9 de Diciembre
Vamos en el coche admirando Bangkok, casi sin darnos cuenta estamos en el hotel.
Son sobre las siete de la mañana, el hotel el Magestic Grande, esta en una especie de callejón, pero no muy distante de la calle principal en donde se encuentra el Marriot. Dejamos las maletas en consigna, cambiamos algunos euros a baths (moneda tailandesa) y preguntamos a la chica que podemos hacer, para tomar contacto con esta gran ciudad, nos dice que cojamos un tucktuck y vallamos al MBK que no es otra cosa que un centro comercial.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Allá vamos, salimos del hotel y nos ataca el primer tucktukero por llamarlos de alguna manera, al MBK pregunto, me reponde tantos baths, le digo que menos, empezamos a regatear, la cosa me empieza a gustar. Llegamos a un acuerdo y para el MBK vamos. Nos montamos, arranca y para allá vamos a toda velocidad, la sensación es que íbamos a salir disparados del motocarro, pero lo tomamos con risas, en unos minutos ya estamos en el centro comercial o mejor dicho centros comerciales ya que esta lleno de ellos, sobre todo en esta zona.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Ahí estamos Ana y yo en mitad de la plaza, pero no hay casi gente son sobre las ocho de la mañana y como es lógico el centro comercial esta cerrado. Damos vueltas sin saber que hacer. Al poco rato se nos acerca un señor muy bien vestido es decir con traje, y nos pregunta que de donde somos, españoles le respondemos, muy amable nos dice que abrirán sobre las nueve, charlamos un poco con el, mi ingles es bastante malo o por no decir nulo, pero el de él es aún peor, pero insiste y dice algo si como jojo almai, jojo almai, jiojio Almani, ah digo Giorgio Armani, por fin, nos indicaba una tienda de Armani de un conocido suyo, al poco rato se acerca un tuck tuck y nos dice que nos lleva, bueno nos montamos en el tuck tuck, y para allá vamos, me voy fijando en lo increíble que es esta ciudad, al poco rato ya hemos llegado, era un cruce, y la tienda pregunto el chofer se baja y me la indica, era una tienda de barrio pequeña y cutre, por ponerla un adjetivo, pero ¿que dices? le digo, yes yes Armani, me empiezo a cabrear, anda tira tira le digo, lógicamente sin pagarle. Ana y yo nos miramos, la primera en todo el morro, como se suele decir, pero nuestra reacción, fue reírnos de nosotros mismos, pero como hemos sido tan ingenuos, aquí estamos en un cruce en medio de Bangkok sin saber que dirección coger, echamos a andar sin saber donde vamos, comentamos entre risas bueno damos un paseo, nos vamos guiando como podemos, al poco rato vemos unos tuck tuck aparcados, me acerco y les digo al Magestic Grand hotel, ok me responden regateo de rigor, y para el hotel por segunda vez que vamos esta mañana. He de decir que el primer tuck tuck que cogí en el hotel me cobro como el triple de lo que me debía de haber cobrado, pero como yo no tenia ni idea de lo que cobraban pues nada.
Al poco rato ya estamos otra vez en el hotel, me vuelvo a acercar al tucktuero que me llevo la primera vez, el cual nos miraba extrañado, pensaría si les acabo de dejar en el MBK. Regateo otra vez con él, diciéndole que me había engañado con el precio, se ríe, yo también, soy un turista, es decir aunque no nos guste una persona fácil de engañar.
Ana que te parece si volvemos a empezar, al MBK por favor. En menos de diez minutos ya estamos en el MBK, esta vez la impresión fue distinta ya nos vamos acostumbrando a los tuck tuck, no es de extrañar en la primera hora en Bangkok ya nos hemos montado tres veces. El centro comercial ya esta abierto, en la parte de afuera hay una especie de Starbucks paramos a tomar un café. Tomando el café entre risas comentamos lo sucedido, la verdad es que echamos unas risas. Si vas a un país como este, por tu cuenta esto te puede pasar, y lo que tengo o tenemos claro es que no hay que tomárselo mal, esta gente se esta buscando la vida, ganan mucho menos que nosotros los occidentales, no se podrían permitir un viaje como este y claro cuando pueden te la cuelan.
Entramos en el MBK la primera impresión es normal, en principio un centro comercial más, hasta que llegamos a una zona en la que hay instalados una especie de casetas, como las que colocan aquí en las ferias, la del libro por ejemplo, en dichas casetas de madera de unos 4 metros cuadrados, hay de todo, películas, cd´s, relojes, móviles… claro esta todo son copias, parece haber cientos de casetas y tiendas, pero uno mira para arriba y hay varios pisos, es increíble, la película, disco que quieras seguro que lo tienen. Me paro a preguntar en una de la casetas, Omega please, el vendedor ni corto ni perezoso me saca el ultimo catalogo de la marca, ver para creer.
Decidimos separarnos y quedamos en el McDonald en una hora, así cada uno se mira las tiendas que más le gusta. Yo me quedo alucinado con lo que controlan con los móviles, sobre todo los iPhone, los tienen desarmados, hacen de todo con ellos, hay pantallas de 27 pulgadas con cientos de app´s para que tu mismo te las descargues, eso previo pago, y debes de tener el móvil crackeado. Al final no compremos nada, sabemos con toda seguridad que volveremos.
Decidimos ir a buscar un sitio para comer, vamos paseando sin rumbo hasta que delante nuestro hay un Pizza Hut, hoy comemos pizza, al entrar vemos en una foto un plato de espaguetis con gambas, tenían una pinta bárbara. Un chica… bueno era un chico travestido, en Tailandia hay bastante de esto y otras cosas… nos ofrece la carta la miramos y ahí están los espaguetis le señalamos los dos lo mismo, en unos minutos aparece la chica… con los dos platos, tienen un pinta extraordinaria, hasta que meto el primer bocado, mi cara cambio de color, los ojos se salían de las orbitas, Ana me miraba ¿que pasa ? pregunta, come, come, la respondo. No picaban era como si metieras un monton de guindillas en la boca, no pudimos comer nada, por lo menos yo. Pedimos un postre y con eso de momento nos basto.
Seguimos con nuestro primer día en Tailandia en concreto en Bangkok, ¿qué hacemos ahora? Ya empieza a atardecer, así que nos dirigimos al metro, con la intención de controlar los transportes de la ciudad, los tuck tuck más o menos los tenemos controlados así que para el metro. Debe ser de los metros mas nuevos y pequeños que he visto, solo tiene tres líneas. Nos dirigimos hacia la estación Hua Lamphong nombre derivado de la estación de tren, el metro esta impecable y nos pareció bastante seguro. Aprovechamos la ocasión para preguntar en la estación información para los trenes a Ayutthaya, tenemos pensado visitar también esta ciudad.
Cerca de la estación cruzando unos de los canales, se encuentra unos de los templos más importantes de Tailandia, el Wat Traimitt, esta cerrado ya es tarde, no importa esta cerca del metro, volveremos otro día. El templo en si no tiene nada de especial de no ser porque en su interior se encuentra una valiosísima estatua, un Buda de oro.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Este templo ya se encuentra en plano barrio de Chinatown, con lo que aprovechamos para dar un paseo, tomar una cervecita en una terraza, admirando todos los carteles de neón con sus caracteres chinos que adornaban la calles. Volvimos sobre nuestros pasos a la estación de metro para acercarnos a la estación de Si Lom para acercarnos a unos de los puntos rojos de Bangkok, que no es otro que el Pat Pong.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Tras andar unos cientos de metros ya estamos en el famoso Pat Pong, este lugar es muy visitado por su mercado nocturno, es además uno de los puntos calientes de Bangkok conocido por sus locales nocturnos, con toda gama de espectáculos subiditos de tono entre ellos el más conocido entre los turistas el “ping pong show”. El Pat Pong en realidad lo forman dos calles paralelas en una de ellas esta el mercado, que en si no merece mucho la pena ya que las falsificaciones en este sitio suelen ser más caras, y la calidad tampoco es que sea mejor. Entre puesto y puesto se dejan ver locales nocturnos, en la otra calle solo están los bares, pub, club, en fin, locales nocturnos. Se hizo famoso durante la guerra del Vietnam, los soldados americanos venían a pasar sus diás de permiso y a saciar….
Nosotros dimos un paseo, observando como algunos locales tenía música en directo, casi toda de la época de la guerra de Vietnan Rolling, Doors, Dylan, Credence… era increíble como los tailandeses emulaban a esta gente. Aunque Ana y yo íbamos juntos, es decir abrazados para así evitar que las chicas me ofertaran tomar una copa con ellas … pero no se cortaban un pelo primero me lo ofrecían a mi y luego a Ana, el reclamo que usaban “ping pong, ping pong “chichi” mejor no entrar en detalles, de todas formas aunque el sitio no es nada del otro mundo merece la pena visitarlo, eso teniendo cuidado de donde se mete uno, ya que las copas pueden salir muy caras. Más adelante existe otra calle del Pat Pong esta para gente gay, al principio de esta se encuentra el bar español “Tapas”
Bueno estamos ya muy cansados asi que nos recogemos, el día a sido muy largo.
Llegamos a la puerta del hotel, charlamos un poco con el chico del tuck tuck y los auxiliares del hotel, que estaban en la puerta de este, mientras Ana se sube para la habitación yo voy a ver si encuentro un sitio donde comprar una cervecitas, me dirijo a la calle principal, paso por al lado de un local de masajes del cual salen dos tailandesas como cohetes para ofrecerme un masaje (imagino que con final feliz), las respondo que no me interesan, pero ellas insisten, continuo mi camino y al otro lado veo el letrero 7 Eleven, como algunos sabréis estos pequeños supermercados, suelen estar abiertos 24 horas, cojo las cervezas y algún tentempié. Vuelvo hacia el hotel pero esta vez por la acera de enfrente, porque sino las chicas volverán a salir para ofrecerme un masaje, son muy pesados.
Ya en el hotel, estoy esperando que baje uno de los ascensores, cuando el ascensor llega a la planta baja de el sale un señor occidental de unos 75 años calculo, acompañado por dos jóvenes tailandesas que no tendrían más de 25 años. No se como explicarlo pero se me conmovió el corazón, era una especie de repulsa y asco a la vez, podría ser su abuelo. Pero en fin estoy en Tailandia y esto es lo que hay.
Mientras estoy escribiendo este viaje, concretamente anoche (enero 2016) Ana estaba leyendo lo que yo había escrito en el blog referente a los tuck tuck y la visita a la supuesta tienda de Giorgio y me comenta:
“Como pudimos ser tan ingenuos, pero ¿que nos interesa a nosotros Armani?, ¿alguna vez hemos entrado en alguna tienda?, pero si además no nos gusta, ¿en que estábamos pensado?
La respuesta esta clara, nos dejamos llevar, que más da, fue Armani, como pudo ser Dior, Rabane o Pepito el de lo palotes, creo que lo que queríamos es ver Bangkok y eso hicimos.