El elefante africano de sabana es el animal terrestre más grande del mundo.
Se les ve recorriendo la sabana en manadas.
Cuando aún es una cría necesita de la protección de su madre frente a los ataques de los depredadores
Pero cuando ya es adulto, con su impresionante tamaño, puede parecer que no se retira ante nadie.
Sin embargo, una mañana fuimos testigos de que esto no es así. Desde lejos vimos una manada de elefantes refrescándose en una charca, cuando de repente, empezaron a salir apresuradamente, uno tras otro, del agua; curiosos, nos acercamos a ver qué pasaba y entonces vimos unos hipopótamos que estaban echando a los elefantes, querían la charca para ellos solos.
Toda la manada de elefantes se iba corriendo ante el avance de los hipopótamos, pero una cría, la más pequeña, se quedaba la última
Al verla rezagada, su madre se volvió y la empujó con la trompa para que saliese rápido
Finalmente salieron todos los elefantes y los hipopótamos se adueñaron del riachuelo
Y es que los hipopótamos no son tan grandes como los elefantes, pero son muy agresivos, todos los animales de la sabana lo saben; en nuestra anterior estancia en Maasai Mara fuimos testigos de cómo un enorme cocodrilo que acababa de merendarse una cebra en el río, permanecía impasible ante un macho de hipopótamo que le estaba mordiendo la cola.
Los hipopótamos durante la mayor parte del día están sumergidos, con la parte superior de la cabeza fuera del agua para poder ver, oír y respirar.

Viven en grupos o manadas en los que suele haber hembras, crías y machos jóvenes, que permanecen cerca los unos de los otros. El macho dominante se coloca alrededor de ellos pero a cierta distancia, les gusta estar solos, no son seres sociables.
Vimos dos machos adultos en el río que se estaban retando, abriendo su enorme boca lo máximo posible para enseñar sus colmillos y bramando con gran estruendo para intimidarse.
Aunque parecía que iban a morderse, finalmente uno se retiró a tiempo y el otro, vencedor, siguió con su boca abierta y sus bramidos proclamando su victoria mientras el perdedor se alejaba.
Cuando anochece el hipopótamo sale del agua , camina por la pradera en busca de la hierba para alimentarse y se queda pastando hasta que amanece. A esta hembra con su cría los pillamos en plena comida
Al ver llegar nuestro coche, se fueron corriendo, ¡ Y corren deprisa!. Son más ágiles de lo que parece a pesar de su peso. Aun con esas patas tan cortas, corren a la velocidad de un humano, son peligrosos los hipos; los masais les tienen mucho respeto.
Tienen el hábito de utilizar el mismo camino para salir del rio todas las noches y debido a su tamaño suelen tener un impacto importante en la zona que atraviesan. Cerca del campamento hay uno de los lugares más grandes de salida de hipopótamos y se ve toda la tierra libre de vegetación y con depresiones, llena de pisadas,
pudiendo llegar a cambiar el cauce de un río.