luego os cuento.
Continuamos dirección Kaiserburg, fortaleza con castillo y torre; una vez en sus puertas comprobamos que había una manifestación al parecer de carácter ecologista, con pancartas y megáfonos.
De modo que pasamos sin visitar ni el castillo ni la torre; tampoco estábamos muy convencidos de entrar, y este imprevisto termino por disuadirnos.
Detalle del casco urbano en esta zona.
Bordeamos las murallas y terminamos en Tiergärtnertor, torre medieval continuando la muralla y en esta plaza encontramos Pilatushaus, Hase Hommage an Dürer, la que fue la casa de Alberto Durero, junto a una estatua en su honor.
Muy llamativo el entorno con varios cafes y cerveceras, con las típicas casas tirolesas.
Llegados a este punto, ya teniamos aviso de batería baja, de modo que o tomábamos un tentempié o volvíamos a buscar Bratwursthausle para dar en el clavo, y así hicimos.
Bien ahora os cuento, el local esta estratégicamente ubicado junto a la Catedral y en el paso turístico, tiene fuera una terraza, con preciosos árboles, y sus camareras van vestidas del traje regional típico, con su pechera descubierta.
No lo dudamos y entramos al interior a pesar de estar el día soleado.
Mejor una imagen que mil palabras, ya veis que tiene su chimenea con la parrilla a la vista de la clientela, el local es muy acogedor y el olor que te envuelve es sencillamente magnetico.
Tienen carta en español y puedes pagar con visa.
Nos pedimos 12 salchichas de su especialidad, con distintas guarniciones, un codillo u como no una cerveza Tucher, la de aquí Nuremberg.
Las salchichas las sirvieron en una bandeja de metal, muy rustico, y prácticamente se evaporaron, estaban riquísimas, las mejores hasta el momento.
Cuando llegó el codillo, nos dimos cuenta que era distinto a los de Munich, muy blanco claro es que estaba cocido; pues nos pusimos a deshuesarlo, y aquello comenzó a sorprendernos, la carne se deshacía como mantequilla, muy tierno y gelatinoso, el sabor era espectacular, al menos para mi gusto dejaba atrás el típico codillo asado al grill que ya conocíamos, un acierto del que aun se me hace la boca agua cada vez que lo recuerdo.
Después probé otra cerveza también de aquí, una Lederer Premium Pils, también muy buena como la anterior, quizás mas suaves que las de Munich.
Muy satisfechos dejamos el restaurante y callejeamos un poco siguiendo el mapa dirección a Weinstadek, con vistas magnificas sobre el río Pegnitz, un paseo ideal para echar las salchichas pa bajo..
Fuimos bordeando el río hasta la Torre del verdugo, con su puente de madera.
Estaba cerrada la torre para su visita, así que mirando las vistas del río, nos tropezamos con una cafetería que tenía una pinta estupenda, así que nos asomamos y su interior tenia aun mejor pinta, una cristalera repleta de tartas y pasteles nos terminó de convencer, y para adentro, su nombre: Cafe Am Trödelmarkt
Desde su comedor podías ver el río y varios puentes, mientras saboreábamos un chocolate, té y por supuesto esa magnifica tarta que generosamente nos sirvieron en cuña, tiramisu creo recordar. El local tenía una clientela algo selecta, el mas joven no creo que tuviera menos de 70 añetes, jeje, pero tampoco íbamos a hacer amistad ni hablar mucho con ellos; lugar muy recomendable.
Estas eran las vistas desde el interior de la pasteleria.
Al salir estábamos calentitos y restaurados, y tomamos dirección hacia Weise Turn, torre fortificada ubicada en una plaza muy concurrida Ludwigsplatz, junto a Ehekarussell Brunnen, curiosa fuente admirada por todos los turistas, parece escenificar las diferentes fases por las que pasa el matrimonio, un inicio jovial y feliz contrastado con un final catastrófico en el que aparecen figuras como la muerte y algún que otro extra.
Cuanto menos curiosa la perspectiva de su autor.
Junto a la fuente se encontraba St. Jacob, en la plaza de su mismo nombre.
Después de pasar un buen rato por estas plazas, recorrimos el camino a la inversa y atajamos justo para salir de nuevo por Museumsbrücke, con sus puestos y su magnifica vista del río Pegnitz.
De aquí cogimos de nuevo Königstrase que nos llevó hasta la Estación Central de trenes.
Cogimos el de las 17:10h; todos los día procurábamos tomar el tren cuanto antes, ya que la enseguida oscurecía, y queríamos estar ya en camino de vuelta o ya en Munich para aprovechar bien el día.
Sobre las 19:00h ya estabamos en Munich, y esta vez íbamos decididos a no dejar pasar la visita a una de las mas afamadas cerveceras, Holfbräuhaus, eso si, hicimos uso de nuevo de nuestra Bayern Ticket y nos acercó el metro hasta Marienplatz.
Al entrar a la cervecera hay que echar paciencia hasta que te ubicas y logras encontrar un hueco en alguna mesa.
Preferíamos el salón principal de la planta baja, donde esta la Banda de música y finalmente nos sentamos junto a tres chicas muy simpaticas que nos dijeron en un precioso español “podéis sentaros”. Al poco mis chicas y nuestras tres nuevas amigas entablamos una buena conversación, ellas trabajan en Munich y sus consejos nos fueron muy útiles, dos venían de Perú y la tercera de Argentina.
Nos ayudaron a elegir la comida y disfrutamos de la cerveza en buena compañía, sobre todo con la que te entiendes perfectamente.
El local nos encantó, su ambiente te envuelve, su decoración, la gente, y como no la Banda que parece que arremete cuando parece que el animo decae, tocan música muy típica de Baviera, pero no dejan de parecer autenticas marchas militares en las que parecen darte el ritmo para ayudarte a vaciar las hermosas jarras de litro de HB.
Tomamos un plato de carne asada estilo redondo, ensalada y creo que fue un plato de setas con su guarnición.
Nos gustó mucho no tanto la comida como el lugar y la compañía; no dejéis de pasar por HB.
Y para terminar, visitamos la tienda de recuerdos de la cervecera, todo tipo de jarras, imanes, camisetas, etc.. tendréis donde elegir.
Bueno y con la alegría acumulada y el día en Nuremberg, paseamos de vuelta al Hotel, parándonos a escuchar a los numerosos artistas y músicos callejeros, que terminan de aportar su nota de romanticismo a la noche, el paseo y el espectacular día que se nos termina.